§ INTRODUCCIÓN
§ CIUDAD DE MILÁN
§ HACIA EL NORDESTE
§ HACIA EL NOROESTE
§ HACIA EL SUR
§ INTRODUCCIÓN
Sostenía ya veinte años atrás el Histórico del Arte Antonio Paolucci, que Italia era innegablemente el mas vasto museo generalizado del globo terrestre. Fue así de seria y augusta esta declaración suya, cuando era director del museo mas fascinante y antiguo del "Belpaese" (término usado para definir a menudo al pais Italia), la Galería Uffizi de Florencia. Los grandes museos son visitados a menudo en manera apurada y superficial, mientras el museo generalizado ofrece oportunidades inesperadas. No presenta dificultades de acceso y de estacionamiento, no necesita de coffe shop porqué usualmente se encuentra cercano a un bar o a una agradable taberna, no obliga al visitante-víctima a un recorrido de “tropas con camellos”. Pero por sobretodo no requiere una inclinación enciclopédica hacia un recorrido didáctico de la dimensión infinita. Permite a la curiosidad de penetrar una singular información y de profundizarla. El conocimiento, se sabe, puede ser horizontal arriesgando la superficialidad o vertical, abriendo la mente a las conexiones que llevan no solamente al saber sino al entender. El vasto continente lombardo viene usualmente atravesado por anónimas autopistas. La llanura en este sentido resulta ser un límite mental porqué no obliga, cuanto lo pueda hacer la colina, a una desaceleración en el camino. El festina lente, es decir el apurarse con el garbo que Svetonio atribuía a Ottaviano Augusto, es todavía hoy una metodología útil para el espíritu investigador. La curiosidad misma prefiere el saborear a la bulimia. La frenesía no ayuda a la reflexión, mientras la reflexión es el sal de la vida inteligente. Los caminos son muchos y aquellos buenos lo son aún más. Les indicamos algunos, que desearían ser una contribución a la transferencia de la experiencia gustosa de Slow Food al Slow Tourism. Quien va lento, va sano, y si aunque no llega lejos, a veces se divierte.
Una leyenda improbable
pero no por esto priva de fascinación
pone el nacimiento de la ciudad de Milán
hacia fines del siglo VIII,
antes de Cristo obviamente,
para hacerla contemporánea
a la de Roma;
de hecho las dos ciudades se han
medido a menudo recíprocamente.
La cuestión va tomada seriamente en cuanto la narra nada menos que Tito Livio, al cual sería irrespetuoso negarle crédito. El rey de los Biturgi, un tal Ambigato que combatía por dos lados, algo así como el Jano (el dios de los comienzos y del final, en la mitología romana), miraba y remiraba el proprio poder sea desde el lado de los Galos Celtas sea desde el lado de los Romanos, y fue proprio Jano gran iniciador: envió su nieto a colonizar la Cisalpina (región nord-itálica). Según la tradición, también mítica del Ver Sacrum (Primavera Sagrada), por la cual cada tanto el enjambre demasiado populoso estaba obligado a alejarse, su sobrino Belloveso llegó en la llanura donde se entrelazaban tres riachuelos, el Seveso, el Olona y el Lambro. Llegó con sus compañeros a caballo pertenecientes a las míticas tribús célticas de los Biturgios, Arvernos, Senones, Heduos, Carnutos y Aulercios. Derrotó a los Etruscos que aspiraban a vivir por esas partes y descubrió una hembra de jabalí con el pelo particularmente largo che fue llamada lanosa. Allí instaló instaló su futura ciudad, considerando el asunto extremamente propicio. El nombre de la ciudad podría provenir por lo tanto sea de Medio- Lanun (en medio a la lana), lo que sería comprobado por un bajorrelieve aún presente en el Broletto (Palazzo Reale), sea del céltico Medhe-Lan (la ciudad del medio, aquella entre los riachuelos, donde los Celtas ponían el espacio sagrado en un lugar abierto). En medio a los negocios la ciudad estuvo desde su inicio, pero alcanza su verdadera fortuna cuando se convierte en romana en el siglo III antes de la era cristiana y capital occidental del Imperio Romano en siglo III de la era moderna bajo Diocleziano. Siempre ciudad del medio, se vuelve central quando elige obispo san Ambrosio y cuando entonces conectaba la Europa renana al Norte del Africa desde el cual proviene san Agustín. Tiene un rol fundamental en el Medioevo, a tal punto que apenas Federico I el Barbarroja la derrotó se llevó los símbolos mayores, las reliquias de los Reyes Magos a Colonia en Alemania. Hizo soñar a Gian Galeazzo Visconti, el riquísimo patrón de la Lombardía y esposo de la pobre hija de un rey de Francia empobrecida por la Guerra de los Cien Años, de convertirse rey de una Italia que todavía no existía, cuando él extendía sus dominios desde Belluno a Pisa y Asís. De aquellas ambiciones queda la Fábrica del Duomo de Milán y la admirable Certosa de Pavía. Queda además también, a razón de ese matrimonio, el sueño francés de convertirse en su heredero con Carlos VIII, y el sucesivo de Carlos V de ser su duque. Se convierte en efecto francesa, después española, mas tarde austríaca y finalmente independiente fulcro de las energías que llevaron a la Unidad de Italia en el 1861. Fue primer capital de la industria y del Futurismo. Pero fue antes fulcro de la reforma de la Iglesia querida por el Cardenal Borromeo y más tarde de su primo el cardenal Federico, al cual debe aún aquel sentido del understatement de garbo y aparente frugalidad que le dona el mito y el misterio.
Los monjes y el agua que no se congela
Abadía de Chiaravalle, Milán
"Pasquetta", así es llamado por muchos el día Lunes del Ángel (el día sucesivo al domingo de Pascua), es una clásica jornada que los romanos dedican a los paseos y excursiones no muy lejos de casa. ¿Porqué no hacerla también en Milán, por ej. a dos pasos del centro, allá donde se encuentra una de las obras maestras de la arquitectura medieval, la abadía de Chiaravalle? Se retorna de este modo en el corazón del siglo XII: otoño 1135, los Cistercienses recién inventados se están difundiendo a través de Europa, es un grupo muy pequeño que viene desde la Borgoña, exactamente desde la abadía de Morimond, funda el paralelo de Morimondo. Pocos meses después, en el hielo del invierno del 1135, llega también el grande reformado, el monje extra-potente en las diatribas entre el Papa y las monarquías, entre el Papa y las Comunas, entre el Papa y el anti Papa: Bernardo de Clairvaux. Cierra la cuestión anti papal contra Anacleto II, y ya que está, funda también un monasterio paralelo, y así Clairvaux se convierte en Chiaravalle. Del monasterio de entonces queda poco o nada, pero los claustros sucesivos y el gran edificio de la iglesia son una de las dos lecciones que entonces cambian los destinos de Milán desde el Románico al Gótico. La otra invención del lugar es la de la realización de terrazas agrícolas, con el cual los monjes transformarán los pantanos en tierras muy fértiles donde el agua de las fuentes, la que no se congela nunca, consentirá un corte de la hierba anticipado de dos meses, en marzo. El crecimiento de un 30 por ciento mas de forraje respecto a la media precedente permitirá de ir a la guerra con dos meses de anticipo, y será una de las causas de las glorias militares de los Visconti.
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Abadías entre el Gótico y el Barroco
Abadía de Morimondo, Milán
El proyecto de mutación y modernización de la agricultura del siglo XII por obra de los primeros Cistercienses fue regular, imparable y orgánico. Si la abadía de Chiaravalle se convierte en el centro de la reforma sea esta litúrgica, agrícola y arquitectónica, curioso es constatar como toda la llanura meridional de Milán será colonizada por la nueva práctica monacal. A seis leguas una de la otra, se desarrollarán las sedes de un nuevo orden del territorio agrícola productivo; así se pasa desde Chiaravalle a Viboldone, desde Monlué al Ronchetto de las Ranas o sino también a Morimondo. De todas, esta última es aquella que ha conservado la mayor magia agreste, en cuanto su colocación en el Parque del Ticino la ha salvado de la sobre-cementación. Queda como lugar místico, poético y mágico al mismo tiempo, perfectamente insertado en una area agrícola que hoy no teme más la hormigonera. Y continúa a atestiguar su conmovedora estratificación arquitectónica, que parte desde aquel Gótico tanto querido a los frailes llegados desde la Francia, combinándolo con las mutaciones sucesivas renacentistas y barrocas. Así es que su cortés maravilla se vuelve propedéutica para redescubrir en la cercana Abbiategrasso las huellas de la misma cultura estética, de un Medioevo que fue frecuentemente mas bien civil y educada de cuanto no lo narren las historietas.
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El más bello está en Milán
Museo generalizado en Milán
Milán contiene un pequeño secreto museal, aunque si este secreto recién revelado se vuelve evidente: es el “tejido” arquitectónico constituido por seis museos a los cuales se accede haciendo pocos centenares de pasos desde uno hacia el otro, y que no tienen tanta necesidad de book-shop, gift-shop, coffe-shop y otras diabluras anglosajonas, porqué entre el uno y el otro encontrarán las librerías, los bares y las confiterías del centro. Es un modelo medeghino (lombardo) formidable, que las administraciones ciudadanas tienden a olvidar. Se inicia desde el bar Cova en Via Montenapoleone, se dobla a la derecha en Via Sant’Andrea, en el Palacio Morando el Museo de Milán con una sorprendente colección de paisajes que narran la ciudad. Se dobla al fondo de Via della Spiga y después en Via Santo Spirito encontramos el Bagatti Valsecchi, una gloriosa cuanto sombreada demora de la burguesía de inicios del siglo XIX, con armaduras y una etérea santa del Bellini. Se toma via Manzoni hacia el Museo Poldi Pezzoli, una colección donde la bulimia del fundador ha dejado recolecciones de una poética infinita, y si atraviesa por via Borgonuovo hasta el Museo del Risorgimento: un saludo al manto que usó Napoleón en su coronación. Se vuelve por via Verdi hacia el pequeño museo de La Scala, delicia absoluta que permite también de poner la nariz en el teatro. En la misma plaza, las Galerías de Italia, frescas y excelentes. Otros 300 metros, la casa de Alessandro Manzoni (el poeta famoso). Cerramos el recorrido en corso Matteotti en la confitería del Sant Ambroeus. Libros y catálogos en: Milano Libri, Feltrinelli, Hoepli. Catálogos históricos en la librería Bocca, Galleria Vittorio Emanuele.
http://www.teatroallascala.org/it/index.html
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A través del portal lo admiró Petrarca
Cartuja de Garegnano
Está a la entrada de Milán y se la ve parcialmente amputada por la viabilidad de la autopista cuando se viaja hacia el norte. Y sin embargo ha dado el nombre a la calle que desde el Arco della Pace (Arco de la Paz) lleva hasta el parque Sempione, viale Certosa. Se trata de la Cartuja de Garegnano (Certosa di Garegnano). Vayan a visitarla empezando por el lado aún intacto a través del portal, no serán los primeros en pisar ese suelo. Lo hizo ya el Petrarca cuando recorría estos lugares en el 1357, en un edificio entonces novísimo que había sido querido por el obispo de Milán Giovanni Visconti, a un par de leguas de las murallas ciudadanas. El edificio fue nuevamente diseñado alrededor del 1560, cuando la ciudad está corriendo hacia el nuevo estilo impuesto por la Contra-Reforma, y que se convertirá pocos años después en esa elegante mescolanza entre el último Manierismo y el primer Barroco, y es allí que Simone Peterzano deja un ciclo de pinturas que solo este merecería el viaje, en cuanto allí se viene a formar visivamente el Caravaggio, allí donde ya se libran al cielo los ángeles que un día se reunirán en las callecitas de Nápoles. Y mas tarde cuando la cultura estética barroca ya florece, Daniele Crespi cumple la segunda obra, donde el revoloteo celeste de los amorcillos se hace definitivo entre los severos dominicanos blanco-vestidos.
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El "Giro de Italia" con los mapas Bertarelli
Civica Colección de Impresiones Achille Bertarelli, Milán
Les propongo de ir a visitarlo en el Castillo Sforzesco, para un paseo muy particular. Les garantizo que no se aburrirán. Se trata de una caminada en una serie de salas, en un recorrido real y surrealista que no es disímil de aquel que a fines del "Setecento" (1700) ya proponía en modo cerebral Xavier de Maistre en su cabalgada o en su expedición alrededor de su propia cámara. Entren en la colección Bertarelli. Nace de la herencia de 300.000 imágenes, impresiones, fotografías diseños y acuarelas que Achille Bertarelli y su hermano Luigi Vittorio, el heroico fundador del Touring Club Italiano, donaron a la ciudad de Milán en el 1925. Luigi Vittorio, primer teórico del viajar en bicicleta, tren y automóvil a través de Italia, había juntado las hojas, las imágenes y los mapas, para quien quisiera viajar e informarse entre los estantes y los cajones de una biblioteca. Serán asistidos en vuestra visita habitual por los muy gentiles colaboradores de la colección, que con cortesía les pondrán a disposición todo aquello que vuestra intuición podrá requerir. La colección con los años se ha enriquecido, y hoy pueden visualizar casi un millón de piezas. Sin fatigar. La cantidad de materiales concernientes la ciudad de Milán y la Lombardía es única en el mundo, pero también las otras ciudades en Italia están bien documentadas. Buen viaje !
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Entre lápidas y cipreses la memoria es estilo
Cementerio Monumental en Milán
Nace a causa del edicto napoleónico de Saint Cloud, aquel que obligaba por primera vez la sepultura afuera de los muros de las ciudades, considerando con un cierto cinismo los defuntos como un descarte necesario de la producción ciudadana, pero tuvo, el Cementerio Monumental, inmediata voluntad de rescate, convirtiéndose en memoria contra aquel gesto del olvido. Y es hoy quizás la mas conmovedora y formidable colección de esculturas y arquitecturas erigidas para atestiguar la creatividad milanés del siglo XIX y de inicios del XX. Contiene una parte de cementerio ebreo, donde según la tradición se dejan a un decaimiento las tumbas en un elegante y melancólico olvido. La mayor parte católica desafía en cambio la eternidad, con una pasión escultural que no se encuentra en ninguna otra colección meneghina, y donde la arquitectura es a veces el origen del estilo assiro-milanés que reencontramos después, en otra parte, en la ciudad. Admirables algunas tumbas históricas, como las de los Campari, donde la enorme Ultima Cena de bronce parece la celebración perpetua del aperitivo. Atrayentes los ejemplos inesperados de arquitecturas liberty y expresionistas. La visita a la caza de grandes nombres, de escultores, desde Bazzaro a Wildt, se liga a la dulzura de las memorias en los paseos entre los cipreses. Una lección de estilo, gusto y exaltación de una burguesía que no se avergonzaba de ser clase dirigente e invitaba sus adeptos al paseo dominguero. Memoires d’outre-tombe alla Chateaubriand.
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El museo bazar donde aburrirse es imposible
MUDEC Milán
Nació hace poco, a fines de marzo del 2015, y fue enseguida desconocido por su creador, el super arquitecto David Chipperfield, el cual ha notado sobre el piso algunas manchas que no reputaba atribuibles al proprio patrimonio genético y creativo. De todos modos crece rápido y da una bella impresión, en cuanto museo no es solo “arquitectura” sino que para los italianos es también “contenido”. Y las colecciones que la Municipalidad de Milán hoy dia está en condiciones de montar en el campo de los materiales etnógrafos son objetivamente de gran interés, sea aquellas históricas depositadas en el pasado en el Castillo Sforzesco sea aquellas susceptibles de ser donadas. El edificio del MUDEC (Museo delle Culture) es aquel, re-ordenado, de la vieja fábrica siderúrgica Ansaldo, en una de las zonas ciudadanas, via Tortona, que han vivido la mas atenta de las transformaciones urbanísticas. Y la griffe arquitectónica de Chipperfield ha devuelto al edificio una energía ulterior, con vastos espacios que alojan servicios agregados y que merecen la atención del curioso. Por ahora el MUDEC es una especie de bazar culto donde el visitante no se aburre en absoluto. Podría ocurrir que, en el futuro, el museo pueda convertirse en una máquina cultural en grado de elaboraciones científicas e históricas, a partir de los estímulos culturales sugeridos por la colección Settala con la Wunderkammer Seicentesca (del 1600) del médico como la pequeña pero inteligente muestra dedicada a Anni y Josef Albers, que pone en relación sus labores con los objetos pre-colombianos coleccionados con pasión en el curso de sus vidas, los mejores augurios.
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De un cementerio entre murallas a un museo de los niños
MUBA Milán
Una de las estructuras públicas históricas de la cual la ciudad de Milán debería sentirse muy orgullosa es ese complejo que en los siglos se ha venido articulando alrededor del Ospedale Maggiore, la Ca’Granda de via Festa del Perdono. Los incurables eran echados afuera de la puerta en la gran estructura del lazareto, de la cual quedan hoy pocos rastros; queda en cambio intacta el área del cementerio, que viene a sostituir la práctica de la sepultura directamente en el edificio histórico del Filarete y del Richini (arquitectos del Renacimiento). A fines del siglo XVII fue con este objetivo en efecto decidida la construcción del edificio de la Besana, una superficie articulada y rodeada con un porticado cubierto en su interno, en la cual fue puesta, como una cruz griega perfecta, la iglesia de San Miguel, inaugurada el Año Domini 1700. Parece que allí hayan encontrado sepultura mas de 170.000 defuntos. Después a fines del 700, en un momento de grandeur el arquitecto Cagnola decide de transformarlo todo en aquella que debía ser la sede del culto del Reyno de Italia napoleónico. Cuando volvieron los austriacos, cae en la dannatio memoriae y en una lenta decadencia. Renace hoy como sede del MUBA, el Museo de los niños. La complejidad de su historia, atestiguan solo los capiteles esculpidos con los cráneos de las columnas internas, hace de él uno de los lugares mas evocativos del empeño social ciudadano.
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Un centro de gravedad permanente
Museo de la Catedral de Milán
Reabre el Museo del Duomo (Catedral). Nuevamente diseñado con sabiduría y gusto por el arquitecto Canali, el proyectista atento a la historia de los monumentos y educado en el gusto en las obras de actualización, al cual se deben algunos entre los mejores recientes trabajos, comprendida Santa Maria della Scala, el complejo museal del Trecentesco hospital de Siena. El recorrido consiente al visitante de entrar en contacto casi físico con la mas vasta colección estatuaria que sea ligada a un lugar de culto, desde las gárgolas medievales a los santones tridentinos. La muy conocida y venerable Fábrica del Duomo continúa en efecto a tener en vida el monumento, reemplazando en los siglos las partes de las lápidas consumadas con sus perfectas réplicas, siempre con el mismo mármol blanco-rosa de Candoglia, aquel siglado desde el Medioevo Ad UFA, Ad Usum Fabricae Ambrosianae, donde el “consumir a ufa”, es un dicho milanés que significa cuando los impuestos no se pagan. El museo permite finalmente un recorrido en la historia de la estatuaria desde el siglo XIV hasta nuestros días, y ofrece al visitador la maravilla del contacto directo con las obras. Muy evocativa es también la sala con los vitraux históricos. Un libro abierto para leer con la misma pasión con la cual se consulta un archivo de pergaminos, de libros, de diseños e incisiones, que constituyen la historia profunda del alma de la ciudad. Es así que se comprende como la ciudad conserva una “centro de gravedad permanente”.
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El Duomo se visita recorriéndolo con la ojos mirando hacia arriba
Duomo (Catedral) de Milán
El paseo mas simple para hacer en Milán, que en realidad se hace muy poco, es aquel alrededor de la Catedral. Y sin embargo la compleja máquina arquitectónica atrae cada año seis millones de visitadores, en gran parte no lombardos con preponderancia de extranjeros. Pero es el milanes normal, el de la ciudad ese desmemoriado, el que se olvida demasiado del pasado para refugiarse en el presente. Y sin embargo el monumento narra, desde sus fundaciones del siglo IV de Santa Tecla y Santa Maria Mayor a su Madonnina (Virgencita) del siglo XVIII hasta llegar a un retrato entre las agujas de Primo Carnera, toda la historia de la ciudad. Existen dos recorridos para visitarlo y otros dos para hacerle con honor una visita. Los primeros dos comprenden obviamente su interior yendo a descubrir la dimensión colosal que corresponde a la megalomanía de su primer patrocinador, el Gian Galeazzo Visconti que esperaba de unir Italia hacia fines del Trecento; prevén también la inusual visita sobre el techo entre los capiteles, donde el arte Barroco se vuelve “Settecentesco” (del 1700) aunque si es siempre gótico. Pero la parte mas atractiva es la de hacer visita al museo gratuito que el Duomo ofrece a todos aquellos que tengan la paciencia de dar vueltas a su alrededor mirando su rica estatuaria. Y allí los recorridos son otros dos, aunque si aparentemente idénticos, el diurno y el nocturno cuando las estatuas se hacen mirar mientras se lanzan iluminadas sobre el fondo oscuro del cielo, porqué hay que recordar a todos que el admirable edificio no va percibido desde lejos como en una botella de vidrio, sino admirado desde abajo cuando alcanza su máxima capacidad expresiva, como si aún hoy existieran las estrechas callecitas de una vez.
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El salón de la ciudad
Galería Vittorio Emanuele II, Milán
Las galerías, entendidas como lugares urbanísticos comerciales, protegidos de la intemperie y de los ladrones, fueron una de las mas simpáticas invenciones del siglo XIX. A rigor de verdad la idea ya se había vuelto realidad en la Roma antigua y Aosta conserva una bella pista subterránea de una instalación similar. Mas la modernidad relanza el tema, desde Berlín a Madrid, desde Londres a Paris. No podía faltar a las ambiciones milaneses que ya veían desde el 1832 la galería de Cristoforis entre las calles Corsia dei Servi y Montenapoleone, primera galería comercial moderna en Europa construida por los austriacos. Después de la batalla de Solferino, en el 1859, se decide entonces de realizar la nueva galería milanes dedicándola al rey Vittorio Emanuele II. La empresa es asignada administrativaamente a un grupo inglés que mas tarde quiebra pero que aportará antes de la bancarrota la experiencia técnica constructiva del Crystal Palace de Londres, el de la Exposición Universal del 1851. El proyecto fue asignado esta vez al arquitecto Giuseppe Mengoni, el mismo emiliano que construirá la sede de la Caja de Ahorro de Bolonia y que tendrá la mala suerte de morir proprio en la galería milanés cayendo desde los andamios durante una inspección en el 1877. La galería fue desde entonces el Salón de la ciudad, Mata Hari bailó desnuda en uno de sus restaurantes, y Boccioni pintó el cuadro “Riña en galería” (1910), que probablemente no fue consecuencia del baile.
Luneta de los 4 continentes: Europa de Angelo Pietrasanta año 1867 |
Luneta de los 4 continentes: Africa de Eleuterio Pagliano, año 1867 |
Luneta de los 4 continentes: Asia de Bartolomeo Giuliano, año 1867 |
Luneta de los 4 continentes: America de Raffaele Casnedi, año 1867 |
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Splendores del ‘700 en la Galería del Tiepolo
Palacio Clerici, Milán
En el 1771 en el Duomo de Milán, con el heredero de la Casa Este Maria Beatrice se casó Ferdinand Karl Joseph Johann Stanislaus von Osterreich, archiduque de Austria, príncipe real de Hungría, de Boemia, de Toscana, de Croacia y Eslavonia, de Alemania y del Sagrado Romano Imperio y desde ese momento gobernador de Milán. El formidable descendiente tiene diecisiete años y ella ventiuno y la pareja, como frecuentemente sucede en la ciudad, no encuentra casa, o por lo menos una adecuada al rango. Irán a vivir, esperando la terminación de Palacio Real y de la villa de Monza, a Palacio Clerici, único y mejor lugar adapto, querido por el marqués Anton Giorgio y pintado a fresco por Giovanni Battista Tiepolo en el 1741. El edificio está aún allí, en la via Clerici y es hoy la sede del ISPI, Istituto di Politica Internazionale. Conserva gran parte de las decoraciones de la época y merece la visita la galería de los tapices, con la bella colección flamenca y las extraordinarias incisiones en madera dorada bajo el fresco de la Alegoría del Carro Sol. Las habitaciones han conservado un alto gusto de autenticidad no del todo restaurada todavía donde la compleja calidad del parquet deja sentir el crujido aún hoy durante las pisadas del visitador mientras su mirada se posa romántica hacia un jardín conservado como originalmente.
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En el museo del Castillo, lo mejor está en la Planta Baja
Museo del Castillo Sforzesco en Milán
También un paseo por el museo puede convertirse en una bella experiencia si el museo es suficientemente vasto, complejo y lleno de sorpresas. Es un ejemplo excelente en el corazón de la ciudad de Milán el Castillo Sforzesco. El gran edificio Quatrocentesco (del 1400) restaurado por Beltrami es muchas veces vivido como una escenografía urbana que hay que atravesar; pocos entienden que entrar en él es la verdadera experiencia en realizar. Nace como lugar expositivo al inicio del siglo XX, separando las colecciones milaneses en dos colecciones diferentes: en Brera la pintura, en el castillo los objetos; donde por objetos se entienden la escultura, las artes decorativas, los documentos históricos, las armas. En efecto en los pisos altos encontrarán algunas colecciones de vasijas y mayólicas de gran atracción; la colección quizás mas importante en Europa de marfiles medievales; un grupo de instrumentos musicales que solo ellos constituirían un museo; una serie de muebles que son una lección para cualquier persona desee ver lo mejor en antigüedades. La pinacoteca es una reciente “venganza” a Brera con cuadros dignos de atención; la sección japonesa recién re-ordenada es de excelente calidad. Pero lo mejor es seguramente la planta baja, donde se pasa de la obra maestra absoluta de Bonino da Campione, el monumento ecuestre dedicado a Bernabó Visconti, a la tumba de Gastone di Foix del Bambaia, para llegar – a través de la preparación de gusto finísimo y ejemplo supremo de la museología postbélica – hasta aquella especie de pequeña capilla votiva donde en un silencio místico y con luz natural y suave encontrarán la Piedad Rondanini de Miguel Angel.
Renacimiento milanés. Hospital Mayor, la Ca’ Granda
Breve paseo en el Renacimiento milanés “Quatrocentesco” (del 1400) de no mas de cuatrocientos metros cuadrados que los pueden tener ocupados unas buenas cuatro horas. Inicia en el corso de Porta Romana entrando en la capilla Trivulzio con vista a la basílica de San Nazaro. Es una construcción austera cuanto elegante del Bramantino, deseada por el conocido conductor Gian Giacomo Trivulzio para su sepultura y la de su familia. Recientemente ha sido constituida una fundación en su memoria que se ocupará de la historia lombarda a él coeva. De este unicum arquitectónico se pasa directamente en la basílica, que es la primera iglesia del Occidente construida a cruz latina y querida originalmente nada menos que por San Ambrosio. Acogidos por tanta “milanesidad”, pasarán por la callecita lateral y, saludando un verdulero solitario y poético, observarán el ábside románico de la iglesia poniendo la mirada en la larga extensión de ladrillos che constituyen el formidable edificio de la Ca’ Granda, actual Universidad, nacida como primer y mas grande hospital del mundo civilizado a mitad del siglo XV sobre un diseño arquitectónico de Filarete y de un proyecto politico de Francesco Sforza. Para su edificación fue inventado el primer fund raising con objetivos laicos en la historia, que de todas maneras prometía un paraíso para quien ponía del dinero en la jornada de la Fiesta del Perdón. Los patios internos son magníficos y abiertos a todos. El cuerpo central ha sido mas tarde rehecho por el Rachini en el Seiscientos y merece una atención igual a aquellas que se llaman a los paneles de terracota mas antiguos.
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El acta de nacimiento del Barroco es todo lombardo
San Alejandro en Zebedía, Milán
La suntuosa iglesia de Santa Inés en plaza Navona en Roma con su doble campanario es comúnmente considerada la obra maestra del Borromini y el prototipo de la arquitectura barroca. Se sabe, el Borromini era lombardo y exactamente cincuenta años antes, en el 1602, bajo el impulso del cardenal Federico Borromeo y por obra del proyectista barnabita Lorenzo Binago, había sido erigida en Milán la iglesia de San Alejandro que de aquella romana fue la antepasada perfecta. Hay que decir quizás con pudor, que el barroco ha nacido en Milán. El barnabita dejó concluir el proprio trabajo al conocido Francesco Maria Richini, el cual, empujado por la creatividad, diseñó cinco años después la fachada del Palacio del Senado con un potente trazado curvilíneo. Dos torres con campanarios, una cúpula a forma de “pan dulce” y una curva que se impone: la receta del barroco arquitectónico estaba lista. En cuanto a las dos torres - probablemente demasiadas para las campanas pero necesarias a la simetría que exalta el conjunto -, no eran otra cosa que la réplica de aquellas de la iglesia del San Sepulcro, a 400 metros de distancia. La cual fue edificada al retorno de la primera cruzada y retomaba un estilo normando verificable desde Caén en Francia hasta el profundo de la Sicilia. Los Normandos no han reclamado nunca el derecho de autor sobre el Barroco italiano.
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La espiritualidad de la iglesita fashion
San Babila, Milán
Se puede a veces abandonar el recorrido obligado del shopping por un diversión gratuita que hace de estímulo a la mente y al alma. Se lo puede hacer en modo inesperado también en el conocido cuadrilátero de la moda en Milán. Si muchos piensan que San Babila sea solo una plaza, podrían entrar a formar parte de los principiantes que saben que la plaza, muy recientemente en realidad, trae su nombre de una pequeña iglesia que tiene origen en el siglo IV de nuestra era. Ella en su mutación a través de los siglos, una víctima del fashion system milanés: nacida proto-cristiana, convertida en románica, fue recubierta con gusto barroco mucho mas severo después de la adecuación sucesiva al Concilio de Trento. En el 1880 el arquitecto Cesa Bianchi probó en llevarla de vuelta a un Medioevo muy genérico, en el 1905 el arquitecto Cesare Nava le rehace el estilo de la fachada y en el 1926 fue reajustado todo su interior. Y es la prueba que el estilo no debe ser necesariamente un asunto histórico de todos modos difícil de acertar sino que es muchas veces el resultado de la evolución del gusto de una comunidad.
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La hora en Milán a inicios del ‘300
San Gottardo en Corte, Milán
El campanario de la iglesia de San Gottardo in Corte lo conocen todos, aunque si no todos perciben completamente su fundamental importancia; sobre el mismo escribía ya con entusiasmo a inicios del 1300 Galvano Fiamma, capellán de Giovanni Visconti porqué allí fue puesto el primer gran reloj público de la ciudad; la memoria queda con la dedicación de la callecita adyacente Vicolo delle Ore (Callejón de los Horas). Al campanario corresponde un ábside coetánea en cuanto era la iglesia del poder ducal en la ciudad. Y esta ábside contiene una obra maestra de un maduro Gótico tardío que sabe ya de Renacimiento, el monumento fúnebre de Azzone Visconti, el señor de Milán que quiso el entero edificio, el cual fue asignado al cremonese Francesco Pecorari, conmemorado por los milaneses con la dedicación del nombre de la otra calle. La iglesia se concluía con un ciclo de frescos realizado por un núcleo de artistas seguramente bajo la dirección de Giotto. Todo fue subvertido por la intervención en el ‘700 de parte de Piermarini, que re-hizo el diseño en estilo neo-clásico, insertando la iglesia en el complejo definitivo del Palacio Real que estaba re-ordenando por cuenta de los Asburgo. Un restauro rápido y eficaz, por obra de la Veneranda Fabbrica del Duomo, ha recientemente restituido el edificio a la fruición.
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La cúpula perdida que inspiró Bramante
San Lorenzo y columnas, Milán
Tres son los grandes edificios eclesiásticos de la proto-cristiandad, todos con planta central, que quedaron sustancialmente íntegros: Santa Sofía en Estanbul (año 537), hoy museo; San Vitale en Ravenna (año 547) y San Lorenzo en Milán (siglo IV d.C.) aún hoy son todos lugares de culto. Los milaneses pasan distraídos delante a las columnas romanas con capiteles corintios considerándolas un ornamento urbano destinado al depósito de las latitas de cerveza, y hasta ayer un obstáculo al pasaje del tranvía que se introduce en la poterna medieval de Porta Ticinese. Son en verdad estas columnas la parte del acceso de una basílica formidable, construida a fines del siglo IV y que poseía una cúpula que fue de ejemplo, antes de derrumbarse en el 1573, al Bramante y el buen Miguel Ángel para proyectar la de San Pedro. En el interior del edificio sagrado, jugando con la fantasía entre los órdenes sucesivos de la construcción, se les vendrá a la memoria un mondo de más de un milenio y medio, y si por si acaso les faltara el estímulo, vayan hasta la capilla lateral de San Aquilino donde raros fragmentos de decoración en mosaico atestiguarán en modo cierto esta antigua fecha de origen. Mas tarde una paseo romántico de reflexión sobre la parte posterior de la basílica, donde la corte de las épocas le hacen de testigo que habría sido apreciado por todo poeta romántico, y donde el recuerdo de las ejecuciones capitales -incluida aquella de la columna infame allí cercana - podrà gustar a todo romántico splatter.
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San Pedro y los misterios de una joya del ‘400
San Pedro en Gessate
La encontrarán en frente al plomizo edificio de Piacentini que es el Tribunal de Milán, esa estructura neo-clásica perteneciente al lenguaje internacional de una única retórica que une Milán, Paris y Washington. La encontrarán proprio allí, indígena y autónoma, totalmente milanés, la iglesia de San Pedro en Gessate. Pequeña joya del siglo XV, desciende del mismo concepto de la arquitectura que dio vida a la fachada de San Ambrosio y el perfil de San Eustorgio: en Milán los edificios, son de ladrillos, se posan sobre el suelo, un poco como si fueran “panettoni” (panes dulces); son el opuesto lombardo a las exaltaciones góticas del resto de Europa. Pero es de ahí que proviene su dulce misterio. Y así se hace siempre caluroso y acogedor su interior, allá en donde sea conservado, porque desgraciadamente los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial fueron bastante calibrados y a los ingleses parecía que golpeando la memoria de los milaneses hubieran golpeado la conciencia de los italianos. La reconstrucción sirvió a salvar mucho, ante todo la atmosfera, pero también algunos frescos admirables como aquellos que el Zenale y el Butinone dedicaron aquí, en la capilla Grufi, a la vida y a los milagros de San Ambrosio. La narración estimula la curiosidad, el mono aparece al lado del herético golpeado por los azotes del santo, y a su vez hacen un batir de alas como mariposas benévolos los ángeles. Todo servía en contener y recordar el sepulcro del donante, una de aquellas obras maestras de la escultura lombarda donde el gusto del primer Renacimiento empuja ya hacia el realismo que triunfará un siglo después.
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El órgano en el que tocó Mozart
San Marcos, Milán
Si Milán es la ciudad de la música, la iglesia de San Marcos es su monumento mas alto. Había un organista a inicios del siglo XVIII, el grande Sammartini, y residió también por largo tiempo el joven Mozart. Giuseppe Verdi hizo ejecutar por primera vez el conocido Requiem para Alessandro Manzoni en el 1874, a un año de la muerte del escritor. La iglesia es dedicada al patrón de la Serenissima, en recuerdo de la alianza de Venecia con Milán contro el Barbaroja. Fue construida por los eremitas en el siglo XIII, con el gusto particular por las fachadas del gótico que se volvía itálico a causa de la utilización del ladrillo y de los pequeños pináculos que la caracterizan. Y tal queda por largo tiempo, hasta que no fue convertida también ella en barroca según los dictámenes majestuosos de la Contra Reforma local en el siglo XVII. El órgano del ‘500 de los geniales Antegnati fue enriquecido ya en el 1604, y es aquel en con el cual tocó Mozart. Mas tarde restaurado nuevamente e inaugurado por Amilcar Ponchielli, es todavía hoy disponible para ciclos de concierto que a lo largo de los años han transformado la iglesia en uno de los lugares predilectos de la música. Pequeño ejercicio para los históricos: observar las arquitecturas del ‘500 pintadas a fresco por los hermanos Fiammenghini, donde en un pasaje aparece un Cristo “giottesco” (de la escuela de Giotto) sobre las lápidas sepulcrales medievales, en el cual Dios Padre sostiene la cruz del Redentor, también esta una armonía musical a través de los siglos.
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Ese Trompe L’oeil firmado por Bramante
San Sátiro, Milán
Donato Bramante, el príncipe de los arquitectos conocido también a quien no sabe nada de arquitectura porque llevó a su completamiento San Pedro en Roma y por eso una de las iconas de la historia de la humanidad, era marquisano (de la región Marcas) y se había formado medio siglo antes en ese laboratorio de la fantasía que fue la corte de Federico duca de Urbino. Allí la confrontación entre el idealismo y las fantasías del Laurana le había dado la primera motivación para ir mas allá de los esquemas. Más su laboratorio fue el empeño milanés al servicio de Ludovico el Moro en los últimos veinte años del ‘400. Y lo atestiguan las obras, ese primer trompe o’leil (trampantojo) de la arquitectura que cierra el ábside de San Sátiro, iglesia lamentablemente descuidada por el turismo ciudadano, que es en cambio uno de los monumentos mas importantes de la historia del construir y del ilusionar, y por lo tanto del gusto. Y después el ejercicio en el ampliar y redefinir los patios cistercenses por el lado del abadía de San Ambrosio, aquel ahora incluido en la Universidad Católica, y para terminar la obra maestra suprema de un Renacimiento no todavía concluido pero ya lúdico en su manera, el “tamborón” del presbiterio de Santa Maria delle Grazie; este último – como siempre lo mejor de la arquitectura – va admirado antes desde afuera, en el juego de arcos, círculos y columnas que va después meditado desde adentro, donde estos elementos se hacen raros e místicos.
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San Mauricio y la perfección del órgano
San Mauricio y Museo Arqueológico de Milán
Existe en Milán un cruce de calles que delimita un pedazo de historia compleja y profunda, delante al cual el caminante pasa distraído ensordecido por los ruidos del tranvía sobre los rieles. Es el cruce entre corso Magenta y via Bernardino Luini, que delimita el área con el cruce sucesivo de via Nirone. Allí en el medio sobrevive la mas orgullosa de las torres medievales, aquella llamada impropiamente por Anesperto, arzobispo del siglo IX, pero en realidad edificio romano de fines del siglo III, y como tal para no perdersela. Y la historia continúa hasta la construcción del ‘500, de alta densidad poética, de la iglesia del ex monasterio de San Mauricio, edificio pintado a fresco con el mas bello ciclo de obras de Bernardino Luini, útil a nuestro caminante distraído, obligatorio para todos los interesados a Leonardo, su contemporáneo, en Milán. Se abre la iglesia todavía hoy día sobre el coro de las monjas, que conserva uno de los mas bellos órganos del ‘500 de Italia septentrional, el de los Antegnati, aún hoy en función y perfectamente entonado. El buen sentido quiere que adyacente haya nacido el Museo Arqueológico, que ocupa los antiguos claustros del monasterio, y que merece una visita fuera solo por ese extraordinario vaso tallado de vino viejo cuanto la torre. El latín, que es claro, a todos recita: Bibe vivas multis annis!
Órgano de los Antegnati, ex monasterio de San Mauricio
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El templo cívico con forma de tambor
San Sebastián y San Jorge al Palacio, Milán
Una inmersión en la historia caminando entre negocios de camisas y zapatos de via Turín. Les servirá mucho la fantasía para imaginarse períodos gloriosos, allá adonde hoy la vida corre frenética. Primer paso, San Giorgio al Palazzo. Así se llama porqué allí surgía el palacio imperial de Diocleziano: unica huella que queda, el nombre de la iglesia. Parecería que allí haya sido promulgado – por el imperial su heredero Costantino cuando el imperio si había dividido en cuatro – el edicto de tolerancia del 313, aquel que aprobó el monoteísmo católico como religión oficial del Occidente. Y la conmoción puede ser grande mientras se toma un café en la plazoleta, pensando que allí nace el embrión de ese mecanismo aún hoy incierto pero abrumador que llamamos Europa. La iglesia fue rehecha varias veces, después de la primera edificación en el siglo VIII, y se debe quizás el estilo definitivo a Pellegrino Tibaldi arquitecto. El caso Tibaldi es en cambio cierto para la iglesia redonda con forma de tambor que encontrarán a docientos metros hacia el Duomo, siempre por el mismo lado de la calle. Se trata del templo cívico dedicado a San Sebastián. Fue querido este edificio por voluntad conjunta del gobernador Ayamonte y el cardenal Carlo Borromeo, que más del español gobernaba entonces Milán. Cívico el edificio porque de pertinencia de la administración municipal, la cual aún hoy nombra el rector. Cívico además porque el santo fue elegido después de un largo debate entra las distintas cofradías y gremios que formaban el tejido productivo de la ciudad de entonces. Vence San Sebastián, en cuanto mártir soldado y patrón de los armeros y fabricantes de espadas que allí cerca producían los mejores aceros bélicos de Europa.
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Entre barcos y locomotoras recordando Leonardo
Museo de la Ciencia y de la Tecnica, Milán
De los museos milaneses es por numero de visitantes aquel con mayor suceso de público. Es cierto que no poco contribuyen los escolares a sus 400.000 visitantes. Es un laberinto para todo tipo de curiosidad científica, a comenzar por la reconstrucción de las máquinas de Leonardo da Vinci, pasando a través del laboratorio del relojero y llegando a la técnica moderna, con algunas maravillas que merecen la atención hasta de un inexperto. Las locomotoras a vapor son conmovedoras, pero aún mas las piezas enteras de naves desmontadas, que permiten a los milaneses de sentirse mas cercanos al mar. Recientemente ha llegado también el sumergible Toti, tecnicamente un verdadero submarino. Fuerzas de mar y de aire, donde la colección de aviones civiles y militares es muy estimulante. Es un itinerario a través del saber, la tecnica y la tecnología hasta nuestros días. Fue fuertemente querido por Guido Ucelli, ingeniero industrial con pasión incontrolable por las investigaciones arqueológicas, que lo llevaron a encontrar naves romanas hundidas en el lago de Nemi (Roma). Los edificios que habían sido bombardeados durante la segunda guerra mundial, tuvieron así la suerte de una reconstrucción y de un restauro que recuperó gran parte del claustro de los Olivetanos, asi como la bella fachada de la iglesia de San Vittore, proyectada por el mismo Alessi al cual se debe Palazzo Marino (Palacio Municipal). La basílica de San Vittore al Corpo debe su nombre a los huesos del mártir Vittore, soldado del emperador Massimiano, los cuales restos fueron mas tarde trasladados en el Sacellum de San Vittore in Ciel d’oro en San Ambrosio, para volver definitivamente a San Vittore.
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Silencio dentro la ciudad
Santa María de los Milagros en San Celso, Milán
Se llama Santa María dei Miracoli presso San Celso y el primer milagro que cumple es el de llevar el visitante fuera del ruido de los tranvías de corso Italia e introducirlo en un oasis de paz, el de la iglesia de San Celso, que aparece desde la calle atràs del portón mientras el patio con el pórtico de Santa María es celado por un muro. San Celso, existente desde fines del siglo IV en la primera época ambrosiana es un edificio de gran fascinación del siglo XI, donde el visitante encontrará rastros de capiteles de fuerte evocación. Más, la fábrica de Santa María es muchas culta: Iniciada el año sucesivo al descubrimiento de la America, es ya edificio de un pleno Renacimiento e surge alrededor del primer proyecto de una ambiciosa cúpula del Dolcebuono (óptimo nombre para un magister de la construcción) y del Battagio. Nacida para hospedar un icono maravilloso de la Vírgen, se desarrolla con todos los honores del caso y se enriquece después del 1505 desde un proyecto del Cristóforo Solari con un elegantísimo cuadripórtico con citas corintias, hasta que la fachada no es completada por Alessi, entonces héroe de la arquitectura milanés. Pasaron por ella Carlos V emperador y Filipe II rey de España. La concentración de obras sucesivas es muy importante, desde el Cerano al Nuvolone, dejando los visitantes sorprendidos por una bella Pala de Paris Bordone.
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El fresco desatendido en frente a la Última Cena
Santa María de las Gracias, Milán
A veces las visitas a lugares muy famosos pueden también ser provocadoras: hacen la cola para obtener el privilegio de entrar al Cenáculo en Santa María delle Grazie en Milán y desatienden por un momento la Última Cena de Leonardo da Vinci para prestar atención al gran fresco situado en frente, aquel que Donato Montorfano estaba completando mientras Leonardo iniciaba las labores del suyo. La obra firmada está fechada 1495, Leonardo completa su trabajo en el 1498. El pasado y el futuro quedan puestos enfrentados, pero que bello pasado el de la Crucifixión del Montorfano, como una especie de resumen de un Gótico internacional ya movido por el Renacimiento, que pone en el centro de la obra la ciudad con sus torres, las mismas que aparecerán pocos años después en los tapices vigevaneses diseñados por el Bramantino y hoy colocados en el Castillo Sforzesco. Bellísimos los detalles de los caballos con ese cuero rojo que era símbolo de la riqueza de la época, potentes los personajes de la muchedumbre en una composición tan así llena de gente de aparecer sonora. Es de gran interés las cruces a T de los dos ladrones, los cuales, según la tradición iconográfica del Norte, liberan sus almas uno al diablo y el otro al ángel que la levanta hacia el cielo. No cierra definitivamente un ciclo, pre corre ya los futuros Sagrados Montes de la Contra-Reforma.
Última Cena, Leonardo da Vinci 1495 - 1498 |
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Y Jesús se hace viticultor
Santa María Coronada, Milán
Parecen dos casas pegadas e idénticas, como si hayan sido dibujadas en la escuela primaria: cada una con su puertita coronada por dos ventanas arriba de las cuales mira el ojo de un rosetóncito. Fue querida, la de la izquierda, por Francesco Sforza recién subido al poder ducal en el 1451, después de la desastrosa República Ambrosiana: era el caso que el nuevo autócrata debía congraciarse la ciudad, y en modo particular los agostinianos observantes, que le realizaron una de las mas fascinantes bibliotecas del Norte de Italia, con códigos admirables que el Bonaparte robó y la Francia nunca mas restituyó. La sala de escritura existe todavía en su extensión arquitectónica, restituída veinta años atrás. Sobre el lado derecho de la iglesia del duque, la duquesa su mujer Bianca María Visconti, que garantizava una especie de sucesión con la familia ducal precedente, hizo construir la iglesia paralela y selló e todo poniendo en la fachada el serpiente visconteo. Era el año 1460, pasado y presente se unían nuevamente. En su interior merecen una observación respetuosa las decoraciones a sol radiante de los agostinianos, pero en modo particular un fresco del Bergognone donde el Cristo con cruz espreme la uva para extraer el vino que la Eucaristía trasnforma en sangre. El tema de la Prensa Mistica tuvo mucha resonancia en la región de los Flandes. La iconografía se inspira a un paso de Isaías (ls.63.3) que San Agostino liga al Racimo maravilloso del Libro de los Numeros, explicando que Cristo era el racimo de la tierra prometida puesto bajo la prensa del sacrificio eucarístico.
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Ver San Ambrosio (Sant’Ambrogio) y entender que es Milán
Basílica de San Ambrosio en Milán
No se puede entender Milán sin haber visto con atención la masa arquitectónica de la basílica de San Ambrosio (Sant'Ambrogio) y el patio con el quadri-pórtico que la precede, ese una vez reservado a los catecúmenos. Esa arquitectura de ladrillo tiene una capacidad de ponerse sobre la tierra con un sentido de lo estático telúrico y sólido que corresponde a lo mejor del alma así de sólida de los milaneses y que Marco Zanuso ha retomado a la perfección, en versión moderna, en el proyecto del Piccolo Teatro. Y es todavía el ejemplo mayor que queda de un estilo románico en fase de formación en los siglos finales del primer milenio. Mas es la misma historia que narran sus mismas piedras las que conmueven, como aquellas de las dos torres largamente en competición la una con la otra, la alta episcopal de los canónicos y la baja monástica benedictina, cada una con sus privilegios, sus peregrinos y obviamente sus ofertas, a aquellas de los testimonios internos de la basílica, el ciborio del obispo Angilberto II, inicios del siglo IX, el antependium (frontal de un altar) de oro del altar su contemporáneo y seguramente máxima obra de arte orfebre de entonces y quizás de toda la historia, las reliquias en la cripta, el misterioso serpiente en bronce llamado Moisés. Y además, mas allá de inútiles polémicas, la excelente nueva pavimentación proyectada algunos años atrás por Caccia Dominioni, un ejemplar intento de restituir la suavidad de los pavimentos cuando toman la pátina de los siglos.
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Narración de tres siglos
Sant’Eustorgio, Milán
Pocos lugares son un condensado histórico de tres siglos lejanos que pueden ser leídos como un libro abierto si apenas se presta la justa atención. La basílica de Sant’Eustorgio es un ejemplo excelente. Puede parecer hoy ligeramente confusa en su fachada, porque el restauro del ‘800, que ha querido limpiarla de todo oropel sucesivo, lo ha colocada en una dimensión histórica no inmediatamente perceptible. Efectivamente basílica desde el siglo IV, y fue un edificio de extraordinaria importancia en aquel Medioevo potente atestiguación con sus fuertes columnas internas, signos de una arquitectura militar y militante que fue demolida por Barbarroja cuando saqueó Milán, en el 1162, y se llevó de este sagrado lugar de reliquias de los Reyes Magos para conservarlas en la catedral de Colonia. Pasó después el edificio de culto en gestión a los dominicanos en el 1200, y se conserva todavía la reliquia del craneo roto de San Pedro mártir, el dominicano asesinado por los heréticos catari. La estructura completa se convierte en el centro dominicano milanés y a ellos se debe sin lugar a dudas la relación con Florencia, con la otra sede dominicana de Santa María Novella, y la relación natural con la formidable banca de los Medici, de la cual el enviado Pigello Portinari representaba los intereses en Milán. Y e spor eso que al lado de la iglesia reconstruída surge la capilla portinari, donde vienen citadas las nuevas líneas arquitectónicas que Brunelleschi ha recién concluído para la capilla medicea de San Lorenzo en Florencia, así como las pinturas del Foppa parecen ya relacionadas con los cromatismos de Leonardo. El Arca de San Pedro mártir de Giovanni di Balduccio es otra obra maestra tosco-lombarda, con un pariente estrecho en el arca del santo San Domenico en Bolonia. Globalismo de un tiempo…
La elegancia de la tibia
Santo Stefano y San Bernardino a los Huesos, Milán
Plaza Santo Stefano a primera vista parece sin lugar a dudas como un caos urbanístico y estético difícil de decifrar. Está enclavada en la memoria de los milaneses ya ancianos que allí seguían las manifestaciones estudiantiles del 1968. Por lo tanto lugar de la memoria. Pero en realidad lugar de la super memoria, en cuanto en la basílica de Santo Stefano fue asesinado el duque Galeazzo María Sforza el 26 de diciembre del 1476. Allí queda un aura de misterio que ha recientemente revelado el acto de nacimiento de Michelangelo Merisi, el Caravaggio, que desde entonces no es mas “de Caravaggio”, sino milanés! La iglesia de al lado es mucho mas reciente en su fundación, habiendo sido reconstruida en el siglo XVIII, Es quizás la prueba mas vibrante de la presencia española entonces en Milán. El Barroco que se hace Roccocó va a articularse en un octágono de exaltadora elegancia, que se concluye en una mas antigua capilla lateral en la cual vinieron entonces instalados los lamentables restos humanos de los cementerios urbanos ligados a la Ca’ Granda, es decir el Hospital. Los cráneos y las tibias elegantemente dispuestos en los escaparates sonríen hacia la eternidad y generan un memento mori de fuerte conmoción. Ahora que vuestra psiquis está preparada, pueden proceder hacia la cámara donde están depositados en vista los restos mortales de los Disciplini, monjes austeros que esperan en su osario severo la resurrección de los cuerpos, que uds. pueden ver en su fase de decaimiento.
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La sala decorada para el Führer
Estación Central de Ferrocarriles, Milán
Fue inaugurada en el 1913, la Estación Central de Ferrocarriles de Milán, y era entonces sin lugar a dudas retró, visto que en el resto de Italia se iba en direcciones arquitectónicas bien diferentes, la racionalista por un lado y la neo-clásica por el otro. En honor a la verdad el estilo total es el resultado de una época de ejecución que fue llevada a cabo muy lentamente, lo prueba el hecho que las labores públicas in Italia tienden siempre a no terminarse en tiempo: el concurso fue ganado por el arquitecto Stacchini en el 1922. Nace por lo tanto inmediatamente anticuada. La estación milanés es construida en un convencido estilo assiro-lombardo, un bizarro eclecticismo en realidad mas internacional del previsto, en cuanto algunos edificios igualmente retóricos fueron realizados en aquellos años en el mundo anglosajón, de acá y de allá del Atlántico. No es de menos esa exaltación de piedra que con los años se ha vuelto una auténtica curiosidad que merece la visita. La transformación actual no hace gran justicia a su pomposidad original. Se espera que un día la dirección de los Ferrocarriles lo pueda presentar como monumento, traiga en las salas de espera algunos de los muebles de época.
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Los tesoros con el regalo de la rareza
Venerable Biblioteca Ambrosiana, Milán
La Ambrosiana es la institución mas milanés de la ciudad, lo dice la palabra misma. Fue fundada en el 1607 por voluntad del cardenal Federico Borromeo, puesta a disposición de doctores y estudiosos. Si no es la primera biblioteca pública en Italia, en cuanto ya precedida por la de Cesena y por la de Girolami de Nápoles recientemente saqueada, es la primera que proponía ya entonces el estante abierto para la consultación. Una preciosa colección hoy de textos antiguos adquiridos desde el inicio con procedencias varias, comprendidos textos árabes y manuscritos iluminados entre los mas increíbles del planeta: desde Virgilio que había pertenecido a Petrarca, a los manuscritos de Boccaccio, hasta el Código Atlántico de Leonardo da Vinci. La prueba es que la importancia no viene por el numero de obras sino por la increíble rareza. El cardenal, siendo un profundo coleccionista, quiere poner a disposición de los estudiosos no solo textos escritos sino además pinturas aptos a su formación, que venían de sus pasiones contemporáneas, como las delicias de Brueghel, a los Tiziano encontrados en los mercados, y al grandioso proyecto de Rafael para la Escuela de Atenas en la Stanza della Segnatura en el Vaticano. Adquirió también la pintura de un recién llegado, entonces desconocido y hoy sin tiempo, la Canasta de Fruta de Caravaggio. De no perder los objetos admirables de colección, comprendido un corte de los cabellos de Lucrecia Borgia en una instalación excelente de inicios del siglo XX.
En la Pinacoteca Ambrosiana, que es parte integrante de la Biblioteca Ambrosiana, se encuentra la última pintura de Leonardo cuando se encontraba en Milán. El Retrato de un Músico que muestra una cartela con partitura musical y la escrita “Cant…Ang..” gracias a la cual se ha reconocido en el personaje Franchino Galffurio, “maestro de cappella” en el Duomo de Milán desde el 1484 y compositor de un “Cantum Angelicum” el Angelicum ad divinan opus.
Canasta de fruta, Caravaggio. óleo sobre tela años 1594-98 Pinacoteca Ambrosiana Milán |
Vaso de flores, Jan Brueghel óleo sobre tela, Pinacoteca Ambrosiana |
Código Atlántico, Leonardo da Vinci |
Código Atlántico, Leonardo da Vinci |
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Breve itinerario en la historia literaria
Via de los Omenoni, Milán
Tres siglos de historia literaria en trecientos metros! Via degli Omenoni 3, sede del conocido Clubino di Milano, pararse, no a observar la gente que entra y sale, sino esas estatuas de piedra que sostienen el portón. Son hombres llamados “omoni” y atestiguan la presencia de aquella que fue la más importante fábrica de esculturas de la España del ‘500, la del papá Leone Leoni y del hijo Pompeo Leoni. Queda todavía en una plaza en Guastalla la estatua de bronce que representa el gobernador de Milán Ferrante Gonzaga, mientras el Código Atlántico de Leonardo, allí en aquel entonces conservado, hoy está a la Ambrosiana. Salto del pre-Barroco al Neo-Clacisismo, en dos pasos estarán en plaza Belgioioso. Bellísimo edificio del ‘700, una de las obras maestras del Piermarini, donde probablemente residía el Giovin Señor exaltado por Parini. Es allí que se encontraba el mítico gabinete donde él se hacía poner el polvo cosmético sobre la peluca. Veinte metros y se pasa de Parini a Manzoni. Aquella era la casa milanés de don Lisander -modo de decir lombardo de Alejandro- que desde aquí partía de a pié hasta Brusù, hoy Brusuglio, donde está su otra casa. Obviamente Manzoni, quizás porque hijo no del todo legítimo del conde Pietro, al contrario probablemente hijo del Verri que hizo feliz la Giulia Beccaria, la casa la obtuvo más burguesa
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Sobre el itinerario artístico de los ricos humillados
Viboldone, Milán
Entre los edificios testigos de la complejidad medieval puestos en el area meridional de la ciudad, allá donde una vez comenzaba la riquísima extensión agrícola, no se puede olvidar Viboldone. Lugar de floración del complicado sistema religioso de los humillados, que mezclaba laicos y frailes en una estructura productiva que se vuelve entre las mas ricas de Italia septentrional. Su edificio central era aquella que hoy llamamos Brera, en Milán, desde donde provinieron esos rebeldes que tuvieron la mala idea de disparar un golpe de arcabuz a san Carlo Borromeo, el cual había iniciado una cruzada contra los teatros y contra los vestidos que estos operosos humillados procuraban a los teatros. Los humillados del campo se daban a la agricultura con proficuo rendimiento no menor de quien venía encargado de la belleza de las decoraciones de la abadía y en la calidad de los claustros adyacentes. Entre los frescos hay uno que merece particular atención: es de Giusto de’ Menabuoi y sigue la lección de su mismo maestro teórico que es el Giotto de los Escrovegni de Padua. Giusto justamente semplifica la narración del Juicio Universal pero encontrarán un diablucho abajo a la derecha, en la intención de consumar por la eternidad a sus condenados, a la izquierda los redimidos y en el medio un hermoso Cristo en almendra, iconografía rara de encontrar en Lombardía.
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Mil pasos entre el Futurismo y el Liberty
Villa Necchi Campiglio, Milán
Breve paseo para los incansables amantes de la gran arquitectura. Metropolitana (Subterraneo) de San Babila, se pone un ojo atento al edificio de mármoles blancos y rojizos en la plaza proyectada antes de la guerra por Gio Ponti junto a Fornaroli y Soncini, y enriquecida con las mas reciente fuente de Caccia Dominioni, y se entiende cuanto haya sido útil a los post-modernistas recientes; después se alarga la mirada sobre la torre Snia Viscosa de Rimini, que fue el punto de partida. Para comprender la inclinación a la monumentalidad de los milaneses habitualmente afligidos de understatement, hagan algunos pasos hacia adelante en corso Venezia hasta el cruce con via Senato, y encontrarán las lápidas que indica el lugar donde Marinetti escribe el Manifiesto del Futurismo, del cual encontrarán los primeros pasos conceptuales en la exageración liberty de Sommaruga en Palazzo Castiglioni, edificio totalmente en piedra seccionada a mordiscos sede de la Confcommercio (asociación de categoría de los comerciantes italianos), ejemplo lírico de ese sincretismo que estuvo a la base del gusto assiro-milanés. Después al n° 8 de via Cappuccini el Palazzo di Arata, donde se levanta en el atrio mosaicado a la bizantina la Victoria de Adolfo Wildt. Al final Villa Necchi bajo la mirada imponente de los exploit de via Mozart, un proyecto elegante, moderno y repulido de Portaluppi. La villa en la ciudad, con jardín y piscina, internos en boiserie cuidadísima y colecciones de obras de arte coetáneas. Hoy administrada por el FAI, con un bar agradable para pararse y reflexionar. Todo en no más de mil pasos.
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Villa Belgiojoso y la Milán de Radetzky
Villa Belgiojoso, Milán
Era proprio un bel tipo Ludovico Luigi Carlo María de Barbiano y Belgiojoso, vivido al servicio del imperio de Austria antes y de la Francia después, habiendo nacido en el 1728 bajo un poder y muerto en el 1801 bajo otro. Pero estuvo siempre motivado por la misma pasión por la cosa pública, por lo bello y su modernidad, a tal punto que, viejito, se hace construir por el Pollack la más moderna de las residencias milaneses, iniciada en el 1790 y completada en el ’96. El edificio retomaba el lenguaje reciente en aquel entonces sancionado por el arquitecto oficial de Maria Teresa de Austria, convertido después en arquitecto oficial del nuevo régimen, ese fenomenal Piermarini que ya había completado el Palazzo Reale y el Teatro alla Scala, y que mas tarde habría hecho de mentor – junto a Andrea Appiani – de la renovación y la transformación del colegio de jesuitas expulsados, en el Museo de Brera. El Neo-Clasicismo milanés fue fulcro de la invención de la nueva fase clasicista, que mas tarde habría convertido Paris. Tanto gustó a los austriacos, que el general Radetzky, retornado en Milán después de haber reprimido la revolución del 1948, allí pasó los últimos años de su vida. La villa, hoy municipal, es un resumen del mejor gusto de esos años, de colores pálidos de sus mármoles en planta baja a los espléndidas pavimentaciones en madera de Maggiolini en planta noble. Y fue puesta ya en aquel entonces en la mas innovadoras de las transformaciones urbanísticas, al borde del corso napoleónico hoy llamado Venecia, y en diálogo con el otro fabricado de excelente gusto que es Palazzo Dugnani con los frescos del Tiepolo. El jardín romántico al inglés está parcialmente conservado, con sus pequeñas vías hídricas, y el ojo atento, si informado, puede recorrer el corso. Si la villa hoy hospeda una galería del ‘800 digna de nota, sus depósitos bombardeados en la segunda guerra mundial fueron transformadas por Ignacio Gardella en el Pabellón de Arte Contemporánea.
§ HACIA EL NORDESTE
El nordeste de Milán
traspasa en el Veneto y es habitualmente
llamado el “Industrioso Nord-Est”
por la cantidad de empresas que allí desafían
a la economía mundial.
a la economía mundial.
El límite oriental del milanés no es de fácil definición, en cuanto el acento lombardo queda en la pronuncia, con las naturales formas dialectales, hasta el río Mincio y a la ribera occidental del lago de Garda. La historia ha sido mas caprichosa y cuando el joven general Bonaparte conquistó, o según el parecer de otros liberó Milán de los austriacos, en el 1976 la frontera con la Serenissima República de Venecia llegaba hasta el río Adda, la que ya cita el histórico del ‘500 Bernardino Corio “la familia de’ Coglioni toman el castillo de Trezzo, pero al final se mataron entre ellos”. El río Adda era frontera natural y río bastante peligroso visto que se ahogó en el 1477 el conjurado Ottaviano Sforza, después de haber fracasado el atentado contra la cuñada Bona di Savoia. Desde el Barbarroja en adelante fue terreno de batallas y muchas veces de muertes en esas aguas impetuosas que han permitido a la primera industrialización la instalación de centrales hidroeléctricas. Pero ese punto del Adda es también aquel donde Leonardo da Vinci, experto de hidráulica, amaba pasear a tal punto que usó su paisaje en la Virgen de las Rocas y en el fondo de la Gioconda. Bergamo amó en el medioevo combatir contra Brescia, y aún hoy dia las dos ciudades se miran a veces con desconfianza. Eran ambas ciudades autónomas entonces, mas tarde terminaron bajo la dominación viscontea en el Cuatrocientos y por lo tanto, primero Brescia en el 1426 y después Bergamo en el 1428, con dedicación aparentemente voluntaria por el lado que eran proveedoras de hierro trabajado se convierten en “Dominazioni di Terraferma” (Dominios del continente) de la Serenissima República de Venecia. Desde el Risorgimento (período de guerras de liberación del Imperio Austrohúngaro) en adelante fueron ligadas al insurgencia anti austriaca de las “Cinque Giornate” milaneses y se sintieron el corazón pulsante del Lombardo Veneto para volver hoy a formar parte de la Lombardia. Por otro lado ya en época longobarda Brescia última del sueño unitario que ligó Pavia al sur pasando por Spoleto, y es allí que fue a llorar los últimos años la longobarda Desiderata, la Ermengarda de Manzoni, después que Carlo Magno la había repudiado.
Atmósferas toscanas y marquetería del Lotto
Bergamo Alta, Bergamo
Pasear por Bergamo Alta….. Quizás por cual arcano motivo Bergamo Alta tiene un gusto así de toscano; y es así de cierto que los toscanos no lo sepan, como es seguro a todos que el elegante acento bergamasco poco tiene que ver con los guturales vocablos de los Etruscos. Bergamo Alta es una maravilla que no se puede no conocer, y que se aprende a conocer con los pies, caminando, y con la cabeza, observando. Punto central es innegablemente ese milagro de acumulaciones que es la basílica de Santa Maria Mayor. Desde el externo se lee con rápida facilidad la elaboración arquitectónica lombarda, que es aquel Románico intelectual completo, al mismo tiempo frugal y majestuoso. Los portales son una antología de imágenes de piedra, exaltado por leones stilofori (portadores de columnas) en mármol rojo de Verona. En su interior el estilo cambia integralmente en una reconstrucción barroca de Contro-Reforma, donde los Fantoni han dado lo mejor de su exaltación de artesanos de la madera. Pero la parte innegablemente mas conmovedora es aquella que precede la Contrarreforma y que se articula en las marqueterías diseñadas por Lorenzo Lotto para los bancos del coro. Allí se combinan en una libertad toda renacentista los ritos iniciadores, los misterios alquimistas y la pulsión de la fe, en un ciclo de imágenes que merece una larga meditación. Los 5 km de muros abrazan todavía los antiguos perfiles de torres y campanarios de la ciudad que consta de dos distintas realidades urbanas: la Ciudad Baja, corazón pulsante de la vida comercial y al Ciudad Alta, con la plaza Vieja que Le Corbusier definía “una de las plazas mas fascinadoras del mundo”; el tercer domingo del mes sus veredas y calles se abren al Mercantico, el mercado de los anticuarios y del bricolaje.
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Esas decoraciones que desafían el tiempo
Basílica de San Pedro al Monte, Civate, Lecco
Sobre la carretera Milán-Lecco parándose en Civate dando una mirada melancólica al lago de Annone se sube a pié, para quien es capaz en media hora, para otros en una hora y media…..y se descubre la maravilla: San Pedro, un edificio semicircular románico, que contiene en su interior el edificio rectangular con una sola nave y la cripta. Las decoraciones en estuco son excepcionales y tocan un bizarro paralelismo con el ciborio de San Ambrosio de Milán, a tal punto que la fecha comúnmente indicante el inicio del siglo XII podría ser descaradamente llevada mucho más atrás en el tiempo hacia el siglo IX, cuando entre Carlo Magno, Ludovico il Pio y Lotario esta tira de tierra alpina era central para la Europa y vía necesaria hacia Milán. La visual es espectacular, la emoción es tal de haberse convertido en fuente de inspiración para el arquitecto Mario Botta. La leyenda hace llevar los orígenes de San Pedro al Monte al último rey de los Longobardos, Desiderio, que hizo construir un cenobio en el 772 por la cura milagrosa del hijo Adelchi, aquel de la tragedia de Alessandro Manzoni, debida a las aguas de una fuente que todavía al dia de hoy fluye en esas montañas.
Un burgo entre el medioevo y el futurismo
Burgo de Cornello dei Tasso, Camerata Cornello, Bergamo
¿Pero de donde podían haber venido las curiosas ideas arquitectónicas sobre la ciudad con varias capas de recorridos al arquitecto futurista Antonio Santo Elia, ese genio anticipador del siglo XX nacido en el 1888 en Como, el mismo año en el cual en Volos, en Grecia, nacía el metafísico Giorgio De Chirico? Quizás de sus paseos de adolescente en los Pre-Alpes, entre lagos, la Valtellina y cuesta abajo hacia Bergamo a través del valle Brembana. Por esos lados existe un pueblito medieval substancialmente intacto, el borgo Cornello dei Tasso, la noble familia que con su edificio patricio dominaba como una gallina clueca un mini agregado urbano en el cual merodeaban los pollitos. Este pueblo es en realidad un verdadero proyecto urbanístico: se articula, a partir del torrente Brembo, sobre el cual se posa, a través de varios niveles suprayacentes, exactamente como un proyecto complejo de urbanística futurista. La parte de deambulación y de unión recorre todo el sistema con estructuras a forma de arco y con una pavimentación que la rinde lista para un movimiento perenne. Allí aparecen las escuderías (los garajes de entonces) y los negocios (los supermercados de entonces) y desde ahí sube hacia el sistema habitacional hasta llegar a saludar la iglesia románica que concluye el otro lado del horizonte. Ahorro energético garantizado por la compactibilidad. Linea del horizonte que respeta el ambiente.
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Brescia, Santa Giulia y las mermeladas
Complejo museal de Santa Giulia, Brescia
Brescia, patria del acero……El infinito desorden de una urbanística fluida que la rodea como ciertas telas de arañas alrededor de un fruto precioso ofrece el centro de Brescia poco conocido a los mas. Cuando se piensa a la Leonessa (Leona) viene a la mente plaza de La Loggia y algo mas. Todo otra cosa si se afronta tranquilamente de a pié la ciudad antigua tendrán la suerte en descubrir uno de las mas densas acumulaciones semánticas de la historia del hombre en Lombardía. Grande fue la gloria romana, central fue la ciudad en las ambiciones longobardas, a tal punto que fue sede el imperio del último rey Desiderio y que allí estuvo a sufrir la mujer de Carlo Magno, Ermengarda. El aura del drama se respira todavía en el monasterio de San Salvatore, sucesivamente englobado por Santa Giulia. Gloriosa fue la ciudad de los herreros, que empujaron a los pintores del Renacimiento a narrar con habilidad armas y armaduras. Las encontraran en la Pinacoteca Tosio Martinengo, donde descubrirán también aquellos brescianos travestidos de pobres con las pupilas negras en el curioso populismo de Giacomo Ceruti. Brescia la longobarda estaba entonces bajo los tacos de Venecia y ésta había allí mandado enseguida el hábil Tiziano del políptico de Averoldi, conservado en la Colegiata de los Santos Nazaro y Celso. Descansen después en el claustro del seminario: en su centro en primavera florece el cerezo. En verano el párroco recoge sus frutos y hace la mermelada.
Santa María in Solario, año 1150, Museo Santa Giulia. Ciclo pictórico de Floriano Ferramola 1513 - 1524 |
Brescia posee el glorioso título de “Leonessa d’Italia” (Leona de Italia) por las diez jornadas de levantamiento popular y resistencia capitaneada por Tito Speri contra la opresión austriaca, desde el 23 marzo al 1° abril 1849, los tiroteos de la represión dañaron el Duomo, el Palazzo della Loggia y el Teatro Grande.
Coro de las Monjas del Monasterio San Salvatore, año 1478, Museo Santa Giulia. Ciclo pictórico de Floriano Ferramola y Paolo da Caylina el joven año 1520 |
Coro de las Monjas del Monasterio San Salvatore, año 1478, Museo Santa Giulia. Ciclo pictórico de Floriano Ferramola y Paolo da Caylina el joven año 1520 |
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Vino de Caravaggio y magia de las bodegas
Burgo de Grumello del Monte, Bergamo
Entre Bergamo y el Lago de Iseo hay una area de colinas particularmente adecuada para el cultivo de la vid, desde la noche de los tiempos. Allí encontrarán el "borgo", es decir el burgo o centro histórico medieval de Grumello del Monte, aún hoy sustancialmente intacto y como milagrosamente salvado de la urbanística fluida que ha invadido gran parte de la Lombardía. En medio del pueblo, sobre la colina, se eleva un castillo del año 1200, centro de una pequeña empresa vitivinícola, que siendo interesada a la llegada del público tiene las puertas abiertas. Las bodegas son una especie de maravilloso salto en la historia pasada, como lo son las torres y los espacios circundantes. Pero la verdadera sorpresa intelectual es un vino particular de color rojo ámbar que es parecido en todo y es de todo similar a aquel que el Caravaggio, proveniente de una familia de la zona, hace ver en el vaso de su joven Bacco a prueba del hecho que su realismo era efectivamente real. Se trata de una vid autóctona, o por lo menos así se dice, en cuanto ha sobrevivido a la epidemia de la filoxera que, venida desde las Americas, destruye gran parte de las vides de Europa hacia afines del siglo XIX. Siendo ella bergamasca oriunda, resistente a todo, exactamente como hacen los bergamascos. Hoy da un vino de pasas que permite un viaje en el Mil Seicientos. Dulce pero no demasiado, corposo y convencido. Deja un buen recuerdo, como los bergamascos.
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Esas decoraciones sobre las piedras y la envidia de Paul Klee
Incisiones rupestres de Val Camonica, Brescia
No interesan solo a nosotros, hoy. De ellas hablaba ya Strabone en los años en los cuales Jesús predicaba en Galilea. Por lo tanto son propio antiguos los antepasados de los bergamascos y brescianos y quizás hablaban con el mismo acento. Son Celtas muy muy viejos, paleolíticos y neolíticos que llegan hasta la primera Edad del Hierro, que dura efectivamente aún hoy con los altos hornos. Mientras entraban en esta edad se pusieron a decorar las piedras de sus valles con una intensa serie de grafitis que son entre los mas misteriosos que desde la edad prehistórica hayan llegado hasta nosotros. Estos “petroglifos” llegan hasta unos 70.000 y obviamente no pueden ser vistos todos, pero son suficientes algunos para abrir la fantasía en direcciones inesperadas: aquella que ofrece una visión toda particular de la relación con el sol, aquellas que van a encontrar las raíces de la representación de figuras humanas que habrían causado envidia a Paul Klee. Todo bajo el signo mas emocionante entre los grafitis, la conocida rosa camuna; y siempre considerando el rol que estas inserciones visivas jugaban en el paisaje montano. El paseo vale la pena y para quien tuviera la fuerza lo podría realizar enteramente desde el Paso del Tonale hasta las riberas del lago de Iseo, para constatar que los camunos de hoy son proprio simpáticos, polenta incluida. Tienen parientes desde Escandinavia hasta la España, pasando por Francia y los cantones suizos, a demostración que la Europa existía bien antes del Euro.
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Una pequeña Sixtina en la casa de campo
Capilla Suardi en Trescore Balneare, Bergamo
Se trata de una de las obras probablemente mas “locas” (me permitan el término) de Lorenzo Lotto, el cual aparentemente debía vivir su inicio en el Cinquecento (1500) bajo la tutela estética de Venecia pero que a ella contraponía una psique suya bergamasca en olor a veces de Reforma. La realiza para un pequeño oratorio de los condes bergamascos Suardi en el interior del complejo de la villa de propiedad en Trescore Balneario y hace una especie de capilla Sixtina en el campo dedicada a dos santas, santa Bárbara y santa Brigida, una por pared. En la pared de santa Bárbara la figura central es aquella de un Cristo que desde los dedos de las dos manos abiertas, como una vid que desarrolla largos ramos, da vida a los santos. Despertarán la curiosidad aún más la vasta descripción paisajista que allí se articula con castillos, casas civiles y pórticos, entre los cuales se materializan los misterios y la cotidianidad excelentemente narrada de una vida bergamasca que a estos mártires parece del todo extraña. No es de menos santa Brigida, que toma los votos en una iglesia circunstante. Y sobre el techo, descuidados entre las traversas de madera, alegres y despreocupados volaban los angelotes entre ramas, viñedos y grapas: pero son también ellos prestados a la fe, porque en sus escritos se lee la palabra de la salvación. El nombre de la localidad, Trescore Balneario, se refiere a las aguas curativas que eran conocidas y frecuentadas por los Romanos, fueron valorizadas en el ‘400 cuando Bartolomeo Colleoni reconstruye las termas sobre los restos del convento benedictino medieval, surgido a su vez sobre los restos de los antiguos establecimientos romanos.
En Bergamo Alta el recuerdo del guerrero
Capilla Colleoni, Bergamo
Ya hemos sugerido en el pasado de subir hasta la colina, el Berg de origen alamán-lombarda que domina la infinita llanura, o sea Bergamo Alta. La invitación se repite para dar una mirada a uno de las mas significativas obras maestras del primer Renacimiento, la capilla de los Colleoni. El Bartolomeo que derrota el colega Braccio da Montone, traía estirpe de una familia guerrera que ya en el Dugento (Consejo de la Asamblea de la Republica de Florencia del 1411) ya se había distinguido bajo el emperador Federico II con tal épico antepasado con el nombre bizarro Sozzon dé Coglioni, el cual había dejado a la familia un escudo donde los nobles atributos eran hasta tres, “Duos colionos albos in campo rubeo de supra et unum colionum rubeum in campo albo infra ipsum campum rubeum” Se convierte en conductor, una de esas formidables figuras de self made man a disposición guerrera de quien lo contrata como hoy es a disposición de una empresa el manager vagante. Noble es su estatua veneciana, por obra del Verrocchio. Ejemplo encomiable para los hombres de hoy, gestiona él el poder y la espada a la par con el gusto y la mente, y construye para si mismo un mausoleo del gusto humanístico puesto al lado de la basílica de Santa María Mayor, que es un bello ejemplo de esa potente articulación del gusto de tardo ‘400 que ponemos hoy a la base del Renacimiento. Estirpe, gusto y garra combinados que deberían hacer reflexionar los héroes de hoy dia.
La construcción de la capilla inició con la demolición de la sacristía del Duomo, a pesar de una súplica inicial de los rectores de la iglesia para mantenerla y que en cambio decidieron mas tarde en dar el consenso al arrasamiento del lugar, queda la duda que, cansado de la lentitud burocrática, el impetuoso conductor haya acelerado la empresa manu militare.
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Tres obras maestras del Vela en la capilla de los contes Giulini
Capilla San Felice, Usmate Velate, Monza e Brianza
No hay dudas, también sin decirlo hoy podría parecer politicamente poco correcto, que el período teresiano de la “dominación” austriaca en Lombardía y el sucesivo pre-unitario hayan sido tiempos de extrema calidad urbanística y edificante. Fueron en aquellos años Milán y la Brianza terreno de vanguardia para la arquitectura neo-clásica. La municipalidad de Usmate Velate conserva un doble testimonio. La villa mas tarde renombrada Scaccarabozzi, en Velate, era una vez la vivienda del conte Rinaldo di Barbiano, hecho príncipe de Belgioioso en época napoleónica y como tal protagonista de la mutación estilística que llevó gran parte de los potentes de entonces a transformar sus residencias en palacios con jardines con gusto. Los Giulini della Porta, propietarios sucesivos de la villa, si hicieron construir como capilla fúnebre, en el cementerio de Velate, otro edificio neo-clásico en la mitad del siglo XIX por Giacomo Moraglia, perfecta citación greco-romana según los mejores parámetros de la época. Y la suerte quiere que hayan puesto allí hacia fines del siglo algunas obras maestras escultóricas de Vincenzo Vela (1820-1891). Estan todavía conservados en su lugar un Ecce Homo, una Resurrección y una Oración de los Muertos la cual representa ana elegante señora del gusto decadentista que está, con noble descuido, sentada sobre el borde de un sarcófago romano. Rinaldo era hijo de Anna Ricciarda d’Este y Alberico XII (1725 – 1813), general, concejal imperial, primer prefecto de la Academia de Brera y bibliófilo amigo de artistas y escritores entre los cuales Foscolo y Parini, viene por algunos identificado con il “giovin signore” de Il Giorno.
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Halcones, búhos y una lechuza en el castillo a pico sobre el lago
Castillo de Vezio, Varenna, Lecco
Se llega hasta Varenna a orillas del lago de Como o, según algunos, de Lecco (ese ramo famoso del Manzoni) se llega en tren o automóvil o, mas romanticamente, con el barco que viene de la otra orilla, embarcandose en Menaggio. Después inicia la subida de a pie por un poético sendero hacia las ruinas del castillo de Vezio. Mas arriba se encuentra un jardín de olivos a testimoniar la dulzura del clima pero no de la Historia, porqué esconde una serie de subterráneos que servían de defensa contra el riesgo de invasión helvética, sin razón temida por el general Cadorna durante la Primera guerra mundial. El castillo es hoy una hermosa ruina cargada de emociones, y parte de los muros que señan la bajada hacia el valle indica todavía su función medieval, cuando servía para defender la ciudadela que está por debajo. Hoy retoma vida gracias a un grupo de halconeros que los entrena a los emplumados aristocráticos y los hacen volar como demostración de su habilidad: en el sitio del castillo viene periodicamente actualizado el calendario de las exibiciones de vuelo para el público.
Para evitar que se sientan demasiado aislados, estan en compaña de una lechuza y del búho Artú, que parecen desde siempre pertenecer a las piedras del edificio.
Los rapaces, se sabe, gozan de óptima vista; a la misma vista es invitado el visitador que, desde el alto de la torre, ve la división del lago en sus dos ramos, comprendida la maravilla de Bellagio en el punto donde se cruzan las aguas.
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Ecos Leonardescos
Iglesia de San Andrés, Melzo, Milán
Melzo poco afuera de Milán, es todavía hoy una curiosa sorpresa. La vasta finca de los Invernizzi tiene allí garantizada una conservación paesajística que es una absoluta rareza en el desórden urbanístico del hinterland milanés. Quizás por este motivo también el centro de Melzo aparece mejor conservado del previsto. Aquello que fue el feudo regalado a Lucía Marliani por su amante Galeazzo María Sforza se convierte en el feudo consolidado para el mariscal Giangiacomo Trivulzio por haber conducido las tropas de Luis XII a la toma de Milán y a la fin de la gloria sforzesca, y queda todavía un ámbito donde el sabor adentro de la historia se hace tangible. Las casas bajas del centro ciudadano conservan su gracia, que encontraremos toda condensada en la pequeña iglesia de San Andrés. En esta encontrarán un ciclo de frescos que deja aún hoy muchas dudas en la crítica. La atmosfera leonardesca es muy aparente, aunque si directamente a Leonardo es difícil referirse. Que se trate de un artista de su círculo es de todos modos evidente, y lo testimonia la gracia de la vírgen situada bajo el nicho. Cuanto lo cuenta San Andrés sobre su cruz con forma de X, que trae a la memoria el famoso dibujo del cuerpo de Leonardo da Vinci, conocido coomo Hombre Vitruviano. Quizas no una obra de arte sobresaliente pero innegablemente un lugar de gran evocación.
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El convento como guardián de la Franciacorta
Convento de la Anunciada de los Siervos de María, Rovato. Brescia
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El villaggio (pueblo) social del “sciur padrun” (Sr. Patrón)
Crespi d’Adda, Bergamo
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Un sarcófago rojo en la catedral milenaria
Catedral Vieja (Duomo Vecchio) de Brescia.
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Con Plinio y Dante sobre la Isla del Garda
Isla del Garda, Brescia
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A la espera de un renacimiento
Monasterio de Astino, Valle del Astino, Bergamo
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La Pieve y el Valentino padano
Montichiari, Brescia
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Entre turbinas y pilones
MUSIL Cedegolo, Brescia
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La invencible armada en la encrucijada de Tirano
Palacio Salis, Tirano, Sondrio
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La ciudad de las cuadras medievales
Plaza de las Hierbas con las 4 calles medievales y Villa Mazzotti. Chiari, Brescia
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El patrón, los obreros y el juicio universal
Paseo sobre el Adda, Bergamo
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Montes y meditación
Priorato de Piona, Colico, Lecco
El lujo del cuero rojo
Polittico de San Martino, Treviglio, Bergamo
Romano di Lombardia, Bergamo
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Una rotonda sobre el río
Rotonda de San Tomé e Iglesia de San Jorge en Lemine. Bergamo.
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Il dulce encanto del lago de Garda
Península y Grutas de Catullo, Sirmione, Brescia
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La joya reencontrada del barroco lombardo
Santa María de la Caridad, Brescia
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Aqui la Vírgen aparece y salva el niño del lobo feroz
Santuario de la Madona del Bosque Imbersago, Lecco.
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El genio encantado de los baños deliciosos
Termas de Bormio, Sondrio
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Genio y pacotilla en la alcoba dorada
Victorial de los Italianos, Gardone Riviera, Brescia
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Lo observan, recorriendo la autopista Milán – Brescia, a lo lejos y dulcemente apoyado sobre la línea del horizonte de los últimos Prealpes de cara a la llanura: es el convento de la Anunciada de los Siervos de María en Rovato, construído sobre le monte Orfano, el cual se llama así porque esta allí como un pedazo de colina aislado como guardián de la Franciacorta que atrás de él se articula y extiende. La galería del edificio, educado y elegante, desde el alto los invita a subir a la colina, en el verde. Se encontrarán así en uno de los viñedos mas antiguos de Europa y en uno de los lugares místicos mas importantes de la Lombardía: en una síntesis arquitectónica que espacia desde los años de la fundación en la segunda mitad del 1400 hasta su completamiento barroco. Es hoy aún dia lugar en el cual los monjes reciben y dan la bienvenida para pensar o meditar y el pasear en sus claustros lo deja entender también al mas frío de los espíritus. Los frescos presentes vuelven a trazar la historia del monumento, de intervenciones cuatrocientescas atrasadas a un hermoso ciclo del Romanino. Después den una vuelta en la municipalidad limítrofe de Rovato para dejarse sorprender en la iglesia románica de San Esteban por un ábside afrescada con el Cristo en almendra y de una Vírgen giottesca.
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El villaggio (pueblo) social del “sciur padrun” (Sr. Patrón)
Crespi d’Adda, Bergamo
Existía una vez la industria con el patrón como jefe. El “siur padrun”,sr. patrón, aquel “dali béli braghi bianchi” (de los lindos pantalones blancos), que no puso, como en la canción está escrito, “fora le palanchi” (saquen la plata!) para las obreras en protesta, sino que tuvo la idea aún hoy conmovente de sacar su plata con el objetivo de crear una entera ciudad obrera. Se trata de Crespi d’Adda. Cristóforo Benigno Crespi había nacido en Busto Arsizio (a las puertas de Milán) en el 1833. Se transfiere para hacer fábrica en la bergamasca y adquirió ochenta y cinco hectáreas agrícolas en las comunas de Capriate San Gervasio y Canonica d’Adda. Allí instaló la fábrica textil y a su alrededor hace construir una barrio residencial para los trabajadores, que es uno de los primeros ejemplos de urbanística social y hoy un documento formidable de arqueología industrial. Había todo el necesario, desde los despachos hasta las escuelas. Todo perfectamente ordenado. No contento decide tambièn la instalación del cementerio: el patrón al centro, los empleados (entonces llevaban todavía el cuellito blanco almidonado de la camisa) alrededor de él, y al finale l ejército obrero bajo dominio en la eternidad de los siglos. Encargó el proyecto del cementerio al mismo arquitecto expresionista modernista Gaetano Moretti, al cual había confiado la invención de la central hidroeléctrica sobre el río Adda. Todas las energías juntas. Hoy es un lugar que merece la visita porque también la UNESCO le reconoce el título de patrimonio de la humanidad.
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Un sarcófago rojo en la catedral milenaria
Catedral Vieja (Duomo Vecchio) de Brescia.
Los brescianos, se sabe, son siempre algo exagerados y por este motivo de catedrales no tienen una sola ! La “nueva” es una explosión arquitectónica que recorre las manufacturas barrocas que los lombardos propagarán en toda Italia y en el mundo; el “viejo” es innegablemente mas raro, en cuanto es uno de los pocos tambores románicos intactos ya de mil años. Merece una atención particular, por esa fuerza suya entre el místico y el militar, por la riqueza de las columnas recuperadas y recogidas de aparatos arquitectónicos romanos que llenaban la ciudad, y sobretodo por la determinación en mantener este gusto al mismo tiempo romano y románico en la colocación del sarcófago del obispo Berardo Maggi, príncipe de la ciudad entre fines del 1200 e inicios del 1300. Se trata de una manufactura admirable en mármol rojo de Verona, que en mucho se parece a los sarcófagos tardos romanos todavía hoy conservados proprio en Verona. Ella se enriquece, para demostrar que el pasado antiguo sobrevive en la modernidad medieval, de una serie de bajorrelieves que celebran el juramento de la paz y fidelidad al obispo de la ciudad, y sus funerales en medio del pueblo y de los santos, como si estuviera él mismo a la búsqueda de una santidad que no le será concedida, por lo menos aparentemente.
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Con Plinio y Dante sobre la Isla del Garda
Isla del Garda, Brescia
No podrán encontrar lugar mas mágico y evocativo en el extremo oriente de la Lombardía de la isla de los Cavazza, con el homónimo Palacio en el lago de Garda. Pasaron todos, desde los antiguos Romanos, Plinio obviamente incluído, a san Francisco y a Dante, que la cita en su mas alto poema. En realidad asume su aspecto definitivo, el actual, cuando Gaetano de Ferrari de Génova trae allì su señora esposa María Annenkoff, archiduquesa de Rusia, y se sabe que los rusos de entonces, cuando llegaban al profundo Sur de los Alpea meridionales, no podían dejar de plantar jardines espectaculares como había hecho también el príncipe Troubetzkoy en Pallanza sobre le Lago Mayor. El afortunado consorte de ella trajo el arquitecto milanés Luigi Rovelli, tan eclético di ir a diseñas a Rapallo. Cuando la isla pasó a los Cavazza de Bolonia, ellos también realizaron su sueño. El jardín de delicias debido al clima particular es exaltado por una villa que de el mismo desea superar la fantasía y el exotismo: aparece como un palacio veneciano gótico transportado por una mano de hadas sobre las dulces aguas del lago. Otro caso de Belle Epoque perenne consignado a la historia y hoy abierto a las visitas del público.
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A la espera de un renacimiento
Monasterio de Astino, Valle del Astino, Bergamo
Se encuentra en una porción del paisaje lombardo milagrosamente intacto, el monasterio de Astino, y ofrece al afortunado visitante una vista absolutamente fuera del ordinario. Está posado en llanura bajo los muros occidentales de la ciudad de Bergamo Alta y comprende una area agrícola aún cultivada como campos y viñedos. En ese lugar mágico y místico al mismo tiempo la mirada se mueve sin encontrar intervenciones de arquitectura reciente: una inmersión en el pasado poético. El asentamiento del monasterio es antiguo, nace a fines del siglo XI, cuando los monjes vallombrosianos centro-italianos se instalan en Bergamo en oposición al obispo Gualberto, que todo era menos que un hombre santo y que además profesaba fe politica filo-imperial. La iglesia con el pasar de los años cambia decoración y resume asi de bien las épocas sucesivas con un órgano central de fines del Mil Quinientos y una escalinata de acceso muy escenográfica. Son los edificios adyacentes a golpear la memoria: un vasto cenáculo del Quattrocento (del 1400) muy similar a aquel bien conocido de Milán, una corte que se delinea entre arcos y columnas renacentistas de portentosa elegancia. Pero son los sótanos a conmover. Eran lugares para exprimir las uvas vecinas y de maduración del vino y se siente aún hoy el olor entre tinas y barriles, suelo en tierra batida y muros construidos en seco.
El valle de Astino se muestra como una cuenca de gran belleza paisajista, una calle panorámica que tiene su fulcro en el monasterio y atraviesa Borgo Canale, llega a la Ciudad Alta de Bergamo a través de Porta Sant’Alessandro, superando el sistema de los muros medievales.
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La Pieve y el Valentino padano
Montichiari, Brescia
Todo es llano por los lugares de Montichiari, menos que una pequeña colina que delimita el centro histórico y actúa de cortés acrópolis. Allí encontrarán una verdadera maravilla del siglo XII, la pieve (iglesia rural antigua) de San Pancracio, una iglesia con tres naves en piedra que iría contada entre las mas significativas arquitecturas románicas de la Lombardía. En su interior permanecen rastros muy intrigantes de frescos pintados entre el Docientos y el Cuatrocientos, pero la parte obviamente mas atrayente para el curioso, y seguramente también para el especialista, es proprio la estructura arquitectónica, la calidad formal de las columnas, el cruce visivo de las arcadas de sostén de la trabadura con aquellos que delimitan las naves, y después la vista externa con las decoraciones lapídeas perfectas del doble arco lombardo sobre el ábside. Montichiari parece asi lejana de los circuitos turísticos y es en cambio la tercera ciudad de la provincia de Brescia. Llena de historia muy antigua, debe en cambio su “sabor” actual al conde Bonoris, un banquero que a fines del siglo XIX adquirió la vieja roca y sobre ella realiza una especie de Valentino (famoso parque público en Turín) en versión padana; mas tarde realiza un importante teatro social. Hoy Montichiari tiene además su Feria, donde a veces se organizan excelentes manifestaciones de anticuarios, pero donde sobre todo se celebra el mas potente encuentro de razas vacunas de Italia.
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Entre turbinas y pilones
MUSIL Cedegolo, Brescia
Se llama MUSIL pero nada tiene que ver con el autor asburgico. Es el acrónimo de Museo de la Industria y el Trabajo, y una de sus sedes, la del Museo de la Energía Hidroeléctrica se encuentra en Cedegolo en el medio de un valle estrecho, el Vallecamonica, el de los Camunos y de sus incisiones rupestres. Se llega desde la vieja Estatal 42 por el paso del Tonale. Ya por si mismo el edificio merecería una visita: es una central hidroeléctrica cerrada construída en cemento armado y piedra a inicios del siglo XX, cuando la arquitectura industrial se jactaba de un deseo expresivio que debía atestiguar su importancia. Con vista obviamente sobre el torrente del cual tomaba la masa de agua necesaria para su funcionamiento y recientemente la Municipalidad ha instalado a lo largo de sus orillas un paseo suspendido de poética evocación. Dentro del edificio son conservadas las turbinas y un aparato didáctico que narra su funcionamiento con un sistema audiovisivo de excelente evocación educativa: la nube se hace lluvia, la lluvia se hace torrente, el torrente se hace energía eléctrica. Se pasa después a la cámara de los diques, se escucha el ruido rimbombante de las aguas y de las turbinas y uno se queda estupefacto por el árbol de la electricidad, aquel formado por los monumentales pilones históricos. Y se feflexiona sobre el dura trabajo de los hombres yendo a comer “casonsei” (ravioles) con manteca en el restaurant cercano.
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La invencible armada en la encrucijada de Tirano
Palacio Salis, Tirano, Sondrio
Suban por un escalón de honor prestigioso, entren en un salón de honor del Setecientos y den vueltas por las salas de Palacio Salis en Tirano. Entrar en este palacio los introduce en un inesperado milagro arquitectónico al cual se accede nada mas y nada menos que desde un portal del Vignola. Y así habrán ya entendido gran parte de la magia que los espera. Por un lado el Vignola, emiliano que en Roma dió inicio a los primeros pasos hacia la maniera del Barroco, con los formidables hogares que diseño para Palacio Farnese, hoy Embajada de Francia; por el otro el clasicismo de una época en la cual el pasaje en Valtellina fue el camino normal para llegar a Europa del Norte, y lo convierte en modo particular después de la derrota de la Invencible Armada de Felippe II. Por delante de ese palacio pasaban las tropas hispánicas a las cuales el pasaje en el canal de la Mancha hacia el Flandes había sido impedido después del desastre naval en los blancos acantilados de Dover, esas tropas que entonces narraban: España mi natura, Italia mi ventura, Flandes mi sepultura. Y para ellos, ver ese palacio era el último momento de júbilo estético antes de un recorrido cruel. Para uds. la delicia del jardín interior será el inicio de un viaje mental muy agradable. Y entenderán que Italia ya entonces era unida por un idioma y por el gusto.
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La ciudad de las cuadras medievales
Plaza de las Hierbas con las 4 calles medievales y Villa Mazzotti. Chiari, Brescia
Una visita a Chiari es fuertemente recomendada a cada aspirante urbanista, en cuanto la pequeña ciudad de poco menos de 20 mil habitantes (el equivalente de las personas acogidas por un solo rascacielos de Shanghai) suma todas las necesidades orgánicas de una verdadera ciudad crecida con la inteligencia elegante de la propia historia. Aún hoy es en efecto dividida en cuatro “quadre” (cuadras), palabra que está al origen del término “quartiere” (barrio). Estas cuadras confluyen con regularidad en la plaza central, llamada delle Erbe (de las Hierbas) es decir del mercado. Desde el Medioevo las canalizaciones internas llevaban el flujo de los canales, cursos de agua derivantes del río Oglio, para un sistema de aguas a disposición de la población. En el centro obviamente una poderosa iglesia del Quinientos y una torre cívica con cuatro relojes expuestos hacia las cuadras. A los bordes de la ciudad, la familia mas rica del siglo XIX hizo construir Villa Mazzotti, un ejemplo de exaltación arquitectónica en estilo grand hotel para uso privado, donde las rejas fueron realizadas por el mago del Liberty del hierro forjado Alessandro Mazzucotelli. Hoy dia se produce allí una bella reseña anual de la pequeña producción editorial. Habrá sido esa atmósfera a influir el hijo de casa Franco Mazzotti a participar a la invención y financiación de las Mille Miglia (carrera de autos históricas) en el 1927.
Villa Mazzotti, Chiari, Brescia |
Chiari es denominada “la ciudad de las cuadras medievales” una subdivisión política y administrativa en cuatro barrios con su proprio patrimonio. Cortezzano, Zeveto, Marengo y Villatico, fundadas en el 1429.
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El patrón, los obreros y el juicio universal
Paseo sobre el Adda, Bergamo
Les proponemos un pequeño paseo sobre el río Adda, lugar de encanto absoluto si se logra psicologicamente a aislarla respecto a la urbanística fluida que lo circunda. Primera parada, Villa Castelbarco en Vaprio d’Adda, allá donde el río se une al naviglio (canal) de la Martesana. Fábrica mágica, la de la villa, con sus subterraneos y su diálogo misterioso con la naturaleza externa, tal de haber llevado en el 1744 el artista Canaletto y su sobrino Bernardo Bellotto a retratarla. Nostalgias y memorias de épocas lejanas, para evocar en los días de Todos los Santos y de los Defuntos. A cinco km otro cenotafio de época pasada, la central hidroeléctrica Alessandro Taccani, ya una obra maestra de la arqueología industrial. Puesta bajo el castillo medieval, aparece con la misma piedra gris en su arquitectura potente y expresiva de Gaetano Moretti. Se encontrarán adentro, como si viendo juegos de otra época histórica, los alternadores y las turbinas de la primera energía eléctrica, dispuestas en salones con grandes vidrieras que podrían ser salas de baile de un grand hotel olvidado. Fue requerida por Benigno Crespi, el industrial que soñó la ciudad ideal, Crespi d’Adda, en efecto. Para el 2 de noviembre les sugerimos una larga meditación en el cementerio, donde el patrón circundado por sus obreros está a la espera del juicio universal. El juicio sobre el arquitecto Moretti que fue capaz de hacer sea la central que el cementerio lo podemos dar en cualquier dia del año, y es excelente.
Villa Castelbarco, Vaprio d’Adda
Montes y meditación
Priorato de Piona, Colico, Lecco
A lo largo del lago de Como que llega a Colico, se delinea una curiosidad geográfica digna de atención: esa especie de fiordo formado por un dedo de roca que entra para protegerse en medio de las aguas. Allí sobre la punta del dedo, en una zona lejana a las invasiones barbáricas, nace quizás entre los siglos VI y VII una ermita cristiana que se convierte al pasar de los años en el Priorato de Piona. Por un lado la bahía dorme tranquila, por el otro la mirada puede perderse en los paisajes montanos. Encontrarán dos edificios vecinos, de los cuales el mas importante es innegablemente la actual iglesia de San Nicolás, un bello ejemplo del Románico lombardo que desde allí si desparramó por el mundo. Se debe probablemente a Cluny la instalación definitiva de la comunidad monástica; al lado de la iglesia un claustro elegante y contenido, lugar aún hoy de sutil y romántica meditación. Recientemente han sido recuperados algunos pequeños fragmentos de frescos que recuerdan la decoración integral de una vez. Pero es lugar este donde mas que el documento cuenta la sensación, donde conviene respirar el aire y dejarse “agarrar” por el paisaje, para volver en aquellos años lejanos que a veces solo la fantasía está en grado de restituir.
§§§§El lujo del cuero rojo
Polittico de San Martino, Treviglio, Bergamo
Entre Foppa y Bramantino está él, el alumno del primero y el tutor del segundo. Se trata de Bernardino Butinone, nacido en Treviglio e mitad del Cuatrocientos. En Treviglio había nacido también, un poco mas tarde de él, Bernardo Zenale. Bernadino y Bernardo trabajaron juntos para realizar el gran políptico de San Martino, hacia fines del siglo, siempre en Treviglio, lo cual produce el efecto milagroso de poner el burgo en la historia del arte como lugar para visitar y admirar a una de las mas importantes obras maestras del Renacimiento en el norte de Italia.
Es esta, en efecto, una grande obra hoy conservada en su suntuoso marco que articula las tablas pintadas, diez en total, entre las cuales la principal es la de san Martino, con un punto de fuga perspectivo que se vuelve a si mismo tal también para las otras composiciones que la rodean: aquí está la modernidad de la obra, la cual no es una colección de tablas sino una orquestación visiva coordinada. Una particular atención va dada a los detalles del caballo del santo: son pintados en ese rojo bello que hacía en aquel entonces apreciar el mas lujoso de los cueros y que reaparece sea en las obras coevas locas de Cosmé Tura sea en la llegada del Basileus a Florencia para el Concilio en el fresco de Benozzo Gozzoli. Una Italia entonces ya única en el color del cuero rojo. El primer made in Italy.
Cuando Romano desafiaba la SerenissimaRomano di Lombardia, Bergamo
Se encuentra a unos cincuenta kilómetros en linea aerea desde la Madonnina (la estatua mas alta de la Vírgen de la Catedral de Milán), hacia el Este misterioso. Muestra aún en sus fachadas el león glorioso de la “Serenissima Repubblica di Venezia”. Es Romano di Lombardia, en el bajo bergamasco. Y el topónimo no viene desde Roma la arrogante sino del antiguo céltico y estaría a significar la usual presencia del usual riacho. Es un asentamiento antiguo que deja intacto el sabor de los pórticos, el gusto de la plaza, de los bares y los cafés. Se encontrarán en un castillo visconteo que aquella Venecia la desafiaba, una extraordinaria residencia del Ochocientos neo-clásico de un conocido tenor, Giovanni Battista Rubini, hoy convertida en escuela, pero sobretodo la iglesia de Santa María Assunta y Giacomo Maggiore sobre la plaza de la municipalidad, ese construido con las piedras del Trecientos, la iglesia capaz de reasumir en el Barroco local lo mejor de la época, y allí, en su interior a la izquierda, la Ultima Cena del Moroni, la cual ya de por si vale solo el viaje. En esa pintura aparece vívido y seguro el recorrido de la mutación lombarda hacia un realismo de que tiene fe en lo concreto del cotidiano, a tal punto que allí en alto, uno de los apóstoles con bigotes es idéntico al hombre que encontrarán atrás del mostrador del bar. Mismos bigotes, misma sonrisa, misma historia, la de una cultura histórica intacta.
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Una rotonda sobre el río
Rotonda de San Tomé e Iglesia de San Jorge en Lemine. Bergamo.
Por esos lugares vivían los Galos Cenómanos, ciudadanos romanos desde el 49 antes de Cristo. Por esos lugares quiere decir por los territories de Almenno, entonces llamada Lemine y hoy dividida en dos entidades municipales distintas. En Almenno San Bartolomeo encontrarán una pequeña maravilla, la Rotonda de San Tomé, un edificio cercano al río Brembo perfectamente redondo, como gustava en época románica, con su matroneum, su atmósfera militar y las columnas de sostén sin edificios vecinos, pero coronadas con capiteles de ese Medioevo rústico y convencido de su fe íntima y profunda. El edificio redondo les recodará los análogos de Mantova y Brescia haciéndolos volver a una época lejanísima afascinante y vibrante. Su interior es ya arquitectura pura, habiendo perdido casi toda su decoración; esta en cambio la reencontrarán a pocos pasos de allí, en la iglesia de San Jorge in Lemine en Almenno San Salvador, probablemente que querida por los Longobardos y decorada con una serie de frescos rústicos y conmovedores, entre los cuales un San Cristóbal protectivo con un niño Jesús en brazos que quizás dava una mano a atravesar el río, un San Jorge y una elegante princesa con dragón obviamente perforado; después un santo para cada gusto, entre los cuales un Antonio abad hierático y oriental, y varias Vírgenes, entre las cuales una en trono ya gótico junto a un Juan Bautista despeinadísimo.
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Il dulce encanto del lago de Garda
Península y Grutas de Catullo, Sirmione, Brescia
En primavera, cuando aún no la han invadido las hordas de turistas nórdicos, se puede visitarla con una cierta facilidad. Y vale la pena. Sirmione es en fondo la extrema punta oriental de la Lombardia sobre el lago de Garda y una atestiguación histórica de gran interés. La roca scaligera medieval es desde siempre una meta turística de absoluta simpatía. Desde allí inicia el paseo a lo largo de la península quel lleva en medio al lago, allá donde el calor de las aguas garantiza un clima que solo mucho más al sur se puede encontrar. Es obvio que la cosa gustara tanto a los Romanos antiguos para que se convirtiera en lugar pre elegido por la rica familia del poeta Catullo para construir su villa. Y allí crece el curioso poeta muerto a los treinta años. Volvía para las vacaciones también cuando ya ya se había transferido en la capital a charlar con Cicerone. La familia hospedó personajes ilustres, hasta el mas alto como Julio César. Y las ruinas son todavía visitables, restos de un edificio que fue sucesivamente ampliado con el gusto de una Roma que de pompa y fiestas era gran entendedora. Sirmione competía entonces con las dulzuras de Capri y los Campos Flegreos, aunque si el pescado era de agua dulce. A prueba que mucho más del previsto es romana la Lombardia, visto que no lejos de allí, en Mantova nació también Virgilio.
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La joya reencontrada del barroco lombardo
Santa María de la Caridad, Brescia
Un espléndido trabajo de restauración llevado a cabo con elegante habilidad, y financiado por la Fondazione CAB, ha reportado a su esplendor una de las mas valiosas joyas de la arquitectura barroca lombarda. Santa Maria della Carità, llamada también iglesia del Buen Pastor, en via dei Musei en Brescia. Un regalo a la ciudad y a la cultura de toda Italia. Proyecto de Agostino Avanzo del 1640 con planimetria octagonal, recuerda el edificio de San Sebastián en Milán, pero donde todo toma el brillo flameante del Barroco ya seguro de su afirmación. Pavimentos marmóreos de excelente calidad y en el centro una reproducción de la Santa Casa de Nazaret, la que se encuentra en Loreto. Se accede desde un portal que fue recuperado de la antigua basílica de San Pedro de Dom, que fue demolida para construir la nueva catedral de Brescia, donde se conservan las dos columnas sobrevivientes a la demolición, en mármol egipcio que a su vez ya provenían de una recuperación de época romana, cuando Brescia era ciudad brillante y rica de arquitecturas. Sobre el altar el afresco separado de la Madonna della Carità en un marco sansovinesco. Es todo en un torbellino omnicomprensivo que es el culto de la iglesia redimida post-tridentina. Una pala (pintura sobre madera o lienzo sobre un altar) a la izquierda enmarcada con los vértigos de las columnas retorcidas doradas y el altar central que cierra la pobre casucha, con las exaltaciones escultóreas del triunfo del Seicientos. Una vez había sido el corazón del Pio Istituto delle Penitenti.
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Aqui la Vírgen aparece y salva el niño del lobo feroz
Santuario de la Madona del Bosque Imbersago, Lecco.
Subir por ella hace bien a la salud: la escalinata es muy larga pero practicable, y una vez en su cima se desdobla con esa gracia típica de la estética barroca. Pero desde el inicio ofrece una pequeña fuente segura que recoge las aguas, según la tradición, salvíficas. Es el santuario de la Madonna del Bosco, en la zona de Lecco, arriba de Imbersago. El milagro inicial fue educado y bucólico, porqué un grupo de muchachitos entre los cuales el pequeño Pietro notaron un rizado de castaña absolutamente fuera de estación y después vieron la Madona. Era solo el principio de la cuestión, porque poco después un lobo raptó el joven hijo a una familia, la cual rezando a la Beata Vírgen se lo vió restituir. Se construyó la capilla en los años de la Contrarreforma del 1600 enseguida mas tarde de la peste del 1632, la de los Prometidos Esposos de Alejandro Manzoni. La concepción del edificio es obra de Carlo Buzzi, un secuaz del Pellegrini, mas tarde fue arquitecto de la Fabrica del Duomo de Milán.
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El genio encantado de los baños deliciosos
Termas de Bormio, Sondrio
Ya hablaban de ellos Plinio el Viejo y Cassiodoro, de las termas de Bormio, y es cierto que los antiguos Romanos, por las termas que en sus casas tenían que calentar con la leña, se asombraban siempre cuando descubrían que la naturaleza, por lo tanto los Dioses, podían proveer sin descanso las aguas calientes y fumantes de las cuales eran morbosos por la higiene y por el ocio. Y es este el motivo que los lleva ya en época antigua a descubrir Bormio y transformarlo en lugar de delicias. Entre otras cosas la Valtellina era una via útil para sus ambiciones mas allá de los Alpes. De aquellas termas quedan algunos tanques en función, los llamados Baños Viejos, y la experiencia del sumergirse allá donde desde hace 2000 años las personas se zambullen es en un cierto sentido única al mundo. Los Baños Nuevos a su vez no son ademàs muy nuevos, porqué son aquellos de los cuales hablaba ya Leonardo da Vinci en el Códice Atlántico: “En lo alto de la Valtellina està Burmi. En Burmi estan los Baños”; y son aquellos por los cuales fue construida la gran estructura hotelera del Grand Hotel Bagni Nuovi en los años Treinta del siglo XIX. La experiencia innegablemente mas exótica en cumplir es esa de nadar en la piletas de agua caliente a cielo abierto con el hielo de invierno, y si tienes suerte también con la nieve!
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Genio y pacotilla en la alcoba dorada
Victorial de los Italianos, Gardone Riviera, Brescia
Un viejo proverbio inglès dice: “The difference between men and boys is the price of their toys”. El precio mas elevado de los juegos de un hombre adulto en pocos lugares es evidente como al Vittoriale de Gabriele D’Annunzio: un asentamiento vasto, cortès y elegante, que mira al lago de Garda como si fuera el resumen de todas las virtudes estèticas mediterraneas, y que contienen la colección de sus juegos, desde el famoso yacht hasta un puente de un barco de guerra sobre el cual se puede todavía caminar y jugar con los cañones. El interior de la casa es en cambio una delicia llena de colecciones, donde conviven la pacotilla y la genialidad. Y corresponde este interior al proverbio italiano: “Mujeres y motores, alegría y dolores”. Alcobas, salas de baño de genial anticipación del design moderno, lugares intimos y privados, y otros en cambio destinados a èpater le bourgeois, asombrar al burguès. La casa està en efecto programada para la vida íntima de D’Annunzio - el escribir y el copular – y para deslumbrar al visitador que despuès de larga espera venía acogido por el poeta en fase bardo. La biblioteca es un lugar fuera del ordinario, que resume todos estos datos contradictorios junto a la complejidad del carácter del dueño de casa. Algunos libros, aquellos en alemán particularmente, sirven de pura decoración y no fueron probablemente
nunca abiertos; otros, aquellos en latín, en francès y en italiano, atestiguan los idiomas que èl practicaba con maestría. El todo una vez ponía en sujeción, tiene hoy en vez una capacidad evocadora. En el febrero del 1921, D’Annunzio escribía a su mujer María: “He encontrado aqui en el Garda una vieja villa que pertenecía al defunto doctor Thode (histórico del arte alemàn). Està llena de hermosos libros…el jardín es dulce con sus pèrgolas y sus terrazas en declivio. Y la luz calda me hace suspirar hacia la de Roma. Me quedarè aqui algunos meses para licenciar al Neptuno”. Se transformarà en su demora definitiva.
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§ HACIA EL NOROESTE
El limite natural
de la llanura hacia el Norte pre-alpino
se anuncia inmediatamente
allá donde las fuentes de las aguas
provienen de la napa subterránea,
y constituyen la línea de fontanales
sobre la cual se instalaron
las villas nobles desde el alba
del Renacimiento
Mas al norte es frontera con la zona de los lagos, que fue por mucho tiempo, la de Como en modo particular, deseosa de independencia en tal manera de no incluírse ni siquiera en la diócesis ambrosiana, la mas grande de Occidente, que se extendía hasta el actual Canton Ticino. En realidad es desde los años de la Lex Pompeia de Transpadanis en el 89 antes de nuestra era que estos territorios, una vez célticos, se convierten en parte integrante del Imperio Romano, y asumen una nueva identidad, la que comprueba la figura de Plinio el Viejo, el cual en Como nace en el año 23 de la era moderna y en Nápoles muere durante la erupción del Vesubio del 79 d.C. Y cuanto serà despuès fundamental para Roma antigua esta area compleja de la Lombardía, desde Virgilio que nace en las tierras de Mantova a Catullo que, nacido en Verona, se divertía en el lago de Garda. Los lagos prealpinos de este modo constituyen un mito climático y existencial desde la noche de los tiempos. Y se volveràn una meta necesaria para Europa que aqui encuentra el primer sabor del infinito Sur Mediterraneo. Al mismo tiempo los milaneses iràn a buscar la frescura durante el verano y la distracción intelectual en los jardines del clima benévolo. Tierras por mucho tiempo condenadas a a una frugalidad agreste, son también los lugares genéticos da la ironía meneghina (cultura milanès) y bonaria del Manzoni, que las decribió con profundo afecto. Eran entonces lugares entre los mas bellos de Europa; hoy la fuerte antropización ha a veces borrado la estética a causa de una urbanística fluída e incierta. Pero el ojo atento del viajante informado podrà reencontrar rasgos de sutil y auténtica poesia.
La elegancia del frugal
Basílica de los Santos Pedro y Pablo. Agliate, Monza e Brianza
La pequeña ciudad de Agliate, perdida en la intricada red viaria de la Brianza, reserva una sorpresa inesperada, la basílica que desde afuera la observa. Al lado del edificio religioso fueron encontrados restos de ritos propiciatorios de la prehistoria, a demostración del hecho que la Lombardía pone sus raíces en el fondo de la oscuridad de los tiempos. Iluminados por el Cristianismo, estos tiempos se despertaron desde los años del magisterio de San Ambrosio y dejaron en plena época románica un documento conmovedor en la obra y en el baptisterio de esta basílica. Edificio frugal cuanto auténtico, frugal porqué casi todas las columnas de sostén son columnas producto de expoliaciones de otros edificios romanos, por lo tanto una distinta de la otra; auténtico porqué se emancipa en una elegancia románica, donde el ritmo de las arcadas de la nave central lleva a un altar sobrelevado, de aquellos que dejan al espacio esa inspiración militar de las celebraciones ottonianas, exaltado desde un pùlpito que de por si merece el viaje. La grandeur de una Brianza che non existe más y que deja entender cuanto debe haber fascinado los hombres del Alto Medioevo. Y es también poética el paseo externo sobre el llano, allà donde de las arquitecturas y el diálogo con el ambiente se hacen verdadera poesía.
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El corazón de Legnano bate en San Magno
Basílica de San Magno. Legnano, Milán
En Legnano, en pleno centro, la ciudad redescubre y revela sus orígenes antiguas. Es desde el amanecer del “Cinquecento” (año 1500) la basílica de San Magno, edificio ya renacentista que parece haber aprendido la lección del Bramante, que està en esos años concluyendo su labor en Santa María delle Grazie en Milán. En efecto el gran tambor que domina el transepto asume una rítmica octagonal que parece cifra lombarda, si se tiene en cuenta que el primero en diseñarla fue Michelozzo para la capilla Portinari en la basílica de San Eustorgio en Milán, la iglesia donde san Magno està enterrado. La sorpresa mayor està, pero, en el interior del edificio, que tiene la suerte de evitar el ajuste controreformador de san Carlo Borromeo: està sustancialmente intacto. Esta rareza en Lombardía ha llevado hasta nuestros dias una decoración parietal de la capilla mayor del Lanino y un extraordinario políttico de Bernadino Luini, que concluye el ábside. El todo enmarcado por frisos y decoraciones renacentistas y sumergido en la sonoridad magnífica de un órgano Antegnati del 1542. Estaba asì surgiendo la mezcla entre la arquitectura, la pintura y la música que se habría convertido en la raíz de la gran revolución controreformadora.
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El románico nace aquì
Basílica de San Abbondio, Como.
Como, fascinante y antigua desde sus raíces romanas, con ese recinto de muros que por si solos justificarían una visita, reserva afuera de estos muros una sorpresa potente, aunque si algo descuidada entre los vestigios de una época industrial ya cumplida. Se trata de la magnífica basílica de San Abbondio, obra maestra primigenia de la gran arquitectura románica, consagrada nada menos que por el Papa francés Urbano II en el 1095. Y proprio asì como este Papa difunde una politica sustancialmente normanda que ligarà la Francia nórdica a la Puglia, a la Sicilia y a la primera Cruzada, nace en aquellos años una cifra común de una nueva arquitectura que nosotros hoy llamamos románica, pero que tiene su primer experimento en Caen en Francia, atraviesa el canal de la Mancha para fundar Canterbury, desciende por los Alpes, deja una huella en Modena y florece en Sicilia, allà adonde siempre Urbano II se encuentra a proteger la nueva monarquía normanda, mientras en Bari es protagonista del Concilio aquel san Elmo de Aosta que terminarà arzobispo propio de Canterbury. Un commonwealth religioso y político que encuentra sobre el lago de Lombardía una conjunción central y deja el monumento de piedra entro los mas evocativos para quienes tengan la pasión por la gran arquitectura, signado siempre por esa doble torre de fachada que encontraràn en cada uno de estos lugares, y tambièn en Milàn en la histórica iglesia de San Sepulcro y en fasino meditrraneo de Cefalú.
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Sugestiones del año mil
Basílica de San Vincenzo de Galliano, Cantú, Como
Tiene mas de mil años la basílica de San Vincenzo en Cantú, construída por otra parte sobre un preexistente edificio sagrado del siglo V – VI! Ir a visitarla permite de emprender un poético recorrido en las recónditas capas de la memoria, en aquel Medioevo arcano tan raro de percibir. La obsolescencia la había ya condenada al olvido cuando san Carlo Borromeo se transfiere en una sede mas idónea: se convierte entonces en un depósito agrícola puesto sobre la colina de Galliano, el mas bello entre los que miran hacia Cantú. En el 1909 fue adquirido por la comuna y en esos años de apasionada obra de recuperación del Medioevo, cuando en Milán se desmontaban las decoraciones barrocas para reencontrar los rastros a veces hipotéticos de los juglares, la basilica volvió a vivir. Su arquitectura corresponde a los primeros experimentos de aquello que de allí a poco será el Románico, pero mantiene una tipología arcaica muy rara, aquella por la cual el presbiterio y el altar son “teatralmente” sobre elevados con una rampa de acceso, lo que había consentido la inserción de una cripta no integralmente enterrada. El aparato arquitectónico en su complejidad parece resultar de aquel de los teatros antiguos greco-romanos. Deja imaginar al visitante la magnificencia de celebraciones de una comunidad militar y militante que se ponía en movimiento despuès que el año 1000 no había correspondido co la fin del mundo.
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Ese pacto mágico en el burgo medieval
Burgo de Castiglione Olona, Varese
En esa área al norte de Milán, que para muchos corresponde hoy a un lugar una vez muy bello y que los tiempos de la modernidad han transformado en un caos de la antropisación, consecuencia de la industria, existen pequeñas raras excepciones de equilibrio histórico perfecto. El Olona, río que por esos lados llega a Milán, debe a su recorrido los motivos de la propia desgracia: sobre sus costas se han instalado los primeros establecimientos productivos hoy arqueológicos, y así tambiéntodas las concecuencias de un desorden urbanístico que ha sacado Italia del cliché de Belpaese. Y sin embargo a veces la magia se revela en las esquinas, sin lugar a dudas estrechas, al paseante. Lo pueden descubrir en Castiglione Olona, burgo medieval de una tal calidad que parece proyectado desde esa Italia central que intacta lo es todavía. Pongan el pie, en el pueblo ubicado entre las casas del Cuatrocientos y Quinientos, y agradezcan al cardenal Branda Castiglione por la herencia que ha dejado a la historia. Entre sus gestos mas inteligentes, estuvo aquel de haber individuado Masolino da Panicale como excelencia pictórica florentina, de haberlo protegido y hecho trabajar, antes en el obispado húngaro de su diócesis, mas tarde en las capillas romanas a las cuales era afeccionado y finalmente en el pueblito de orígen. Obras maestras insospechables de Lombardía, pequeños lugares de un cosmopoltismo muy antiguo.
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Un mágico cruce entre Botta y el Ticino
Capilla de Santa María de los Ángeles del Monte Tamaro, Lugano, Suiza
La Lombardía es una área curiosa y compleja, tan curiosa de contar con una parte extracomunitaria. El Cantón Ticino es efectivamente suizo y como tal externo a la Comunidad Europea, pero la lengua que se habla es el lombardo, por lo tanto para un lingüista el Cantón Ticino es Lombardía. La lingüística semántica comprende obviamente también las artes visivas, y de consecuencia la arquitectura en las montañas, allá arriba desde donde se da una ojeada hacia el valle de Bellinzona, allá donde se accede con un cómodo teleférico helvético, allí arriba se encuentra una de las mas místicas igliesias de reciente construcción. Se trata de Santa María de los Ángeles sobre el Monte Tamaro, una gran capilla votiva que el localísimo señor Cattaneo hizo erigir en memoria de la mujer del arquitecto Mario Botta. Y el Botta hizo de él su obra maestra, hierática románica, lapídea, redonda en todos lados se pueda ser rotonda, con arcos redondos que se reclaman y se encruzan como en el corazón del mediterráneo. El todo se define puente tirado en el panorama entre las montañas que concluye con una cruz y una campana. Y en el interior de este edificio neorománico el Botta ha pedido al mas gótico de los artistas de hoy, Enzo Cucchi, de dejar un señal, el cual es un fresco en blanco y negro de una calidad rara en la vacuidad que comúnmente el arte contemporánea propone.
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La colección de platos para barba en el castillo de los dos litigantes
Castillo Visconti de San Vito. Somma Lombardo, Varese
Nació como roca de defensa de la frontera septentrional del ducado de Milán, en Somma Lombardo, a un paso del lago Maggiore, se remonta a los tiempos de los años Mil per toma forma en la primera época viscontea a inicios del siglo XIII. Es el castillo de Somma Lombardo, donde Francesco y Guido Visconti se refugiaron durante la breve República ambrosiana que llevó al poder, después de los tormentos politicos y su disolución en la primavera del 1450, el nuevo duque Francesco Sforza. Los hermanos Visconti se quedaros en Somma, haciendo de la antigua roca de defensa su demora estable: iniciaron a embellecer el castillo y mas tarde a transfomarlo cuando se pelearon, dividiéndolo. Y así los caprichos de la Historia han transformado el edificio en un complejo articulado en tres cortes sucesivas correspondientes a tres castillos distintos, hoy nuevamente reunidos en un estado de excelente conservación. La vid con el pasar de los años se vuelve tranquila, a tal punto que en el Ochocientos el marqués Carlo Ermes se puso a coleccionar platos para la barba, accesorios aparecidos alrededor de la mitad del Setecientos y que tuvieron su máximo esplendor entre el Setecientos y el Ochocientos; la recolección de estos curiosos objetos útiles a evitar salpicaduras sobre los vestidos, seguida por Roberto y enriquecida por Alberto, es la mas grande existente en el mundo, con mas de cinco mil piezas. Todavía en el lugar viven los descendientes y abren gentilmente el complejo al público. La parte visible interna es la del Castillo de Verano, rica de muebles originales y con un ciclo de frescos del círculo renacentista de Camillo Procaccini.
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Un terrón recuerda el Rey Humberto
Capilla Expiatoria, Monza
El arquitecto Guido Cirilli no està entre los mas conocidos de la primera mitad del siglo XX, y sin embargo todos hemos visto la obra grandiosa en Roma en plaza Venezia, construída para Assicurazioni Generali y que se pone en simetría con el edificio del Quatrocientos Palazzo Venezia. Era alumno del mas conocido Giuseppe Sacconi y que tiene a su vez un alumno que se harà mas famoso del él, Carlo Scarpa. Debía de todos modos él gustar mucho en sus tiempos porqué al mismo se debe, sobre la calle principal de Monza que lleva hasta la Villa Real, la Capilla Expiatoria erigida para recordar el regicidio de Umberto I en el lugar de las mortales revolveradas. Quizas la calidad estética y arquitectónica de la obra puede ser poco convencedora pero el significado histórico no pierde en importancia: gran columna que supera un pequeño ingreso puesto debajo de una reedición estilo Cementerio Monumental de la Pietà de Miguel Ángel, realizada esta por Lodovico Pogliaghi, aquel que en los cementerios famosos si hizo honor. El interios es más místico y adornado de vidrieras en onix y alabastro. La altura total de 35 metros rige un cojinete de bronce sobre el cual descansan para siempre el cetro, el collar de la Anunciación y la corona sabauda. El porton de hierro forjado es del Mazzucotelli siendo obra sublime. En su interior se encuentra el terrón de tierra regiamente ensangrentada.
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La tormenta sobre el lago
Iglesia de San Juan Bautista, Torno, Como
Voy y vuelvo a Torno, siempre con el máximo placer. Mejor ir directamente en barco atraversando las dulces aguas del lago lariano, aquel llamado de Como. De un lado la espléndida Villa Pliniana, que así describía Fogazzaro: “Una logia de cinco arcadas hacia el lago y de tres hacia el monte corre oblicua entre dos alas uniendo la planta alta sobre una enorme roca negra que se levanta sobre el agua. Trabajado por el cincel del jardinero esa roca ha tenido que acoger aquí y allà tierra donde las petunias, portulacas y verbenas ríen alegres…”. Por el otro lado encontrarán el sitio urbano de la pequeña ciudad desde la cual sobresale el campanario de Santa Tecla, una iglesia que reserva en su interior un ciclo de frescos digno de mención. Pero el verdadero misterio lo encontrarán en una iglesia ulterior, la de San Juan Bautista. Es allí que estan custodiados un Sagrado Clavo y la pierna de un inocente asesinado por órden de Herodes; o por lo menos así estaba convencido el obispo Alemanno, que los compró durante la Primera Cruzada hacia fines del siglo XI. Se los quería llevar al Norte pero un fuerte temporal lo convence a dejar las reliquias al lago. El portón del Quinientos es un elegante encaje, pero su interior con la evolución de las arcadas romanas hacia el altar se concluye con una decoración absidal articulada sobre tres arcadas está enriquecido por intervenciones del medio milenio sucesivo.
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Ese techo barroco en el pesebre
Iglesia de San Martino, Castello Valsolda, Como
El pueblito de Castello Valsolda es una auténtica maravilla, donde se sube de a pié por esas callecitas congeladas entre edificios antiguos como en una Montaña Sagrada. El todo, arriba en un pedacito de Italia de cara al lago de Lugano. En este pesebre del 600 es una joya absoluta la iglesia de San Martino. La sorpresa està en su interior, el vastísimo techo afrescado que es una de las maravillas de la mejor exaltación barroca, cuando este Barroco corre mas allà de todo limite habiéndose ya convertido en lenguaje universal de la Europa cristiana. Obra de Paolo Pagani, el cual – asi como hicieron los albañiles predecesores suyos quinientos años antes, cuando iban por toda Europa a construir iglesias románicas – viaja entre Austria imperial y la Moravia a pintar hacia fines del 1600. Vuelve a casa con la experiencia adquirida en la mejor lección de Tiepolo y a los sucesos logrados y muere después en Milán en el 1716. Regala a su tierra natal el resumen de su experiencia, donde los vuelos entre las nubes son irreprimibles. Los piès de los santos y de los ángeles sales de la pintura como para apoyarse sobre las cornizas de la arquitectura y el viento de los cielos parece empujar el todo hacia las dimensiones de una mística absoluta.
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Castelseprio, Varese (pero con tanta Roma)
Iglesia de Santa María Foris Portas. Castelseprio, Varese
Está a un tiro de escopeta de Milán. La calle desde Gallarate a Tradate en teoría no debería preveer sorpresas estéticas. Pero si poco antes de Tradate doblan a la izquierda se termina en Castelseprio. Estacionando al borde del parque arqueológico el paseo en el bosque es fascinante en cada estación y los proyecta en un ecosistema conservado y en una estratificada historia cargada de insondables misterios. Es aquella una última avanguardia romana en época de invasiones barbáricas. El lugar fue ocupado por los Longobardos en el siglo VIII; la convirtieron una fortaleza. Pero antes la pequeña iglesia de Santa María Foris Portas atestigua la formidable cuanto contradictoria presencia de una Roma già deteriorada en el siglo VII pero aún viva. Son únicos y extraordinarios los frescos realizados en una elaboración tardía helenística non contaminada todavía por el Protobizantinismo. En palabras comprensibles: hay pedazos de pintura que tienen la madurez física de una última habilidad romana que se repetirá solo después del Renacimiento. El mas curioso de todos es la Fuga en Egipto con un asno que se perfila como ya en Tiepolo. El misterio de este permanecer latín en el Alto Medioevo es parcialmente aclarado por la cita del agua amarga de la Madona, tema en auge en los Griegos y en algunos evangelios apócrifos y prohibido en cambio en los dictados del Concilio de Nicea. Los últimos legionarios romanos, resistentes como japoneses en una isla, eran en verdad católicos de mentalidad griega. A Castelseprio, en el varesino.
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El Cristo se hace en tres
Iglesia de San Antonio Abate, Cadegliano Viconago, Varese
En fondo en fondo de la provincia de Varese, allá arriba en las colinas que son ya montes, se ve el lago de Lugano, pero se lo ve desde un lugar digno de absoluta atención: Cadegliano di Viconago, donde queda un gustosísimo documento de la pietas arquitectónica que desde el corazón de la Edad Media se continuó a revestir y decorar hasta el 1600, y sobretodo en aquel Renacimiento educado lombardo que trae estímulo de Bernardino Luini y encuentra allí, en su alumno Bartolomeo da Ponte Tresa, un ejemplo exquisito de pintura alta que se hace popular y comprensible como de allí a poco tiempo habría requerido la Controreforma. Es esta una invitación a visitar la iglesita de San Antonio Abate, edificio surgido alrededor del año Mil, decorada, entre otros, por este maestro de origen lacustre. El concentradísimo recorrido visivo parte desde una trinidad del ‘300 que mas simple de entender no podría ser, porque representa tres veces una imagen casi idéntica de Cristo bendiciente, una iconografía que parece en verdad un juego onírico. Y asì podrán iniciar un juego de fechas, que los transforma de paseante de los Prealpes en viajero de la historia del arte, buscando de entender el motivo de esos conejitos del prado, asombrándose de frente al gran manto abierto y acogedor de la Madona, observando los paisajes urbanos y sus construcciones medievales como si se encontraran por las latitudes de Italia central, y razonando en fin sobre el lenguaje del ‘500 de nuestro Bartolomeo, al cual una inscripción latina le atribuye la ejecución del ciclo pictórico.
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Luini en Lugano, ecos de Leonardo
Iglesia de Santa Maria de los Angeles. Lugano, Suiza
Entrar en área extracomunitaria, aunque si quedando en la zona del dialecto lombardo es cosa fácil. Es suficiene hacer un salto en la Confederación Helvética, Cantón Ticino. Hoy es diócesis autónoma pero queda siempre bajo el primer patrono san Carlo Borromeo, que fue cardenal y obispo de Milán y celebra como patrono segundo san Abbondio, ya obispo de Como. Y las atestiguaciones histórico-artisticas los confirman. La iglesia de Santa María de los Angeles en Lugano es la prueba. El edificio frugal cuanto los franciscanos que lo desearon para su convento es de fines del siglo XV y no sabe aún que el Renacimiento allì abajo en aquella que será un dia Italia está ya floreciendo: es por lo tanto severamente construido con un cruce de sabores románicos en el nártex y góticos para el sostén de la arcada. Pero no escapa a su contemporaneidad. Al contrario en el grande fresco que representa la Crucifixión, resume todas las contradicciones que la Lombardía de aquel entonces dejava convivir. Es obra de la madurez de Bernardino Luini, que la realiza en el 1529 poco antes de morir a 50 años. Es el pintor innegablemente inspirado en su trabajo habitual de la maestría de Leonardo. Pero en esta obra final combina una curiosa mezcla entre el estilo nuevo del maestro toscano que ha asombrado la opinión pública milanés con su Cenacolo y el otro fresco presente especular a Santa María delle Grazie, el de Montorfano, que narra también èl la escena de la Crucifixión ya en los últimos años del siglo precedente. Encontrarán la misma superpoblación urbana en una Jerusalem caótica, donde solo los dos edículos pintados a los lados yà declinan la nueva arquitectura clásica renacentista. El Luini desde Montorfano retoma esa particular iconografía nórdica donde sobre la cruz del bruto ladrón arrepentido un ángel se hace cargo del alma salvada. Las semejanzas son muchas: los dos caballos a los lados de la cruz del Cristo, las figuras de perfil, las mujeres adoloradas y, allá arriba en los cielos, esos ángeles atormentados y dolientes. El ritmo en su complejidad es conmovedor.
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Los “Feos pero Buenos” en la armonía del claustro
Claustro de Voltorre. Gavirate, Varese
Gavirate ya de por sì, a causa de la visual sublime que ofrece sobre el lago de Varese y también por sus biscochos llamados “feos pero buenos” que los habitantes locales reputan tener como primeros de los hornos que hacen pan. El claustro de Voltorre los aliviará ulteriormente en los pensamientos: une el antiguo mundo paleolítico de los primeros palafitos del lago a las villas con jardín y terrazas del ‘800. Es al mismo tiempo paisaje y arquitectura y ofrece ese equilibrio cortés que está a la base de la vida monástica según la regla de san Bernardo. Sus claustros pertenecen a una praxis constructiva por fases sucesivas aunque si muy cercanas, y los singulares capiteles tan frugales forman una narración que lleva el visitante a sedimientos arcanos. Lugar adapto para la meditación. A la contemplación de un paisaje y de un aire terso fuera del común. El claustro resulta completato por lo menos en su mayor parte en el año 1200, lo atestigua la escritura sobre un capitel “Lafrancus magister filius Domergati de Livurno” cual escultor y maestro constructor.
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Doce siglos de historia
Collegiata de San Lorenzo. Chiavenna, Sondrio
La Collegiata de San Lorenzo en Chiavenna constituye otro de aquellos casos commovedores donde la historia se condensa en una aglomeración de doce siglos, desde el V cuando fue fundada hasta el XVIII cuando fue completada con elegancia la forma definitiva de sus claustros, alrededor de un prado donde se erige aún hoy el antiguo campanario. El interior del edificio de culto es decorado por pintores comascos del ‘700 no privados de gracia y encontrarán una gran tela de Panfilo Nuvolone con la Madona con el y Niño san Antonio de Padua. Pero la maravilla verdadera se las revela el pasar hacia atrás de los años, para volver a la fuente bautismal románica y físicamente solida, ejecutada en un único bloque de piedra esteatita y decorado con esas figuras hieráticas de un gusto casi militar fechado 1156; después observen el Museo del Tesoro: en un escaparate, la sugestiva encuadernación de un evangelio ya perdido, dicta la Paz de Chiavenna, con los cuatro evangelistas en su forma canónica realizados de forma voladiza de metal dorado y de excelente calidad, y los esmaltes cloisonné que recuerdan ese pasaje de la cultura bizantina a si exaltación renana. Como prueba del hecho que las montañas de la Edad Media no eran lugares de aislamiento, sino encruzijadas perennes de pueblos y de informaciones.
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Esa fachada con la bordadura del ‘300
Catedral de Monza, Monza y Brianza
Desde cuando el anarquista Bresci tuvo la miserable idea de asesinar el rey, el oficialismo en Italia simuló de olvidarse de la complejidad histórica de Monza. La Villa Real fue olvidada y solo desde hace poco se está nuevamente revelando al curioso y al visitante. Ella, custodio de una parque que merece largas y románticos paseos, será quizás en el futuro la protagonista del retorno mnemónico. Monza volverá a ser meta turística. Y se lo merece. La fachada del Duomo (Catedral) es una admirable bordadura del ’300, su interior una extraordinaria exaltación de la Contra-Reforma arquitectónica. Pero es también un lugar cargado de misterios, aquellos que Paolo Diacono se empeñó en escriber para la Corte de Carlomagno y que narran la historia extraordinaria de la catolicísima reyna Teodolinda. Es aquí que se conserva la corona de hierro, custodiada como una sagrada reliquia y que en el pasado sirvió a coronar decenas de monarcas, Napoleón inclusive. No se la ve. Pero en cambio el Tesoro del Duomo es un viaje a travez de la mas sublime orfebrería del Alto Medievo, donde se descubren manufacturas de tal calidad de hacer percibir ese gusto por el lujo que hasta el dia de hoy practican los lombardos. La reciente reorganización del museo lo convierte en un lugar capaz de competir con las mayores instituciones medievales de Europa.
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Sugestiones de Oriente
Ermita de Santa Caterina del Sasso. Leggiuno, Varese
La ermita de Santa Caterina del Sasso, sobre la costa lombarda del lago Mayor, allá donde a menudo las aguas tocan la campiña con pantanos y juncos, es en cambio un asentamiento sobre una roca alpina que se zambulla en las aguas del lago. Y el lago que aparece siempre listo para una postal se pone a veces de pésimo humor, como bie recordaba Hemingway. Este mal humor en el Medievo desencadenaba tempestades como aquella que convence el usurero Alberto Besolo di Arolo en hacer los votos en caso de su salvación. Él se salvó y nace una curiosa ermita encastrada en la roca como las rocas de la Cappadocia. La pasión edificadora sucesiva, aquella que desembocó en las construcciones de la Contrarreforma, transformó la frugalidad en exaltación, dejando dos edificios eclesiásticos dignos de atención. Si como el afortunado y a su vez desgraciado se dirige a santa Caterina de Alejandría, el sacelio del ‘200 en el cual descansa hoy cita de la santa su arca fúnebre del monte Sinaí. Un viaje increíble en el Oriente, que inicia tomando el barco en Laveno y lleva el visitante a una dimensión histórica inesperada cuanto lo es el paisaje que podrá admirar desde las arcadas en la roca. Después se sube nuevamente al barco y se ve lentamente alejarse una imagen de postal como quisiéramos que fuera la de una Italia intacta.
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Dickens y el encanto de la Isla Bella
Isla Bella. Stresa, Verbano – Cusio – Ossola
Charles Dickens la veía maravillosa, porque allí sentía toda la fantasía exótica que el viajante podía imaginar en una Italia de ensueño. Y en efecto así había nacido como una maravilla en el siglo de la Contrarreforma lombarda, cuando la tensión entre peste y pomposidad dejaba sufrir en la iglesia y gozar en casa. Es desde el 1500 casa veraniega de los Borromeo y vio pasar allí todos ellos, cardenales y príncipes, severos o bonachones. Es la prueba que el mantenimiento de la misma propiedad en los siglos hace bien a la propiedad misma. Y así con el pasar de los años se formó como armonía perfecta entre locuras del jardín y rigor del palacio querido por Vitaliano I y proyectado por la jerarquía completa de los lombardos y ticinos que estaban cambiando la estética de Roma. Lugar sublime de la fista barroca, es hoy documento estético en perfecto estado de conservación. Las terrazas del jardín se concluyen sobre las aguas del lago Mayor como si fuera el castillo de popa de una nave de época y contienen una colección botánica que encuentra su complementación para los maníacos en la otra isla, denominada Madre. El palacio, abierto como los jardines públicos, está mantenido con la elegancia de una propiedad privada, vió reordenada la colección de cuadros y hace reflexionar al visitante generalmente entristecido de las colecciones públicas, aquella pagadas por los contribuyentes.
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Los palafitos del Neolítico sobre la pequeña isla del tesoro
Isolino Virginia, Varese
Si no conocen la focha, el azulón (pato real), el avetoro, el podicipedidae, y la gallineta de agua, existe un lugar donde se los puede encontrar todos juntos entre juncos y cañas. Es la islita Virginia del lago de Varese, una tira de tierra de una hectárea posada de frente a Biandronno, a pocos metros del continente. Y podrán además descubrir una flora intrigante compuesta de sauces, robles, arraclanes, ninfeas, acebos y cipreses calvos de los pantanos. El lugar está bien preservado en cuanto se ha convertido patrimonio del UNESCO (Sitios palafíticos prehistóricos de los Alpes). Es este, en efecto, uno de los mas antiguos asentamientos documentados del Neolítico, cuando los antepasados de los lombardos de hoy hicieron, desde el 5300 a.C. hasta fines de la época del Bronce, una isla artificial trayendo allí la tierra y consolidandola con las palafitas, cosa desde hace poco cerificada por los recientes descubrimientos. Los materiales descubiertos están hoy conservados en el Museo de Varese en Villa Mirabello, que van combinados con los otros descubrimientos del mismo lugar, aquellos que el abad Stoppani, el autor del Bel Paese, en el 1863 inició a buscar en el lago y que son hoy conservados en conmovedoras vidrieras al Museo Paolo Giovio de Como. En la isla, cuando el clima lo consiente, es visitable un pequeño pabellón que dá óptimas indicaciones museo-gráficas sobre el caso. Como prueba de cuanto son antiguos los habitantes proto-célticos de estas latitudes, antes de que se convirtieran en lombardos. El "Bel Paese": Conversaciones sobre las bellezas naturales, la geología y la geografía fisica de Italia, fue un verdadero best seller de fines del ‘800, tanto que en el 1906 su título fue usado para denominar y lanzar un nuevo queso, tal era su fama que cada confección exibía en su etiqueta una círculo con el retrato de Antonio Stoppani.
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Los tesoros de la antigua arte textil
Museo del Arte Textil y de la Tradición Industrial, Busto Arsizio, Varese
Aparentemente serían pocos los motivos turísticos para entrar en esa urbanística fluida y sin fronteras entre la provincia de Milán y la de Varese donde se sitúa la ciudadela de Busto Arsizio, del raro topónimo correspondiente a un hipotético doble incendio, a cause del hecho que se haya primero encendida y después quemada. En cambio su cívico museo del arte textil es un óptimo motivo para atraer y conmocionar al viajante. Por esos lugares desde el Medievo se producían telas y cortinas, algunas veces de lana y mas tarde, con siglo XIX, de algodón. Para el nacimiento de la industria textil fue necesaria la presencia de cursos de agua y el Olona, por cuanto modesto fue mas que suficiente. Para el desarrollo fue necesario en vez el ingenio empresarial, que por esos lugares es abundante. Para su afirmación, se necesita en fin el cuidado que las fabricas de aquel entonces preferían respecto a los modestos galpones de hoy. El museo es lo que queda de la vasta área de la fabrica de algodón Bustese, y está constituido por un bellisimo doble pabellón del gusto gótico industrial unido por dos torreones imponentes. En su interior encontrarán toda la evolución de la máquina textil, desde el viejo telar Jacquard a las potentes invenciones inglesas. Al primer piso, los productos, desde el tejido impreso, hasta las innovaciones de nuestros tiempos recientes, cuando la tela se vuelve hi tech para los completos espaciales. Joseph Marie Jacquard presentó en el 1801 un telar que permite de seguir dibujos muy complejos con el trabajo de un solo tejedor. Es la primera máquina en haber utilizado cartones perforados como “fichas de programación” y es considerado un predecesor del calculador.
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El descanso de los dinosauros
Museo de Meride, Suiza
En verdad, mas que dividir, Monte San Giorgio une la Lombardía al Cantón Ticino porque está como un promontorio entre dos ramos del lago de Lugano, aquel que a la izquierda va hacia Porto Ceresio e el otro que hacia Oriente se diluye en el fondo del valle de Chiasso. Es quizás por esto que por esos lados fueron a morir los dinosauros. Allí se encuentra en efecto uno de los mas importantes del mundo de yacimientos fosilíferos del Triásico Medio, esa época que se calcula entre 2347 y 237 millones de años atrás, época dorada en la cual la policía helvética no hacía aún multas saladas a quienes superan los 100 km por hora en autopista. La variedad de fósiles es tal que la UNESCO inscribió el lugar en el Patrimonio mundial de la humanidad, lo cual es muy sugestivo en cuanto la humanidad no existía entonces. La parte mas consistente de los materiales descubiertos desde el 1850, está hoy expuesta al pié de las montañas en el Museo de Meride de la Comuna de Mendriso, en un inteligente edificio diseñado recientemente por Mario Botta, el cual proprio por esos lugares tiene su estudio de arquitecto: quizás el único museo en el mundo proyectado a Km 0 para respetar los hallazgos otro tanto a Km 0 y en tiempo elevadísimo.
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Un museo se evalúa por sus escaparates
Museo Arqueológico Paolo Giovio, Como
Ese cuadrilátero excelente que constituye el centro histórico de la ciudad de Como merece siempre un paseo entre palacios, verduleros y evocaciones de gran arquitectura. Hay, de todos modos un motivo adjunto, tan atrayente de permitirme en sugerirles una jornada entera de empeño y de placer: se trata del Museo Arqueológico Paolo Giovio. Es una de aquellas instituciones nacidas a fines del siglo XIX, cuando los museos cívicos se daban la tarea de ser actores fundacionales de la identidad de una comunidad. El museo es la ciudad de Como. Y ha logrado preservarse “ottocentesco” (del 1800) con algunos de los escaparates de época mas exquisitos de nuestras colecciones públicas, escaparates conmovedores que en otros lugares una modernización irresponsable ha enviado a la basura. Detrás de las vidrieras – esas, sepan, que transforman la visión ligeramente distorsionada – se revelan colecciones paleolíticas donde la poesía en el pedernal, sino en como el pedernal – si etiqueta, junto a su vidriera – nos cuenta el gusto por la cultura del pasado que animaba caballeros en redingote y sombrero de copa alta que lamentablemente hoy hemos olvidado. Muy bella la colección egipcia y las vidrieras obviamente en tono. Pero el museo no ha muerto, y ni siquiera se adormeció: las áreas expositivas recientes sobre los Celtas y sobre los Romanos declinan el mejor gusto de la museología de hoy. Y tampoco Garibaldi puede faltar, ya que Como fue un gran corazón del Resurgimiento. Museo que hace investigación con investigadores con sueldos municipales. Felicitaciones!
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Las lecciones de Giotto
Oratorio de Santo Stefano. Lentate sul Seveso, Monza y Brianza
Lentate sul Seveso no sería de por sí misma una meta turística de particular interés. Sumergida en ese desarrollo urbanístico descontrolado entre Meda y Saronno, a treinta km de Milán, reserva en cambio una pequeña maravilla, que es el Oratorio de Santo Stefano. Fue querido en el 1369 dal noble Stefano Porro, diplomático de la corte viscontea hecho conde por Carlos IV, el emperador que con Santa Caterina de Siena se empeñó de hacer volver el Papa a Roma. El edificio es de alto interés porque se apoya sobre un artefacto preexistente en piedra y corresponde totalmente al reinicio de las construcciones en ladrillo después de la peste negra de mitad del siglo. Y como todos los edificios de aquella época de rescate descubre la utilidad de los detalles internos en cal y por lo tanto de la totalidad del fresco. La península se hace mas bien unida del previsto entonces. Es así el porqué el primer pintor a intervenir en la decoración arriba del altar es una tal Anovelo da Imbonate, seguidor de la gran de Giotto, que del mismo retoma temas y estilo en una grandiosa Crucifixión con tanto de caballeros a caballo. Él mismo hace escuela y sus seguidores que completan la obra con el ciclo dedicado a santo Stefano mezclan mas tarde después la lección centro italiana con los gustos del Gótico internacional de los manuscritos iluminados (codici miniati), tan apreciados por la corte de los Visconti. Una colección de imágenes, de arquitecturas, de naves y de viajes para no perdérselas.
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Sobre los pasos de Giotto
Oratorio visconteo. Albizzate, Varese
Un ciclo verdaderamente inesperado de frescos lo pueden encontrar en la provincia de Varese, en Albizzate. Está colocado en el interior de la pequeña capilla del oratorio y es hoy una excelente cura para aquellos que desearían negar la raíz común de nuestra historia cultural europea. Los pintores que la realizaron forman parte de esos núcleos que se desparramaron en Italia en los años de la reconstrucción sucesiva a la peste de mitad del 1300, llevando consigo la nueva cifra “giottesca” como vehículo de la reforma franciscana. El ciclo celebra por un lado el Bautista, pero pone en clave central la hagiografía de san Ludovico de Tolosa, que nace hijo del rey Carlos de Angió de Nápoles y por lo tanto bisnieto de san Luis de Francia. Los Angió en Nápoles se sabe, eran muy ligados al órden de los franciscanos. El destino del futuro santo estaba entonces ya determinado. Y la cultura visiva “giottesca” se legará por un siglo entero al peregrinar de los monjes. Los ejemplos aquí son muy convencedores, desde el vuelo de los ángeles a la fuerte capacidad expresiva de los solos retratos. Único elemento estilístico preexistente que queda es un potente Cristo Pantocrátor entronizado al centro del ábside. Un viaje breve en aquel período del ‘300 de los Visconti y de su ambición de hegemonía sobre la península.
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Las maravillas del palacio de campo
Palacio Arese Borromeo. Cesano Maderno, Monza y Brianza
Palacio Litta, inventado por Francesco María Richini, todos lo conocen en Milán, en Corso Magenta: suntuosa demora querida por el conde Arese, el tercer Bartolomeo de la familia, entonces presidente del Senado de Milán. El "sciur cunt" (el señor conde en dialecto milanés), que no debía tener escasez de recursos y tampoco de fantasía, se hacía transformar en los mismos años la villa construida por el padre en las tierras de Cesano Maderno, dándole el tono que su rango permitía. Hizo de este modo una obra maestra del Barroco maduro lombardo entre el ‘600 y el ‘700, lugar adecuado a las recepciones cuando el verano agrícola de los campesinos se hacía agreste para la nobleza, y toda la sociedad campesina emigraba afuera de los muros para medir los beneficios del aire fresco combinado con aquellos de los cultivos. La escenografía arquitectónica corresponde en todo al espíritu hispánico de una Lombardía que bien sabía cuanto contaba: se concluye sobre una vasta galería abierta aireada por la brisa de la noche. La decoración de las salas internas está muy bien conservada y elenca una serie atentas maravillas, desde los trampantojo parietales que se articulan sobre perspectivas hacia románticas ruinas, las cuales en otras salas otro tanto evocativas se convierten en paisajes arbolados y contorsionados, hasta las decoraciones puramente abstractas que retoman los entrelazados de cuando el Barroco se transforma en Barroquino.
Júpiter y Mercurio en el Palacio entre los montes
Palacio Vertemate Franchi. Prosto di Piuro, Sondrio
El valle Bregaglia es lugar de magias iniciadoras. Chiavenna vista desde los puentes o desde el lecho del río Mera, reserva todavía esa magia que encontrarán también en su antigua colegiata (iglesia colegial) y que lamentablemente las edificaciones fluidas de sus palacetes post-bélicos tienden a cancelar. Desde allí de a pié se sube 4 km hacia Prosto di Piuro, donde Palacio Vertemate Franchi les ofrece el retorno en la sintonia perfecta entre el decoro, la arquitectura, el ambiente y el paisaje. Pequeña joya del Renacimiento en la Valtellina, edificio con dimensiones contenidas que mira hacia afuera sobre un estrecho pero no pequeño jardín a la italiana, perfectamente conservado bajo la mirada de las paredes rocosas. La fachada austera cela un decoro interior, donde Júpiter y Mercurio en una sala integralmente pintada a fresco protegen un hogar manierista digno de una Fontainebleau menor: el salón del Zodíaco es una sorpresa absoluta, por su calidad insuperable y en todo montana por sus tallados de madera en el techo. Parecen las vísceras contorsionadas de un cuerpo externo, riguroso cuanto lo era la voluntad de los valtelineses de adherir a la reforma calvinista de los suizos y de entrar a formar parte de sus cantones. El alma del edificio es en realidad totalmente italiana y sus locuras manieristas llegan hasta hoy, como testimonios de una aristocracia montana que en aquellos años lejanos miraba a Roma y era intimamente cosmopolita.
La Roca audaz
Roca de Angera, Varese
El lago Mayor hace bien a la salud. También hoy es visto como un lugar placentero para las vacaciones o al máximo como un espacio para juegos para barcos que van desde la Isla Bella a Santa Caterina del Sasso, parándose cerca del ferrocarril de Laveno y consentiendo de ese modo el acceso en tren saliendo directamente desde Milán. En el lejano Medievo estos 65 km de agua eran un cosmos infinito. Y sobre este lago vigilaban las rocas, entre las cuales la más audaz es sin dudas la de Angera, que atestigua todavía la gloria militar y política de su pasado con la fuerza de la arquitectura. Merece una visita también para el apasionado de historia de las artes, porque contiene la sala de la Justicia, como prueba de su vasta influencia administrativa, decorada con uno de los mas significativos ciclos de pintura a fresco de los primeros años del 1300. Cierto es ingenua su elaboración si comparada con la aventura “giottesca” en Italia central, pero no por esto menos significativa, con un Juez Supremo que separa el hombre desnudo del cabrón del Mal. Si uds. Son de gusto mas gentil, den una mirada a la fantasmagórica colección que allí ha coleccionado la princesa Bona Borromeo, con afecto y simpatía. Después con el largavista miren la otra orilla del lago, la de Arona, y el San Carlone, que siempre de los Borromeo se trata.
Desde ese mirador se respira melancolía
Parque del Ticino. Tornavento, Lonate Pozzolo, Milán-Pavía-Varese
El parque del Ticino es el pulmón ecológico de una Lombardía que parece haber olvidado su identidad agreste para casarse en cambio en primeras nupcias con todas las hipótesis de uso y abuso del cemento. Se extiende desde Pavía, con su conmovedora Certosa, hasta el lago Mayor, allá donde el río sale de la modorra lacustre pasando por debajo del conocido puente de hierro. Y es propio allí que conviene ir a meditar, sobre el mirador de Tornavento, nombre que evoca brisas nocturnas de alto potencial poético. De allí, a la plaza de la iglesia, aparece un páramo infinito e intacto en el cual se mete entre arena y pedrisco el río durmiente. Visión entre las más románticas. Cosas de otra época. Si después se baja a lo largo de la calle de piedra hacia los pequeños puentes, la visual se vuelve aún más plástica, pasando de los niveles altos a los inferiores a forma de terrazas, o sea por el canal Villoresi, fines del 1800, al canal grande, al lecho del río, fin del mundo de las glaciaciones. Pero antes de iniciar este recorrido esotérico, es útil hacer un breve paseo (un par de km) hacia arriba y hacia abajo por la calle Gaggio, esa que conectaba el Ticino con la Lombardía. Se camina por debajo de los árboles, se reflexiona, se observan los restos de instalaciones bélicas. Se sueña también allì con ese sentimiento romántico que es la melancolía, en cuanto se sabe de ser uno de los últimos hombres en poder hacerlo. El aeropuerto de Malpensa quiere instalar sus próximo galpones cuando construirá la tercera pista. Y uds. contarán a vuestro nietos de haber visto la Lombardía que existía un vez.
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Catalogo del Barroco
Sacro Monte. Varese
Lo ideal para una caminada salubre es sin dudas una ligera y constante subida. Lo sostienen también las instrucciones electrónicas del tapis roulant doméstico. Y esto sucede en uno de las magníficas obras de instalación paisajista, inventada en los años del Barroco. La idea genial de una salus concebida sea como pietas sea como ejercicio físico es debida al cardenal Federico Borromeo, cuando invitó las monjas de Varese a inventar el Sacro Monte y le confió la construcción de las instalaciones al Mancino, un arquitecto indígeno de nombre Giuseppe Bernascone. El objetivo era conectar el santuario puesto sobre la colina a la ciudad de Varese, con una serie de capillas que evocan el rosario. Cada edificio es distinto del otro y todos juntos constituyen una muestra excelente de las formas que el Barroco puede asumir. Pero la potencia artística se revela en las esculturas, que hacen del Sacro Monte de Varese el máximo museo de la innovación plástica del siglo XVII, aquella capaz de anticipar inclusive las evoluciones expresionistas de la pintura sucesiva. Y allí la contribución del cardenal fue seguramente fundamental, en cuanto se encontró él dos veces en Roma, para las elecciones de Papa Ludovisi en el 1621 y para aquellas de si inmediato sucesor Urbano VIII Barberini, en el 1623: tuvo entonces la suerte de ver recién restituido de las escavaciones el famoso sarcófago Ludovisi, donde las figuras de guerreros romanos y bárbaros hacen de prototipo a las esculturas del Sacro Monte!
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El ejército de los ángeles músicos
Santuario de la Bendita Vírgen de los Milagros. Saronno, Varese
En Saronno se va no solo a olfatear en el aire el perfume delicioso del “amaretto” (famoso biscocho del lugar) que se cocina en el horno…En el aire de Saronno se libran evocaciones mucho más adictivas aún, las de los ángeles músicos colocados en la cúpula del santuario de la Bendita Vírgen de los Milagros. Se trata del gran último trabajo de Gaudenzio Ferrari, aquel en el cual el pintor piamontés venido lentamente hacia Milán desde la Valsesia resume la propia estética personal, y las mutaciones que han llevado desde el siglo XV de Leonardo a la revolución manierista que cierra el primer ciclo del Renacimiento. Todo esto obviamente con el fin de diseminar allá arriba en la cúpula el mas increíble ejército de ángeles de toda especie con instrumentos musicales de todo tipo: la más bella documentación italiana de la historia instrumental de entonces. Todo esto sucede en un torbellino donde las caras llenas de júbilo, rojizas de las creaturas celestes van a girar en un punto central desde el cual nos observa Dios omnipotente. El efecto es conmovedor, el juego arquitectónico y pictórico fascina el ojo del amante advertido como la observación del endoesqueleto de un erizo marino fascina la de un muchachito. Y las delicias inesperadas escapan de las reglas majestuosas del renacimiento centro – italiano para asumir ese aire fresco que viene desde los Alpes, esas que llevan al Norte.
Ciclo pictórico parietal de Bernardino Luini, año 1525 |
Ciclo pictórico parietal de Bernardino Luini, año 1525 |
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Encanto mas allá de la frontera
Santuario de la Madona de los Ghirli. Campione de Italia, Como
Se va afuera de Italia, se entra en la blandura helvética del Cantón Ticino y se cae nuevamente en un micro pedazo de Italia – es más de la Lombardía perfectamente conservada – que tiene la ambición de llamarse Campione d’Italia (Campeón de Italia), porque quizás fuera el perfecto campeón de una Italia bien mantenida. Muchos van por su casino, les sugiero en cambio una visita alternativa, en un lugar donde pueden ir de a pié, pero por el cual – si tienen la suerte de alquilar un bote de remos – el atraque ideal es desde el lago. En Madona de los Ghirli los pelegrinos llegan a tropeles proprio desde todo el lago, hoy llamado de Lugano y tiemo atrás llamado tambiém “Campionese”, como los maestros que desde allí han enseñado el mundo entero a cortar las piedras y hacer esculturas. Se sube una doble escalinata y se accede a una pequeña maravilla que trae sus raíces de un tiempo remoto ocho siglos atrás; lo atestiguan todavía los afrescos que desde el Trecientos, donde documentan en modo vivo la labor lapídea, pasan a una pared externa con uno de las mas finos Juicios Universales que quedan de esos tiempos, hasta un decoro total interno en plena exaltación barroca de intura y estucos. Todo esto en un ambiente reducido y contenido, asi de apropiado al understatement atávico de los lombardos. Esta absorbido en un verde poético con esas pequeñas trazas de palmeras del Ochocientos que así de bien dialogan con la línea horizontal de las colinas que dan cara al agua.
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El pequeño templo “mudado” en Brianza
Pequeño templo de San Lucio en Moncucco, Brugherio, Monza y Brianza
No es cierto que solo los norteamericanos, los tycoon como William Randolph Hearst – ese del Cuarto Poder de Orson Welles – desmontaban edificios para remontarlos a la distancia; a inicios del siglo XX, en efecto, el potente editor desmontó un entero monasterio español para reedificarlo en Miami. En los años inmediatamente sucesivos a la tempestad imperial, en el segundo decenio del siglo XIX, había ya sucedido un clamoroso hecho análogo en Lugano, donde después de las aboliciones napoleónicas viene demolido el convento de San Francisco en Brugherio, donde el pequeño templo del 1500 que formaba parte del mismo en Ticino viene habilmente reconstruído delante alla villa del noble personaje Gianmario Andreani, que lo había comprado en un remate del 1812. El arquitecto que llevó a cabo la operación era Giocondo Albertolli. Y el edificio aún hoy sobrevive con el nombre de pequeño templo de San Lucio en Moncucco, allá donde un pariente del dueño de casa había ya efectuado la primera ascención italiana en globo de aire caliente. Así se salvó la memoria de la familia y se salvaron esculturas del 1500. El diálogo entre el templo y la villa barroca los llevarà en el poético diálogo de una Brianza para descubrir en la fluidez urbanística que ya hoy la cambió radicalmente.
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La historia del arte que hace dar vueltas la cabeza
Teatro Social, Duomo, Casa del Fascio. Como
Les quisiera proponer la mas concentrada caminada que les sea jamás ocurrida, una vez que se hayan parado de frente a la fachada con las seis columnas neoclásicas y tímpano del Teatro Social de Como. No se muevan y miren a la derecha: verán la conclusión de un trabajo de larga duración como el del Duomo (catedral) de Milán, la edificación del Duomo de Como, iniciado en los mismos años del de Milán, de gusto gótico y concluído a fines del 1700 en base al proyecto de Filippo Juvarra, el más genial de los arquitectos de aquel entonces, que inventó la cúpula. Después den vuelta la cabeza de 45° y pasarán del último Rococó al Neoclacisismo perfecto y ordenado que Giuseppe Cusi llevó a cumplimiento hace dos siglos, en el 1813, cuando la ciudad se organiza “socialmente” en los años de la epopeya napoleónica. Después den vuelta otra vez la cabeza de 45°, hacia la izquierda, y descubrirán el prototipo del Racionalismo del siglo XX, la Casa del Fascio (Casa del Fascismo), proyectada por Giuseppe Terragni: tan admirable en la exploración de sus equilibrios de haber servido como modelo a los mejores racionalistas líricos sucesivos, Richard Meier incluído. Desde el último Barroco al pensamiento decantado de la modernidad. Hasta el 59 a.C. cuando Julio César construyó una nueva colonia, Como no estaba ubicada en su sede actual, a orillas del lago de Como, sino más al sur, sobre las colinas, donde hoy está el barrio de Prestino: el nombre deriva de Pristium, molino, y aún hoy en lombardía el panadero se llama el prestinèe.
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Y el monasterio de Meda se transformó en una villa
Villa Antona Traversi. Meda, Monza e Brianza
Meda, en el centro de la laboriosa Brianza, conserva un corazón histórico que se destaca de los galpones construídos un poco por todos lados. No siempre la furia anticlerical de Napoleón Bonaparte significó desastres: mientras el general asentaba sus corceles debajo del cenáculo de Leonardo, las confiscas de algunos monasterios trajeron al mercado porciones inmobiliarias que en algunas ocasiones tuvieron suerte. Es el caso de la Villa Antona Traversi. La villa es el producto de la mutación en efecto de un monasterio en una casa de prestigio despuès de la instalación de la República Cisalpina en el 1798. Y es muy probable que el proyecto fuera de Leopoldo Pollack, al cual se debe la construcción de la villa milanés de vía Palestro. El resultado para la urbanística de aquel entonces fue muy sorprendente; la iglesia de al lado se convierte a un uso urbano y conserva decoraciones de una arquitectura del 1500 digna de la más fina atención. Las pinturas son atribuídas al Luini y, si bien ele dificio fuera destinado a un jardín de limones, el restauro reciente le ha restituído gran parte de la gloria pasada. La plaza que está por delante, con la otra plaza barroca del Santuario del Santo Crucifijo, deja soñar, con dulce declive de “rizzata” (alzada) lombarda.
(La “rizzata” es un tipo lombardo de pavimentación externa realizada con piedras de río alisadas sacadas del río Ticino y del Adda y que se convirtieron en el principal “material bélico” utilizado durante las Cinco Jornadas de los milaneses insurgentes contra la bien distintamente armadas tropas austríacas)
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Pequeña Versailles a la puerta de la metrópolis
Villa Arconati, Bollate, Milán
El impacto externo recuerda aquel de una Versailles en versión ligeramente más doméstica, y genera un inmediato respeto. Los calvarios de los últimos decenios han empobrecido su contenido, pero la restauración ya iniciada y aún en curso le está restituyendo su auténtica majestuosidad histórica. Se trata de la villa Arconati mas tarde de los marqueses Crivelli, a las puertas de Milán, en la Comuna de Bollate. El jardín es substancialmente intacto y en su romántica extensión recuerda los años gloriosos durante los cuales los propietarios tenían allí curiosidades naturales como la vasta “colección” de esculturas de avestruces y pavos reales. De la colección de esculturas que formaban el antiquarium histórico provienen los bellísimos mármoles del Bambaia para la tumba de Gastón de Foix, hoy al Castillo Sforzesco. En el lugar queda ya solitaria solo la misteriosa estatua de Pompeo, que se creía fuera aquella bajo la cual fue apuñalado Julio César. En la Villa Arconati se organizan visitas guiadas, talleres, iniciativas para niños y adultos, y conciertos de verano de bella calidad, históricos y contemporáneos; mas quizás es solos deambulando entre sus calles que se recupera el sabor de una época maravillosa y de una Milán que vue mucho mas esplendente y culta de cuantos los lugares comunes dejen entender.
La villa denominada también el Castellazzo por la mole y la suntuosidad, hospedaba entre las propias colecciones el Código Atlántico de Leonardo da Vinci, objeto de donación a la Biblioteca Ambrosiana de Milán en el 1637 despué que Galeazzo Arconati Visconti había rechazado la suma de 3000 escudos imperiales Españoles cual oferta de compra de Carlos I de Inglaterra.
La villa denominada también el Castellazzo por la mole y la suntuosidad, hospedaba entre las propias colecciones el Código Atlántico de Leonardo da Vinci, objeto de donación a la Biblioteca Ambrosiana de Milán en el 1637 despué que Galeazzo Arconati Visconti había rechazado la suma de 3000 escudos imperiales Españoles cual oferta de compra de Carlos I de Inglaterra.
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Pasiones botánicas
Villa Cagnola, Gazzada Schianno, Varese
Hoy es un centro congresual, después que el último heredero la dejó en herencia a la Santa Sede. El edificio de la villa – originario re-acondicionado sucesivamente – queda intacto en su elegancia de un tardío ‘700 que tiende ya al Neo-clacisismo, que evoca uno de los mayores pertenecientes a la familia, ese arquitecto Cagnola al caul se debe el Arco de la Paz en Milán. Posada en la Gazzada con una vista encantadora hacia el lago de Varese, ofrece un parque sustancialmente intacto y muy vasto, que con sus dos siglos de historia revela un paisaje romántico afuera del común y una serie de perspectivas paisajístas donde la exaltación prealpina llega a niveles de auténtica conmoción, aquella ya representada por Bernardo Bellotto cuando fue a pintar por esos lugares. Enriquecido el parque por las pasiones botánicas de la segunda mitad del Ochocientos, hoy llega a su estética máxima con sus plantas convertidas en monumentos. Los cedros del Líbano, aquellos del Atlante y aquellos del Himalaya dialogan en una gentil y potente armonía. Las colecciones conservadas en el interior de la villa parecen suspendidas en el tiempo que ha dejado de transcurrir y el caminar entre tapices, cuadros y mayólicas es una experiencia conmovedora. Dignos de atención dos pinturas redondas de Ercole de Roberti y un bel polittico con marco intacto del Vivarini.
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El erotismo ligero en la villa
Villa Cicogna Mozzoni. Bisuschio, Varese
Es tan mágica que se la puede visitar, incluído el parque, tambièn durante el frío invierno; quedarán sorprendidos, y volverán para admirar los jardines a la italiana en avanzada primavera. Bisuschio está colocada en ese pasaje de valles que conectan el lago de Lugano al lago de Varese, donde quizás corren aún hoy divinidades antiguas, faunos y ninfeas, entre las grutas y cascadillas de agua. Villa Cicogna Mozzoni custodia en cambio un ámbito del paisaje más libres, que fue elegido entre fines del Cuatrocientos y los primeros fulgores del Renacimiento para instalar la reserva de caza de los Mozzoni. Es por lo tanto un testimonio admirable de la villa del placer, asi como se la entiende desde el Petrarca en adelante. Extraordinaria en su elegancia, donde la forma a hierro de caballo dialoga con un jardín a la italiana formalmente aún hoy perfecto, que invita al paseo en colina, con la escalinata que se concluye en el pequeño templo. Monumento nacional, conserva la estratificación secular de los amueblamientos, de los lechos a dosel a la biblioteca, pinturas comprendidas en diálogo con los frisos y los cielorrasos a cajones. Conmovedores son los hogares con las capas decoradas de fresco, y con ese gusto de erotismo ligero que fue el verdadero rescate neo-antiguo del Renacimiento. Pórticos elegantes donde a menudo tendrán la suerte de escuchar conciertos en perfecta sintonía con su atmósfera. Entre las acciones de caza renacentistas que aqui se hacían las mas apasionadas eran aquellas de caza al oso bruno, que entonces infestaba los bosques del valle Ceresio. Memorable aquella en la cual el duque Galeazzo María Sforza fue salvado por Agostino Mozzoni y su perro de un oso herido y enfuriado, coraje que viene premiado con favores y exenciones que enriquecieron la familia.
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Una sorpresa en la jungla urbana
Villa Cusani Tittoni Traversi, Desio. Monza y Brianza
¿Quien lo habría jamás pensado que en esas áreas urbanísticamente contorsionadas, de encontrar una obra maestra arquitectónica en medio de un jardín romántico bien mantenido? Sucede en Desio, en una villa del apellido infinito: Cusani Tittoni Traversi, un resumen de nobleza lombarda. Es en realidad a Ferdinando Cusani, coleccionista de muchas de las lápidas y antigüedades hoy en el Castillo Sforzesco de Milán, que se debe la iniciativa de transformar la antigua demora en un edificio de prestigio neoclásico, consignando la transformación radical a Piermarini, desde hace poco asumido como el arquitecto oficial del gobierno austríaco hacia fines del Setecientos e intencionado a construir el Teatro alla Scala y la Villa Real de Monza. El hijo Cusani pierde la fortuna al juego de azar y vende la villa a Giovanni Traversi, que ordena las decoraciones internas al sumo Pelagio Palagi que introduce una serie de amueblamientos eclécticos, desde el tipo árabe al neo-gótico de fantasía pasando por el rococó exacerbado, lo que podría hacer de él un lugar de inspiración para los melodramas verdianos y constituye en verdad un muestrario excelente de las mutaciones del gusto en el siglo XIX y quizás también un muestrario de referencia para los muebles en estilo producidos por los operosos brianzoles. El jardín con el pasar de los años se ha reducido, queda la torre gótica y el grande prado, que restituye de todos modos el espíritu de la época.
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La villa joya del Setecientos
Villa del Balbianello, Lenno. Como
¿Quien lo habría jamás pensado que en esas áreas urbanísticamente contorsionadas, de encontrar una obra maestra arquitectónica en medio de un jardín romántico bien mantenído? Sucede en Desio, en una villa del apellido infinito: Cusani Tittoni Traversi, un resumen de nobleza lombarda. Es en realidad a Ferdinando Cusani, coleccionista de muchas de las lápidas y antiguedades hoy en el Castillo Sforzesco de Milán, que se debe la iniciativa de transformar la antigua demora en un edificio de prestigio neoclásico, consignando la transformación radical a Piermarini, desde hace poco asumido como el arquitecto oficial del gobierno austríaco hacia fines del Setecientos e intencionado a construir el Teatro alla Scala y la Villa Real de Monza. El hijo Cusani pierde la fortuna al juego de azar y vende la villa a Giovanni Traversi, que ordena las decoraciones internas al sumo Pelagio Palagi que introduce una serie de amueblamientos eclécticos, desde el tipo árabe al neogótico de fantasía pasando por el rococó exacerbado, lo que podría hacer de él un lugar de inspiración para los melodramas verdianos y constituye en verdad un muestrario excelente de las mutaciones del gusto en el siglo XIX y quizás también un muestrario de referencia para los muebles en estilo producidos por los operosos brianzoles. El jardín con el pasar de los años se ha reducido, queda la torre gótica y el grande prado, que restituye de todos modos el espíritu de la época.
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Garbo y gentilezas en la villa del placer
Villa de la Porta Bozzolo, Casalzuigno. Varese
Existen lugares históricos en los cuales lo que cuenta ante todo no es para nada la excelencia de una sola obra, la notoriedad mundial del proyectista o la gloria de las familias que por alli pasaron, sino la atmosfera que en ella reyna y el sabor que todavía se degusta. Es esta el caso de villa de la Porta Bozzolo enn Casalzuigno, dulce topónimo, innegablemente más curioso del apellido de los dueños, que de ella hicieron una maravilla del garbo y del gusto entre el Seicientos y el Setecientos. Típica villa de placer, para quien la habitó no solo en el período estío como hacían los venecianos, sino para quien residía establemente como solían hacer los patricios de Lombardía, su estructura dialoga a la perfeccción con el jardín y la línea del horizonte de las colinas aledañas, a tal punto que la instalación a terrazas – análoga a aquella mucho más sencilla que realizaban los viticultores en las colinas de Varese – se articula como un telescopio barroco hasta los bordes del bosque prealpino que cierra la visual y se declina con la otra perspectiva que corre hacia la iglesita. El interno de la villa no los desilusionará: la función de residencia perenne queda en muestra por la imponencia de sus hogares, comunmente ausentes en las villas veraniegas venetas. Las decoraciones parietales juegan ese exquisito horror vacui que el mobiliario no desmiente. Lugar gentil y airoso, gobenrado por el Fondo Ambiente Italiano.
En medio de los jardines de la villa, además del aristocrático y espectacular jardín barroco con “teatro”, hay varios edificios rústicos, testigos de un pasado en el cual la villa era fulcro de la actividad agrícola de la zona: está la monumental presa de vino del 1500 en madera para exprimir las uvas, el molino oleario, una vieja hilandería y el sótano que aún conserva los antiguos barriles.
En medio de los jardines de la villa, además del aristocrático y espectacular jardín barroco con “teatro”, hay varios edificios rústicos, testigos de un pasado en el cual la villa era fulcro de la actividad agrícola de la zona: está la monumental presa de vino del 1500 en madera para exprimir las uvas, el molino oleario, una vieja hilandería y el sótano que aún conserva los antiguos barriles.
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El obispo, la duquesa y las cascadas sobre el lago
Villa de Este, Cernobbio. Como
En el 2009 la revista Forbes la definió el hotel mas bello del mundo, lo que habrá hecho gran placer a Jean Marc Droulers, que la ha llevado a este nivel en años de atento y cuidadoso trabajo. No todo es mérito suyo, obviamente; gran parte de responsabilidad está en el lago de Como, el cual por todos los lados que se lo mire es bellísimo, pero en Cernobbio asume una dulzura del todo particular. Hay que recordar en honor a la verdad ese gran cardenal Tolomeo Gallio, obispo de Como, que tuvo la buena idea en llamar, en pleno Renacimiento, Pellegrino Tibaldi a instalar allí una residencia veraniega para intelectuales de todo género, ocupados e inactivos. La decadencia fue inexorable en la Lombardía moralista sucesiva, pero todo renace cuando el “electricista” Alessandro Volta tiene la intuición en el 1815 de hacerla comprar a Carolina Amalia de Brunswick, simpática señora recién divorciada del futuro rey Jorge IV de Inglaterra. Nace esa joya de arquitectura neoclásica que se combina con las gracias de las pequeñas cascadas de sus jardines y se convierte en sede ideal desde fines del Ochocientos en el hotel de hoy, donde un gin tonic sobre las terrazas lacustres no se niega a nadie. Si vuestras finanzas lo permiten, la estadía les será a uds. de alto placer.
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El mundo de Fogazzaro y el encanto del lago
Villa Fogazzaro Roi, Oria Valsolda. Como
Cuando se habla de un lugar delicioso se lo puede imaginar apoyado sobre al agua dulce de un lago con un paisaje magnífico, con el jardín no grande y articulado con garbo alrededor de una casa y con la casa misma crecida entre las rocas a tal punto que desde los sótanos se accede a la dársena escondida con una barquito ya pronto. Es esta la casa que fue del poeta Fogazzaro y después de sus herederos, que la dejaron al FAI (Fondo Ambiente Italiano) como ejemplo de estética y al mismo tiempo de calidad de vida. Se la encuentra en la Valsolda, una porción de territorio italiano del lago de Lugano. Y es su atmósfera que la convierte en ejemplar, al punto de ser didáctica para cualquiera que se imagine su casa de vacaciones de ensueño. La cocina intacta contiene todavía todos los enseres necesarios para una vida cómoda y frugal. La pequeña biblioteca es también muy evocativa; incita a la lectura y a la meditación. Los salones estan listos para recepciones tranquilas, donde los muebles no tienen pretenciones si no aquellos de ser cómodos y de buen gusto. Los dormitorios son intactos y narran de un Ochocientos con las camas altas y los espacios reducidos para las siestas después de los almuerzos. Todo es atmósfera, desde cada habitación la visual es un encanto y a veces encontrarán pequeñas terrazas con cuatro sillas dispuestas alrededor de una mesa a la cual querrán quedarse por horas. Volviendo a vuestra casa tendrán ganas de leer Malombra o Piccolo mondo antico.
Villa Taranto, Verbania-Cusio-Ossola
Ya Emile Gallé, el conocido vidriero-poeta francès, hizo su viaje por estos lugares a inicio del siglo XX, viniendo como responsable de la sociedad de floricultura de su originaria Nancy a travez de el cantón suizo del Valais hacia el lago Mayor y pasando quizás a encontrar el mas sofisticado escultor de su época, el príncipe ruso Paul Troubetzkoy. Su meta final era en cambio la sociedad de floricultura del Verbano e su curiosidad estaba orientada a las múltiples variedades que ya entonces Verbania ofrecía. En verdad las instalaciones actuales de los jardines son el resultado del en fin de cuentas del genio británico de Neil McEacharn, que en 20 hectáreas de terreno implantó allí su sueño. Adquirió en el 1931 los terrenos y la villa de una noble señora británica casada con los Arborio Mella (italianos), aquellos a los cuales se les debe el nombre de una de las variedades mas conocidas de arroz. Tenía un abuelo hecho príncipe de Taranto por Napoleón y la casa con los jardines toma ese exótico nombre. Buen auspicio, porque hoy acoge en el vastísimo parque, convertido en un unicum despuès de casi un siglo, un concentrado de la flora mediterránea y subalpina perfectamente combinada; el período de las azaleas en primavera hace de él una experiencia probablemente irrepetible en Europa.
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Entre los neón esotéricos y las camelias en flor
Villa Panza, Biumo. Varese
Varese, que fue una vez la “ciudad jardín” de los milaneses, lo es hoy algo menos, pero mantiene algunas atestiguaciones extremamente delicadas y poéticas de aquella época refinada en la cual los ricos sabían ser también de buen gusto. Es un bellísimo ejemplo Villa Panza en Biumo. Es más, Biumo merece un lento paseo, pasando por Villa Mozzoni, aún hoy privada, por Villa Ponti, hoy pública, y por la bien restaurada residencia que fue – antes de los Panza – de los Menafoglio, ligados a los Este de Ferrara, aquellos que implantaron el bellísimo jardín estense en el corazón de la ciudad, mas tarde propiedad de los Litta y que “hicieron caja” bajo Napoleón Bonaparte y agregaron algunos salones neoclásicos, y a la fin del exquisito Giuseppe Panza de Biumo, que llenó la casa de sus colecciones de arte contemporánea. Hoy es proprietaria el FAI. Vale absolutamente la visita el corredor con las preparaciones de neón de Dan Flavin, versión contemporánea de un itinerario esotérico hacia la luz, no distinta de la del Sacro Monte que desde el alto vigila sobre las colinas de la ciudad. El jardín bien tenido refleja la tensión por el paisaje del alma, que aquí se vuelve simpática atención por las camelias que en mayo ofrecen el clamor de sus floraciones.
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El placentero Pirro
Villa Litta, Lainate. Milán
Los barrios periféricos de Milán no son un lugar entre los más amenos, esto lo saben todos. Es más, la identificación de algunos lugares pasa, como en el caso de Lainate, de una imagen de un cruce de autopistas a la del caos de un urbanismo liquido que ha pegado el uno con el otro las Comunas, en un desorden que genera de todo excepto que buen humor. Sin embargo persisten allí pequeños milagros sean estéticos que humanos: Vilkla Litta de Lainate, propiedad municipal restaurada con decoro, con un ninfeo de formidable interés histórico mantenido en vida y en función por una asociación de voluntarios. Fue querida por Pirro I Visconti Borromeo en el 1585. Era él pariente del severísimo san Carlo y del cultísimo Federico, pero era innegablemente el mas placentero de los dos: entre grutas y barrancos tenía las esculturas, una prestigiosa colección de obras de arte, y hacía chorros de agua a su comando inesperado entre las piernas de los visitadores y probablemente también de jovencitas campesinas locales, que así venían refrescadas del calor estío. Lujos de nobleza que comunmente se imaginan ligados a las lujurias centro-italianas y que imponen sobre la severa Lombardía una atmósfera de inesperada simpatía.
Stendhal escribía en Rome, Naples et Florence en el 1817: “Conviene cuidarse bien en pasear a solas en Lainate; el jardín está llenos de chorros de agua hechos a propósito para mokar a los espectadores. Poniendo el pié sobre el primer escalón de una cierta escalera, seis chorros de agua se me entremetieron entre las piernas”
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Aquí Napoleón sorprendió a Paolina con el general
Villa Pusterla Crivelli Arconati, Mombello. Monza e Brianza
Pocos edificios han tenido en Lombardía una historia tan bizarra y problemática como la de Villa Pusterla Crivelli Arconati de Mombello situada en la localidad de Limbiate, provincia de Monza y Brianza. Edificio histórico levantado sobre una fortaleza tardío medieval, tuvo la suerte de intervenciones sucesivas que la convirtieron en una obra maestra de la arquitectura neoclásica donde esta resumía con inteligencia las instalaciones ya presentes. Había sido recién terminados los últimos arreglos cuando llegó a ocuparla el joven general Napoleón Bonaparte. Corría el año 1796 y en el mes de mayo las tropas jacobinas invaden la Lombardía para convertirla. Las primeras noches fueron dedicadas a establecerse en un palacio aún no terminado, el gran edificio Serbelloni de la ciudad, puesto a disposición del dueño de casa el cual gracias a ellos harà carrera. Mas tarde viene el calor estío y el grupo de revolucionarios descubre la comodidad de las colinas brianzolas ocupando la villa poco distanciada del parco de Monza. Y es allí que Napoleón descubrió su hermanita Paolina en actitud poco conveniente con el general Lecrerc y llamo d por la noche al obispo de Milán para obligarla a consagrar con el matrimonio la ligereza de comportamiento; ya que estaba, hizo casar también a su hermana Elisa con el capitán Baciocchi. Terminada la aventura, Austria primero e Italia después condenaron el edificio a la dannatio memoraie, transformandolo en manicomio.
En el 1797 Napoleón instaló aqui su cuartel general prefiriendola por su belleza a la Reggia de Monza. Aqui tomó impotantes decisiones entre las cuales: la creación de la Republica Cisalpina, la fin de la Serenísima Republica de Venecia y la caída de Génova y preparó las bases del Tratado de Campoformio.
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§ HACIA EL SUR
La ciudad de Milán no posee fuentes históricas,
exactamente como Venecia, en cuanto propio como
las ciudades lagunares ella está posada sobre las aguas,
aunque si su orografía histórica es ahora celada
por la estructura urbana. Pero la vista del viajante atento
podrá redescubrir el misterio
Hasta los inicios del siglo XII la parte meridional de la ciudad era frontera con una zona de pantanos debido al resurgir de aguas subterráneas en una área orográfica ligeramente más baja respecto a la ciudad, aquella que aún hoy viene llamada “la Baja”. San Bernardo de Clairvaux, el reformador del órden de los monjes de entonces en Citeaux, ese que Pío XII definirá Doctor Mellifluus, llegó a Milán en el 1135, después del Concilio de Pisa, y convence a los milaneses a hacer la paz con el Papa Innocenzo II. Ya que estaba, implantó una replicación de Clairvaux que se convierte en Chiaravalle, donde los monjes trabajadores iniciaron a laborar los terrenos meridionales de pantanos. La idea genial fu aquella de disponer el terreno en planos en declive como los de un techo donde sobre la cúspide corría el agua domada de las fuentes, que a su vez bañaban los terrenos teniéndolos calientes. Esta agua impedía las heladas y consentía una primera cosecha de forraje ya en el mes de marzo, esa que darà el nombre de “podrido” a las instalaciones. Chiaravalle se convertirá en el centro de un sistema de abadías donde un edificio se encuentra a seis leguas antiguas del otro en modo tal de permitir un cómodo movimiento de los monjes. Pero sobretodo dará al poder milanés una inesperada riqueza agricola y el “carburante” para consentir a las caballerías lombardas dos meses más de acción. De allí nacen sea la primera riqueza agrícola sea la herramienta para el dominio militar.
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Cruces de estilos y revolución agrícola
Abadía del Cerreto, Lodi
Allá donde la campaña es llana, propiamente llana, a tal punto que se llama “la Baja”, ella en cambio la verán desde lejos aparecer al horizonte, la abadía del Cerreto, a pocos kilómetros de Lodi. Se trata de un complejo de fabricaciones que contenía la estructura hoy parcialmente abandonada de uno de los establecimientos más importantes de Cistercensis del siglo XII, ya fundado por Alberico de Montecassino como monasterio benedictino en el 1084; el testimonio visivo más icástico de aquella época lejana es la torre octagonal, que tiene familiaridad con todas las torres redondas de la llanura, y de aquellas también que están mas allá del río Po, y que recuerdan la cultura imperial ottoniana. El interior del edificio se moderniza proprio a causa de la internacionalidad de los secuaces de san Bernardo, los cuales traen a una Italia aún románica la nueva cultura arquitectónica ojival de eso que un día se llamará el Gótico. El recuerdo con la casa madre de Chiaravalle es evidente, la atmosfera de los agregados de la labor de los monjes dedicados a la gran revolución agrícola es todavía deslumbrante. El pronaos de acceso, propiamente a significar la mutación del gusto en curso, es aún románico. Un fantástico concentrado de los cruces de estilos entre Italia, imperio y nuevas ambiciones de la Francia. El nombre de la localidad en la cual en el 1084, viene fundada la abadía por Alberico de Montecassino deja suponer la antigua presencia de un bosque de Cerri (Roble cabelludo o Quercus cerris) árbol de la familia del Roble que tiende a desarrollar una copa alta hasta 30/35 metros.
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Una joya para salvar
Castillo de Cusago, Cusago, Milán
Quizás melancólico hoy, ameno y “delicioso” se decía que era así el castillo de Cusago hacia fines del Cuatrocientos, a las puertas de Milán, apenas mas allá de Baggio. Así tan cerca de la ciudad que se puede ir en bicicleta, así lejano en la memoria que es necesario un repaso informativo. Por siglos eran conocidos los bosques de Cusago por la caza a la Chocha Perdiz (Scolopax rusticola) también conocida como becada, sorda y gallinuela: allí cantó entonces en rimas Gian Alberto Bossi, el poeta de Busto Arsizio asumido en la corte de Ludovico el Moro. Ahora queda su memoria. Aún hoy la distancia del naviglio, canales de Milán, es corta, un par de kilómetros desde Trezzano. El edificio se encuentra en un estado de semi abandono y a la búsqueda de un destino y así aparece como una silueta en el paisaje. Pero cuanto evoca esta silueta, con una torre sobre el portal de entrada que parece un pequeño modelo que fue más tarde tomado por el Filarete para realizar la del castillo de Milán y que Luca Beltrami hace poco más de cien años toma como ejemplo para reinventarla después de la distrucción del 1500. La torre conduce a una columnata con arcadas que sabe ya de Renacimiento y sugiere una mano hábil y culta como proyectista de época. En otra logia externa consentía la mirada poética de la campaña circundante. Salvémoslo. Construído por Bernabó Visconti con destino residencial y no defensivo, Filippo María Visconti lo dotó de un canal, el “Naviglietto”, que desde Gaggiano conectaba Cusago al canal grande y permitía de viajar entre Cusago y Milán exclusivamente por vias de agua.
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Influencias Gonzaguescas
Castillo e iglesia parroquial, Ostiano, Cremona
Quizás melancónico hoy, ameno y “delicioso” se decía que era así el castillo de Cusago hacia fines del Cuatrocientos, a las puertas de Milán, apenas mas allá de Baggio. Así tan cerca de la ciudad que se puede ir en bicicleta, así lejano en la memoria que es necesario un repaso informativo. Por siglos eran conocidos los bosques de Cusago por la caza a la Chocha Perdiz (Scolopax rusticola) también conocida como becada, sorda y gallinuela: allí cantó entonces en rimas Gian Alberto Bossi, el poeta de Busto Arsizio asumido en la corte de Ludovico el Moro. Ahora queda su memoria. Aún hoy la distancia del naviglio, canales de Milán, es corta, un par de kilómetros desde Trezzano. El edificio se encuentra en un estado de semi abandono y a la búsqueda de un destino y así aparece como una silueta en el paisaje. Pero cuanto evoca esta silueta, con una torre sobre el portal de entrada que parece un pequeño modelo que fue más tarde tomado por el Filarete para realizar la del castillo de Milán y que Luca Beltrami hace poco más de cien años toma como ejemplo para reinventarla después de la distrucción del 1500. La torre conduce a una columnata con arcadas que sabe ya de Renacimiento y sugiere una mano hábil y culta como proyectista de época. En otra logia externa consentía la mirada poética de la campaña circundante. Salvémoslo. Construído por Bernabó Visconti con destino residencial y no defensivo, Filippo María Visconti lo dotó de un canal, el “Naviglietto”, que desde Gaggiano conectaba Cusago al canal grande y permitía de viajar entre Cusago y Milán exclusivamente por vias de agua.
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Sugestiones campesinas en la roca
Castillo de Oramala, Valle de Nizza, Pavía
Los Malaspina, en el recorrido de ascención que los llevó a ser la señoría de la Lunigiana - territorio histórico de Italia situada entre el norte de las regiones Toscana y Liguria – se habían ya bien organizado en el Pavese (territorios de Pavía). Lo atestigua aún hoy el castillo de Oramala, que fue construido antes del año mil y se convierte mas tarde y por cuatro siglos su “nido de águila”. Estaba instalado bajo la tutela del monasterio de Bobbio como lugar inexpugnable. También el trovador Aimeric de Peguilhan encontró en él un refugio, a inicios del 1200, a las persecuciones contra los albigesis e allí cantó la gloria de su protector. Más roca de así no podría en efecto ser: de cara al valle Staffora cortándose sobre la línea del horizonte con su torre del Cuatrocientos, realizada por deseo de Manfredi Malaspina cuando, ya convertido en señor potente por las tierras acumuladas, ordenó una nueva fortificación. Era esta, entonces adapta a sus ambiciones y con el mutar del arte de la guerra, que estaba descubriendo la pólvora, la bombarda y mas tarde el cañon. Rústico de aspecto, el castillo ha alcanzado hoy su destino redimido convirtiéndose e Museo del Hierro forjado. Quedará satisfecho quién tiene curiosidad por las herramientas de molineros y zapateros, quien desee saber más al respecto puede bajarse hasta Varzi, sobre el riacho Staffora a ver la otra torre de los Malaspina, para degustar después el famoso salame, aquel que a cuanto se dice ya preparaban los Longobardos.
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Aqui Gian Galeazzo soñaba la corona
Castillo de Pandino, Cremona
No se puede dejar de seguir continuamente dando vueltas entre castillos lombardos, durante el verano. Triángulo entre Boffalora d’Adda (asì uno sabe adonde está), Agnadello (donde la Serenissima República de Venecia sufrió la super paliza de la batalla desatada por la Lega de los Cambrai en el 1509, aquella que cambió sus destinos) y Scannabue (un topónimo que lo explica bien sobre las costumbres agrícolas del lugar), y estamos de nuevo en el corazón de la sedimentación histórica que hace de la llanura uno de los lugares mas densos del mundo. Olvidado por la mayoría, pero no por uds. pasajeros visitantes. El castillo fue edificado para complacer los caprichos cazadores del durísimo Bernabó Visconti y de su dulce consorte Reyna de la Scala en el 1355. Es aún hoy el más íntegro de los castillo visconteos y si por si acaso se olviden, la cantidad de víboras y escudos se los recordará. Edificio de placer un vez, con una distinción muy sencilla de ventanillas al primer piso, la de los siervos, y con dobles aperturas al piso superior, el noble, hoy sede de varias entidades municipales. Su mole histórica es todavía capaz de hacerles soñar los tiempos lejanos; viene erigido en época contemporánea al de Trezzo d’Adda, donde Bernabó terminará sus dias como prisionero, puesto allí por el nieto Gian Galeazzo, que soñaba él también, pero de llegar a ser Rey de Italia. Bernabó quiso que el castillo fuera completamente pintado a fresco incluso en la zona de los establos; las pinturas muestran falsas intarsias de mármol y figuras humanas, intercaladas por figuras geométricas con escudos heráldicos de los Visconti, de los Della Scala y de Casa Savoia, en honor de la segunda mujer.
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El castillo de los corceles belgas
Castillo de San Lorenzo de’ Picenardi – Torre de’ Picenardi, Cremona
Es la más grande residencia castellana de toda la Lombardía, San Lorenzo de’ Picenardi, conocida como Roca Crotti Calciati, de la familia que ahí vivió en el siglo XVIII. Se encuentra en Torre de’ Picenardi, localidad a unos 25 km de Cremona. Las primeras noticias del castillo de San Lorenzo vienen desde el 19 abril 1428, cuando fue objeto del tratado de paz entre el duque de Milán Filipo María Visconti con Florencia y Venecia. Entonces estaba compuesto solo de un grupo de casas fortificadas en medio a la llanura. Con el pasar de los siglos muchos los cambios aportados a la roca fortificada; el majestuoso aspecto actual del sabor neogótico es el fruto de la total restauración del Ochocientos, entre otras cosas muy discutida por los historiadores, del arcquitecto cremonese Luigi Voghera. El recinto de muros – más de 50 mil metros cuadrados – comprende el jardín al italiana con su rica fuente en la parte anterior y el cementerio de familia puesto delante de la torre. A inicios del Novecientos en las escuderías del castillo llegaron los primeros caballos de raza belga aparecidos en Lombardía, traídos por la familia Bellini, ya entonces propietarios.
Delicias para la vista y el paladar
Castello de Scaldasole, Pavía
Un castillo lleva al otro. Es más, la vuelta de los castillo de ladrillo que estan desparramados en Lombardía es agradable fisicamente cuanto excitante desde un punto de vista intelectual. Dos anteriores a la llegada de las tropas de Carlos VIII rey de Francia en el 1494, cuando el tiro directo del cañon que ellos, los franceses, habían recién inventado en la larga Guerra de los Cien Años, los rinde inútiles a la defensa porqué la nueva artillería los penetraba como un pedazo de manteca. Auqellos sobrevividos a las incursiones se transformaron en fantásticos monumentos territoriales de la producción agrícola. Y el de Scaldasole es un ejemplo excelente, porque alrededor de sus gloriosas murallas y gracias a la cortesía de sus históricos propietarios, los Strada, que lo cuidad desde los primeros años del siglo XIX, y bien, allí alrededor nació la muy conocida granja de Scaldasole que produce productos agrícolas igualmente corteses y naturales. No se hagan aggarrar solo por el paladar sino que miren el edificio, perfectamente conservado, la logia de Bramante, las salas aún hoy habitadas con sus espléndidos hogares de época. Una zamubullida en una historia delicada que no se ha parado nunca. Y después pongan la nariz en las escuderías: el olor de los caballos es siempre confortante. Y de allí salen algunos paseos y cazas que llevarán su testimonio también en nuestro futuro.
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La piedra trabajada a crochet
Certosa de Pavía
Está a un paso de Milán, y sin embargo parace asi lejana, la Certosa de Pavía. Una obra maestra del Trecientos donde la piedra es trabajada a crochet con todas las estéticas entrelazadas en los cien años sucesivos a su fundación. La quiso aquel megalómano del Gian Galeazzo Visconti, cuando acariciaba el sueño de convertirse en rey de Italia, y el edificio resiente todavía de aquella extraordinaria locura, la misma que hace surgir por voluntad del mismo cliente los pasillos gigantes del Duomo de Milán. A veces la grandeur es lombarda. La arquitectura interna de la certosa es sublime, domina a la perfección todos los estilos del Gótico internacional y convive con los portales que Briosco alli coloca a inicios del Quinientos, resumiendo ya todas las rítmicas arquitectónicas que el Renacimiento ha desparramado por toda Italia. Decoraciones, esculturas, materiales, colores que se iluminan en la crudeza del sol de verano o viven misteriosas en las largas nieblas del invierno. Los Visconti se divertían entre una campaña de caza y otra, dentro de la certosa los cadetes de la nobleza esperaban la conclusión de su destino de recluídos en la tensión de la estética perfecta. Hoy todo es libre, y el monumento narra seis siglos de ansiedades y belleza.
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El orígen de las “efe” en los violines
Catedral de Cremona. Cremona
Cremona no es solo mostarda, como podría pensar un turista poco atento. Cremona es muchas cosas al mismo tiempo, pero por sobretodo es patria de música, visto que entre las ramificaciones del infinito aparato digestivo que es el Pó hay una pequeña montañita a la cual los fantasiosos podrían atribuir la géenesis del apellido del máximo músico padre del melodrama, nacido allí, Claudio Monteverdi. Pasando por las calles pueden observar aún hoy decenas de luthiers, causa auténtica de su genio instrumental. Pero párense un momento a mirar la fachada de la catedral y léanla lentamente como un libro abierto. Toda guía, inclusive la más sencilla, les permitirá de decifrar las columnitas del Docientos y el gran círculo trabajado al centro, donde encontrarán el gisto antelámico y la habilidad de los maestros comacini. Pero la más grande de las curiosidades está en cambio en la terminación clásica del tímpano, expresamente requerido para exaltar la familia de los Sforza. Y la verdadera bizarría son las volutas laterales, oblongas y estiradas. Si son estos los antepasados linguísticos de las “efe” sore las panzas de todos los instrumentos musicales con arco que desde Amati en Adelante la ciudad ha difundido en el mundo. El antepasado de la madera tallada es la piedra esculpida.
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Venecianos, no se pasa.
Castillo de Soncino, Cremona
Pero que hermoso castillo! Lo podrán decir proprio delante al castillo de Soncino. En ese rombo territorial dibujado con las puntas en Monza, Bergamo, Brescia y Piacenza, Soncino está colocada exactamente en el centro, cuestión que hoy podría parecer de poco valor pero que, cuando los hombres estaban con armaduras y se clavaban alegramente con las espadas, era toda otra cosa que irrelavante. El castillo estaba poco más allá del río Adda para los milaneses, en un territorio que interesaba mucho a los venecianos, y se entiende por lo tanto que el grande Sforza Francesco enseguida después de la paz de Lodi que establecía en el 1454 las fronteras con los apetitos de la Serenissima, hiciera un gran esfuerzo para consolidar sus torres que ya en el Docientos habían servido a defender esa rica tierra. El emperador Carlos V hace de Soncino un marquesado y del castillo un lugar capital. El edificio en los años pasó a propietà de los Stampa, mas tarde Casati Stampa, aquellos del bello palacio de via Torino en Milán. Despuès de la Unidad de Italia en el 1861 fue restaurada por Luca Beltrami que era entonces uno de los promotores del medieval a cualequier costo, el Beltrame del castillo Sforzesco de Milán para entendernos, que hizo de Soncino un objeto mucho más medieval aún y quizás del gusto mas auténtico. Paseo automático romántico y evocativo, comprendida la calidad de la alimentación campestre.
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La espada ensangrentada del caballero de Butrio
Ermita de San Alberto de Butrio, Ponte Nizza, Pavía
No el Magno y tampoco uno de los tantos otros conocidos, sino un santo del hagoigrafía incierta pero seguramente legado a la familia Malaspina, el san Alberto que va a fundar en el 1030 la ermita de Butrio, en el valle Staffora mas allá de Pavía. Hecho es que en aquel primer siglo del segundo milenio la empresa tuvo suceso y la comunidad monacal fue puesta bajo la directa protección del Papa. La decadencia fue inexorablemente lenta y corresponde al crecimiento de una península más urbana que campestre. La administración napoleónica marcó el aparente punto final de su historia ya de por sí silenciosa, confiscándolo. Sin embargo el monsterio renace en el siglo XX, cuando en el 1921 don Orione llevó allí sus Ermitaños de la Divina Providencia. Hoy la belleza paisajística que revela es un encanto en todas las estaciones, y permite un paseo estimulante por las colinas. Quedan por documentar los años de su resplandor algunas pinturas a fresco, de mano sencilla pero emocionante, entre los cuales el de una mesa preparada con Papa y cardenales, que más que lista para la cena parece una celebración. Los detalles rústicos de la pintura narran de botellones de vino idénticos a aquellos de nuestras antiguas tabernas, mientras por otros lados las santas son presentadas como damas pertenecientes a la vida de corte durante el otoño en la Edad Media y el caballero cruel guarda la espada ensangrentada en la funda después de haber decapitado uno de ellos.
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Los azulejos en el museo
Los tesoros de Lodi. Lodi
¿Que decir de la historia de una ciudad que fue integralmente arrasada por los milaneses en esa curiosa fecha super palíndroma que fue el 1111, reconstruída con tenacia e incendiada siempre por los odiosos milaneses medio siglo después en las tremendas rivalidades de la primera politica comunal, para ser mas tarde reconstruída definitivamente bajo la protección y por voluntad del Barbarroja, histórico enemigo de las autonomías de Milán? Si no que finalmente se redenció, volviéndose capital de su homónima provincia, la que hasta ayer constituía el límite meridional de la provincia de Milán. Y se reconstruyó con garbo a seis km de distancia ya en la oscuridad de los tiempos, rehusando las piedras de antes y los rastros de su romanidad gloriosa, poniéndose peresozamente sobre le borde del Adda, allá donde el río asume una dimensión solemne. Y se dió una plaza central de bello aspecto, lista con los pórticos a las nieblas de invierno y al sol del verano padano. Pero va investigada también en su sedimento antiguo, aquel que precedía la destrucción, allá donde todavía se erige gloriosa la basílica Apostolorum, elegante eificio gótico reconstruído sobre la base de la iglesia consagrada por San Bassiano en la navidad del 378. Al río de todos modos debe la bena calidad de las arcillas, que hicieron de Lodi antigua una de las mejores fábricas de azulejos lombardas, aquellas que su museo conserva.
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Allá, adonde el diablo osó el arrepentimiento
Lomello, Pavía.
La Lomellina es conocida por todos como una tierra “tierna” del pavese. Lomello, el pueblo que da el nombre a la Lomellina, está en cambio envuelto en una curiosa nube de misterio. El lugar es de todos modos absolutamente digno de mención y merece un tranquilo y bien dispuesto paseo. Encontrarán el baptisterio, uno de los mayores monumentos longobardos que sobrevivió, del siglo VIII. Y junto al baptisterio dedicado a san Juan, la potente iglesia de Santa María Mayor, uno de las primeras obras maestras en ladrillo de una arquitectura románica que revela toda su sabiduría de ingeniería romana antigua, en cuanto las estructuras de sostén, no aún todas conformadas como columnas, proprio de aquella ingeniería provienen. La parte del frente de la iglesia ha caído en parte por un incendio o quizás por un terremoto, y provocado el nacimiento de una de esas bizarras creencias populares que hace que la llamen la “iglesia del diablo”. Parece que el malhechor, responsable de la destrucción, haya tenido un arrepentimiento y haya intentado de reconstruírla en una noche. Obviamente no podía hacerlo. Será quizás esta una creencia popular a hacer que el lugar, merecedor de regulares visitas, sea en cambio olvidado. A uds. rescatar el destino.
En época Longobarda – 568 al 774 d.C. – Lomello era muy importante encontrándose sobre la vía que desde Pavía, capital del reyno, va hasta la Francia: fue digna de ospedar en noviembre del 590 el matrimonio entre la reyna Teodolinda, viuda de Autari, y el duque de Turín Agilulfo, mas tarde pintado en la capilla a ella dedicada en la Catedral de Monza por los hermanos Zavattari entre el 1441 y el 1446.
Museos de Cremona
Esta vez les sugerimos di ir a Cremona y van a ver que la plaza, la iglesia y los pórticos les resultarán enseguida familiares. Suban al palacio municipal, a observar con atención la colección de instrumentos con arco. Para los inexpertos, nada asemeja más a un violín que otro violín. Y sin embargo aquel prototipo construído por Andrea Amati en el 1556 para Carlos IX rey de Francia es en los mínimos detalles y decoraciones un objeto que conmueve y sirve como introducción a aquel que que construye en el 1558 su hermano Nicola y la famosa viola Stauffer construída por sus descendientes Antonio y Gerolamo enel 1615. Llegados aquí se sentirán psicologicamente listos a mirar con atención el violín de Antonio Stradivari del 1669. Salirán convencidos que en un siglo los nombres han cambiado pero el milagroso instrumento ha quedado casi idéntico. Lo que resta de la vuelta por Cremona los llevará al Museo Ala Ponzone, donde descubrirán un arte menor, no por esto menos interesante, en algunas incrustaciones de madera, una curiosa obra maestra de Caravaggio que es un San Francisco en meditación severo y vehemente, y la absoluta bizarría de un cuadro reversible del Arcimboldo. Cremona es famosa también por su Mostarda, un conjunto de frutas con aromas y azúcar para conservarlos, que se utiliza en cocina para acompañar a pucheros (cocidos en España) y quesos; el término deriva de Mustum Ardens es decir el mosto del vino rendido ardiente, o sea picante, por el agregado de harina de gramos de mostaza.
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Las pistas de Cremona, antigua ciudad más grande de Londres
San Lorenzo, Cremona
Es muy curioso recordar que a fines del siglo XV, cuando la población de Londres era de pocas decenas de millares de habitantes, la ciudad de Cremona era mucho más poblada. Lo era por dos motivos: de un lado su centralidad en un área agrícola de fuerte productividad la conectaba con mercados vecinos con igual capacidad de absorción, de otro lado la antiguedad de su fundación hacía de ella un punto central de la gran llanura padana. Seis mil colonos la hicieron nacer mas o menos en los años en los cuales Aníbal estaba intentando conquistar la península y fue la primera ciudad de fundación romana al norte del río Po en el 218 antes de la era cristiana. Fue devastada en el 69 d.C. en el ámbito de las guerras intestinas de Vespasiano y después obviamente reconstruída. Quinientos objetos documentan esta historia densa y estan reunidos en el interior de la iglesia basílical de San Lorenzo, un edificio fascinante del siglo XII. Y si despuès quieren saber más del ambiente natural en el cual creció la ciudad, un salto al Museo de Historia Natural es de absoluta simpatía, porque allí se decidió de no abolir las viejas tablas de madera del Ochocientos y la atmósfera remodernada deja un pleno sabor de los años de su nacimiento. Historia y ambiente: ¿estan listos para los violines más famosos del mundo?
La basílica de San Lorenzo fue edificada sobre los restos de una iglesia precedente ya mencionada en el 990, en las cercanías de un cementerio paleocristiano y de una necrópolis romana del siglo I a.C.: lugar extraordinario por su arquitectura y decoración, bien se adapta a hospedar el Museo Arqueológico en un espacio expositivo de gran sugestión.
La basílica de San Lorenzo fue edificada sobre los restos de una iglesia precedente ya mencionada en el 990, en las cercanías de un cementerio paleocristiano y de una necrópolis romana del siglo I a.C.: lugar extraordinario por su arquitectura y decoración, bien se adapta a hospedar el Museo Arqueológico en un espacio expositivo de gran sugestión.
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El castillo con tres museos
Museo Morando Bolognini, Museo del pan, Museo lombardo de historia de la agricultura. Sant’Angelo Lodigiano, Lodi
Allí durmió Casanova y lo encontró decadente e intolerable. La decadencia continuó ulteriormente en época napoleónica cuando se convierte en industria de la seda. Hoy el veneciano cambiaría idea porque el castello de Sant’Angelo Lodigiano le ha sido restituído su esplendor y un nuevo destino gracias a la inteligente generosidad del conde Gian Giacomo Morando Rizzoni Attendolo Bolognini alrededor de cien años atrás, el cual estaba muy bien por méritos y rentas agrícolas. La viuda Lydia Caprara de Montalba dió vida a una fundación cuando este tipo de institución era todavía una rareza. En ella se estudia y documenta obviamente la agricultura. Pero se puede también soñar el antiguo esplendor visconteo y sforzesco aqui sobre la ribera donde el Lambro se une a su brazo meridional. Hoy se visita un intrigante museo del pan, y en los subterráneos el Museo lombardo de historia de la agrocultura, uno de los pocos museos italianos premiados con el European Museun Award, testimoniando que los museos merecedores o son solo aquellos con las obras de arte sino también aquellos de la cultura material y antropológica. El restauro corresponde a ese gusto neomedieval que Lucas Beltrami demostró en el Castillo Sforzesco de Milán, ciudad a la cual la condesa filántropa regaló el Palacio Morando de via Sant’Andrea, actual sede del museo de la ciudad, que desde despuès del fin de la II Guerra Mundial hospeda la colección Beretta, núcleo original de las colecciones museales, con sus bellísimos cuadros de la Milán de una vez.
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Paseando en la reserva de caza de los Gonzaga
Palacio de los Gonzaga de Bosco Fontana, Marmirolo. Mantova
El Mincio es un río muy particular que surge en el lago de Garda y con una cierta pereza llena de serpenteos va a terminar en el Po. Delimita así de este modo un área que ha quedado afortunadamente bastante intacta y va a conformar en las tierras de Marmirolo una zona boscosa que puede facilmente recordar los años lejanos en los cuales por esos lugares la nobleza se dedicaba a la caza. Y atestigua brillantemente este pasado glorioso y estético el llamado “Bosco Fontana” donde, cerca de una fuente que garantizaba las aguas mas potables deseadas por los peces del río, Vincenzo I Gonzaga desencadenaba sus ambiciones terrenas. Era él amigo del igualmente bizarro emperador de Austria Rodolfo II y para estar a su nivel hizo construir un palacio para la caza, recintado y protegido por torres pero exaltado por una fachada clásica con columnas y tímpano y esos ecos gloriosos de Palacio Te, que hacen de el mismo una curiosa mezcla entre una villa véneta y una roca de fantasía. Y es la naturaleza de sus alrededores, dejada a su verginidad primordial pero atraversada por vias geometricamente ordenadas, que aún más llevan al que pasea a una atmósfera extremamente rara que evoca las glorias pasadas de las caminadas de una monarquía extinta en medio de árboles dejados vivir y morir románticamente. La de Bosco Fontana, llamada hoy Riserva Naturale Orientata Biogenetica bajo la tutela del Cuerpo Forestal del estado, es una de las pequeñas zonas restantes – se extiende por 233 hectáreas – del originario bosque de planicie que ocupaba en épocas antiguas la entera llanura padana.
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Las esculturas ecuestres y las obras maestras
Piacenza capital
Derrotada la última resistencia de los Galos en la llanura padana con la toma de Bononia, la actual Bolonia, en el 189 antes de Cristo, Roma inicia la construcción de la vía que hoy dia conecta Rimini con Piacenza pasando exactamente por Bolonia. El nombre de la vía proviene del cónsul Marco Emilio Lepido, que fue su primer promotor. Piacenza desde entonces vive su ambiguidad: es límite extremo de la región Emilia y al mismo tiempo es puerta de acceso sobre el río Po para la Lombardía. Se convierte en ciudad bisagra y conserva los documentos arquitectónicos, desde la torre octagonal carolingia de la basílica de San Antonio, probablemente la más intacta del siglo IX, aquella que recuerda el período en el cual era capital ducal longobarda, a la sucesiva catedral románica de Santa María Assunta y Santa Giustina. Pero asume su gloria máxima cuando se convierte en capital del ducado que Papa Paolo III regala en el 1545 al hijo Pier Luigi, que tuvo cuando todavía era solo cardinal. Y en gloria y memoria de los sucesores vienen instalados frente al broletto gótico las dos primeras obras de arte de la escultura barroca italiana, las estatuas ecuestres que Ranuccio Farnese encarga al joven toscano Francesco Mochi para celebrar en el 1612 su persona y el padre Alessandro. Por si solos estos dos ejemplares con los primeros toques plásticos de bronce público moderno merecen una visita. Aún mas bella en dialecto piacentino Piacensa evoca en su nombre la dulzura del vivir (dolce vivere) que se puede gustar en el Facsal, el paseo en el verde del centro histórico sobre lo que queda de los muros ciudadanos: el nombre Facsal es una corrupción de los Vauxhal Gardens de Londres, asi de populares en el siglo XIX para volverse en común denominador de todos los otros jardines arbolados.
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La Pieve de San Martino y las estatuas que lloran
Pieve de San Martino, Palacio Pignano, Crema.
Restauros en curso en Palacio Pignano, a 10 km de la ciudad de Crema. Dentro de la pieve (la Pieve del latín Plebs, "Popolo", es una iglesia con un baptisterio anexado. A principios de la edad media, la iglesia parroquial, conocida como la iglesia matriz o plebana, fue el centro de una circunscripción territorial civil y religiosa) de San Martino estan volviendo a ser visibles los frescos. Se trata de un edificio románico del siglio XI, triparticional y sostenido por una doble fila de siete columnas que la tradición atribuye a los siete dias de la semana y a las octavas que recuerdan la salvación divina. Agostino de Fondulis, al cual se debe el Compianto su Cristo morto milanés en Santa María en San Sátiro deseado por el Bramante, dejó allí una bella atestiguación de su arte con una serie de estatuas de grandeza humana que retoman el mismo tema en una representación donde el pathos teatral se combina con ejemplos inesperados de retratos de época. El dolor de María Magdalena no puede no recordar la estatuaria boloniesa que Nicoló del Arca había completado en Bolonia pocos años antes. Paseando en los alrededores puede despertar vuestra atención: vayan a redescubrir la torre del 1300, única memoria del palacio preexistente, que forma parte hoy de la Villa Marazzi. Después pasen a una evocación romana antigua yendo a curiosear entre las escavaciones de la primer instalación romana.
New York (… pero del Renacimiento)
Mantova
Se camina tranquilos, en invierno envueltos en la niebla, se camina lento en el verano en un tepor denso que se corta con una lama, uno se encuentra muy bien en las medias estaciones, que por allí existen todavía, y han generado el poético suceso del Festival de la Literatura. Mantova, cancelada de la historia por el “sacco” (cerco) de los Lansquenetes en el 1630, ha quedado por siglos en un limbo misterioso, fascinante. Vista desde los lagos que conforman el río Mincio es una epifanía arquitectónica que recuerda New York entre el Medievo y el Renacimiento, deambulando en cambio en la plaza de Palacio Ducal – edificio hecho de acumulaciones sucesivos totos excelentes – se nota el alma verdadera de su complejidad arquitectónica que lo “convierte” en el mas bello Kremlin de Italia. Y por sus calles se costea aquello que queda del gueto, y un negocio desde el 1400 hasta hoy tal ha quedado, de farmacia a negocio de telas, proprio al lado al baptisterio restaurado un siglo atrás, que es a su vez una construcción querida quizás por Matilde de Canossa y de todos modos un ejemplo del primer grande Románico. La ciudad de los redondos y los cuadrados resumida a la perfección en el patio de casa que fue de Mantegna. Está cerca de los proyectos de León Battista Alberti, que de la cuadratura del círculo era maestro total. Reducida ulteriormente cuando el ducado fue abolido por delito grave de los austríacos, tuvo la suerte de hacerse regalar por el gobierno asbúrgico la última obra maestra del Bibiena, el Teatro Científico, el lugar más bello del mundo para tener conferencias. Todo esto, de a pié.
El teatro low cost del heredero de Palladio
Sabbioneta, Mantova
Si por si acaso ponen un alfiler en eso que aparece como el centro de la parte superior de la bota Italia, este alfiler penetra en un ectoplasma de un pequeño estado desaparecido hace mas de cuatro siglos. Se trata de Sabbioneta, pequeño y ambicioso sueño de un Gonzaga derivado de los de Mantova y soldado de profesión; lugar de su buen retiro. Se construyó allí una especie de ciudad ideal, que deja todavía el ejemplo de su espumosa locura creativa. El Palacio del micromonarca, la galería de sus colecciones de antiguedades hoy vaciada, y en fin el teatro, el Olímpico, el primer integralmente realizado para ser tal en un Mil Quinientos que estaba descubriendo el espectáculo moderno que se reenganchaba con la antiguedad. Vincenzo Scamozzi, el refinado heredero de la creatividad de Palladio, había recién completado la transformación del interior de un edificio vicentino en esa obra maestra total que es el Olímpico de Vicenza (1580) que fue llamado por Vespasiano Gonzaga para hacer mejor y a un precio mas bajo. Y así nace no la mutación de un edificio preexistente sino una fábrica ex novo, el teatro, que tendrà en los siglos sucesivos decenas de millares de decendientes en Occidente. Bello aún hoy funcionante, con su escritura: Roma quanta fuit ipsa ruina docet. Toda esta lección de urbanística obviamente se hace de a pié. Según Richard Paul Roe, en su guía The Shakespeare Guide to Italy del 2011, la comedia Sueño de una noche de verano habría sido ambientada no en Atenas sino en Sabbioneta, denominada desde su fundación “pequeña Atenas”
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El rigor y la fantasía
San Sigismondo, Cremona
Apenas afuera de Cremona. Encontrarán esto que una vez era un monasterio y hoy es un espléndido lugar de reflexión, la iglesia de San Sigismondo, un edificio que dialoga con su arquitectura rigurosa y fantasiosa al mismo tiempo con la infinita llanura. Merece una particular atención el grande fresco del 1500 de Camillo Boccaccino, que representa una Resurrección de Lazzaro entre vuelos de vestidos blancos y defuntos con ojos igualmente blancos, una bizarra obra maestra que ha ya asimilado toda la locura rítmica del Manierismo de sus inicios. En aquel lugar, pero no aún en aquella iglesia, contrajeron matrimonio Francesco Sforza y Bianca María Visconti, lo que le dió al monasterio esa importancia que le permitió de quedar, con la dinastía ya evolucionada, como un lugar emblemático, y proporcionándose de una de esas arquitecturas refinadas que habrían resumido los mejores dictámenes del Renacimiento en curso. El cruce entre la pintura y la escultura forma parte siempre de la mutación del gusto desde el rigor a la manera, cuando el horror vacui es tal que ningún centímetro cuadrado se puede eximir de ser decorado, y las complicaciones estéticas de las grotescas recién descubiertas en Roma se convierten en motivo de un relleno integral. Cremona, entre otras cosas fue patria de constructores de ógano excelentes, y en el año de la Unidad de Italia, el organista Vincenzo Acerbis englobó el órgano renacentista de Manieri, potenciándolo y transformándolo en un instrumento absolutamente fuera del común. San Sigismundo hospeda una comunidad de monjas dominicanas de clausura en el Monasterio de San José, que es abierto a las visitas del público, junto con el claustro dos veces al año: el 1° de mayo (fiesta de San Sigismundo) y el tercer domingo de septiembre.
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El ocio de los Visconti en el Castillo de Pavía
Museos y Ciudad. Pavía
Estaría casi a un tiro de escopeta de Milán, la mágica Pavía, y sin embargo está psicológicamente asì lejana, ahogada en las nieblas invernales o sino en las caluras de verano. Bonvesin della Riva, máximo doctor grammaticale del Dugento (años del 1200), hábil cronista, sostiene que los milaneses viscontéos allí decidieron de instalar la universidad, en cuanto no desean los estudiantes goliardos cerca de sus casas. Pavía nace en el fondo de la historia, cuando los Longobardos la eligen como capital en la cual sus tribúes proclamarán el propio rey. Es un centro del mundo algo olvidado, y precisamente ese tiro de escopeta la aleja psicológicamente de la capital lombarda. Los Visconti la acariciaban para ir de caza y construyeron allí una de las más bellas de sus residencias para el ocio. La bizarra suma medieval entre ocio y universidad se respira todavía en la dulce obsolecencia de sus aires. Y un parsimonioso paseo entre calles y edificios de ladrillo les hará respirar aquelos aires donde el sutil perfume de la humedad fluvial se hace constante en su estética. No olviden una visita en sus iglesias conmovedoras. Merece atención la crita de San Eusebio. Les podrá exaltar el arca de San Agostino conservada en Ciel d’Oro mosaicado de la Basílica de San Pedro. Fue Gian Galeazzo Visconti a transformar el castillo de Pavía en una de las más suntuosas residencias ducales: famosas fueron la armería y la biblioteca de unos 2000 incunables en parte mas tarde transferidos a la Bibliotèque Nationale de París y las decoraciones a fresco, ricas y variadas entre las cuales aquellas perdidas del Pisanello con distintos animales “hechos en oro”. Hoy es sede de los Museos Cívicos
El templo nacido de las lágrimas de una vírgen
Santuario Beata Vírgen Coronada. Lodi
Existe en la Lombardía una tipología particular de edificios de culto que vienen llamados “templos cívicos”, en cuanto dependen directamente de las administraciones municipales y no de las parroquias. Lodi es por esto un ejemplo excelente y quizás el primero de la serie. La historia inicia el 7 octubre 1487, cuando se pone a lagrimar una Madona de un fresco del Trecientos puesto sobre la pared externa de una taberna de prostitutas. La ciudad considera el milagro como signo de auspicio y decide de construir en el lugar del fresco un templo votivo. Se organiza un fundraising entre los habitantes y el obispo encarga el primer proyecto a un alumno del Bramante el cual cede mas tarde el trabajo al ticinese Giacomo Dolcebuono. Por años el embellecimiento ulterior del edificio continuó a ser un empeño financiero de los ciudadanos de Lodi. Y así sobre el edificio octagonal del templo cívico de la Beata Vírgen Coronada, hoy decorado hasta el inverosímil – incluídos los testimonios de la pietas comunal en la galería de los benefactores -hasta el siglo XIX, cuando fue pintada a fresco la cúpula. La mescolanza de gustos es quizás la característica mas atrayente de la obra final, con un magnífico órgano del Quinientos sucesivamente reordenado en primera época neoclásica. De particular interés, porque contemporáneas a la primera construcción, las cuatros tablas del Bergognone que narran la historia mariana del Nacimiento del Salvador
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El santuario del ‘900
Santuario Madona de la Bozzola. Garlasco, Pavía
Los santuarios se construyeron también en los últimos dos siglos y no son necesariamente todos feos. Es un ejemplo digno de estima aquel de la Madona de la Bozzole en Garlasco. El edificio, en realidad ya precedente y que se remonta a una capillita del 1465 surgida alrededor de un edículo (pequeño templo greco-romano) votivo dedicado a la Vírgen, ha sido ampliamente reesctruturado en el Ochocientos, y la fachada – que lo caracteriza – es de los primeros años del Novecientos, e intenta una especie de resumen de los lugares de culto desde los años del barroco a los del neoclásico. Se erige en un lugar preexistente que surge allá en el Medievo tardío una joven muchacha ve la Madona que le pide de hacer construir un lugar de oración: desde allí Ella habría protegido toda la Lomellina (región agrícola de la Lombardía). Una pintura coeva atestigua el antiguo culto y es visible todavía hoy sobre el altar. La historia del pueblo es casi contemporánea a la de la milagrosa aparición y lo atestigua un castillo de gusto visconteo en su centro. Pero la vuelta quizás mas conmovedora que se pueda hacer después de haber saludad el santuario es aquel que se desenvuelve en una campaña que fue también tocada por un milagro: es una de las raras zonas ecológicamente intacta de la Lombardía, donde aún hoy se encuentra aguas surgientes en el bosque del Vignolo, zona pantanosa una vez curiosamente destinada a la cultivación de los viñedos y hoy retornada poeticamene salvaje. Desde allí Mortara se encuentra a un tiro de escopeta y vale la pena visitarla, visto que es el máximo centro de criaderos de gansos, salame e hígado grasso, obviamente comprendidos
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El románico perfecto
Basílica de San Miguel Mayor, Pavía
Es un verdadero arquitecto San Miguel Mayor en Pavía. Quizás le ha tomado el gusto posado de la basílica de San Ambrosio en Milán, que se había convertido en centro de culto y del gusto. Pero toma de ella la forma, la sublima en un símbolo de la perfección que hace de ella uno de los monumentos románicos más bellos de Italia. Bastaría en este sentido la fachada, con la serie de ventanas con dobles aperturas y la historialización de sus narraciones lapídeas que el tiempo se está inexorablemente comiendo. Este sentido del tiempo, de un tiempo larguísimo que parte del profundo de nuestra historia, es quizás el mensaje más significativo que transmite. Fue allí que fueron coronados los reyes itálicos, y también el Barbaroja, ligándose a las antiguas tradiciones. Y el antiguo vuelve en el nombre del portal sobre el lado derecho externo, llamado “La Speciosa” por la belleza del título bíblico femenino! En su interior, el sistema de pilares alternados entre mayores y menores retoma la lección de San Ambrosio, abriendo en el transepto izquierdo la visual del espléndido Crucifijo de Teodote.El mosaico pavimental del presbiterio, sobre el cual se apoya el macizo altar marmóreo de fines del Trecientos dedicado a san Miguel, muestra el Rey Anno coronado, sentado majestuosamente en trono y flanqueado por los doce meses. Por debajo, el laberinto de Creta, con Teseo que mata Minotauro y Ariana que le tiene el hilo…
La fachada es decorada con un concentrado repertorio de bellísimas esculturas con entrelazos de seres humanos, animales y creaturas monstruosas en arenaria, a tema sagrado pero también profano desgraciadamente siempre más deterioradas por la corrosión debida a los agentes atmosféricos.
Ex voto y un cocodrilo colgado en el techo
Santa María de las Gracias Curtatone, Mantova
Paseo mantovano a lo largo del río Mincio, allá donde el lago superior se cubre de hojas y fores de loto, a un paso de Curtatone. Exotismo total, geográfico y climático, al cual corresponde la iglesia de Santa María de las Gracias, querida por el marqués Gonzaga a fines del Trecientos, cuando después de la peste volvía a florecer la economía. Es uno de los más fantasiosos e inesperados cofres de ex voto, a decenas de millares, desde las formas de los senos y de las manos del 1600, a las muletas de ayer y al balón de fútbol con el cual el Mantova entra en la Serie A medio siglo atrás. Formidables en la nave principal las esculturas en papel maché colocadas en alto para recordar los más increíbles riesgos esquivados, comprendida la pena capital. Todo allí para educar al bien temiendo el mal, comprendido un diabólico cocodrilo embalsamado colgado con cadenas al techo. El cenotafio de Baldassarre Castiglione, espléndido artificio arquitectónico en mármol, nos lleva al garbo del Renacimiento. Lugar para los amantes del estímulo. El cocodrilo embalsamado llegó al santuario de las Gracias entre los siglos XV y XVI presumiblemente ofrecido también él como ex voto: la leyenda lo quiere capturado en las fosas de Curtatone, probablemente escapado de uno de las residencias de los Gonzaga. Antiguamente no había gran distinción entre dragones, serpientes y cocodrilos, que en época cristiana eran considerados personificaciones del diablo como advertencia contra los pecados.
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El encanto del manierismo en los frescos de Soncino
Santa María de las Gracias, Soncino. Cremona
La fachada la hace aparecer austera, y no deja intuir para nada la riqueza decorativa de su interior. Se trata de Santa María de las Gracias en Soncino, en la cual la decoración interna fue requerida por el último duque de Milán Francesco II Sforza. Y bien, a esta fachada de ladrillos que parecería no prometer nada de especial, corresponde una contra-fachada interna completamente pintada a fresco que retoma la sólida tradición de los juicios universales en versión del primer manierismo del 1500 y se desarrolla después con una decoración completa del entero edificio, obra del artista local (para nada un provincial) Giulio Campi. Se concluye con un Asunción de la Madona que contornea el altar. Pero también la arquitectura, que desde el externo parece sincera, en su interno se articula en modo inesperado con la arcada de cañón de la nave sobre la cual se exponen en serie las capillas votivas; son decoradas con los mismos ritmos que Bramante había aplicado en Milán en San Satiro.
La obra es sorprendente: las escenas pictóricas a fresco se articulan a lo largo de las capillas laterales y son uno de los más bellos ejemplos de un Manierismo naciente que se demuestra conocedor de los mejor de la pintura contemporánea de la entera península. El burgo medieval de Soncino se encuentra todavía completamente encerrado en el recinto de muros del siglo XV. En la Casa de los Impresores (Casa degli Stampatori) se respira la atmósfera de una antigua imprenta hebraica del siglo XV; aquí Gershom Nathan Soncino (la familia toma el nombre del burgo) imprimió en el 1488 la primera Biblia hebraica completa del mundo.
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La vírgen feliz de Locate Triulzi
Salgan de Milán dirigiéndose hacia el sur, con esa calle poética que se llama Val Tidone, y volverán inmediatamente a una dimensión agrícola que es aún agreste, curiosamente dulce en el paisaje. Sobre la derecha dejan el Parco Sud y se dirigen hacia Locate di Triulzi, que así se llama porqué era de los Trivulzio, y donde la última habitante gloriosa del pequeño castillo fue la proto-feminista, “risorgimentalista” y heroína política de nombre Cristina Trivulzio di Belgiojoso. El castillo donde pasó los últimos años de su vida està aún allí, aunque si dividido en departamentos. Lo que merece verdaderamente una visita, además de las manifestaciones anuales de tractores históricos, es el santuario mariano de Santa María ad Fontem. De fuentes de agua está llena la región, debido a que por esas tierras las aguas subterráneas resurgen y son la “fuente” del afortunado riego. Se encuentran en la parte más baja de la “Bassa milanese”. Se conserva en el santuario un intrigante fresco con una Madona simpaticamente sonriente, que tiene en pie un Niño Jesús del saber senatorial, ella sentada en un trono que ha ya aprendido la lección de los decoros renacentistas: está atribuida a aquel confuso ámbito de Leonardo que entonces parecía dominar el área lombarda, y que convirtió a Bernardino Luini a la sonrisa de la nueva estética.
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La iglesita erigida donde aparecía la Vírgen
La historia inicia como con la crónica negra con un uxoricidio: aquel de un bergamasco de mal carácter que hacia fines del Quatrocientos rapta – como esposa inicialmente consenciente, desgraciadamente - una joven cremasca, la lleva afuera de la ciudad en una noche tormentosa, la golpea con los filos de la espada y la abandona en una zanja donde ella verá mas tarde la Madona y será salvada por el breve tiempo necesario a la extremaunción y al paraíso. Sobre el lugar de la aparición fue construida una iglesia, que se volverá importante cuando fue encargada su edificación a uno de los secuaces del Bramante. Con grande forma de tambor, redondo afuera y octagonal adentro, se articula sobre tres edículas de acceso que hacen, en el interior, de contrapunto a cuatro altares. El decoro, como comúnmente ocurre en los lugares de peregrinaje, se enriquece en los siglos sucesivos hasta fines del siglo XIX y se convierte por lo tanto en un pequeña enciclopedia que documenta la vida social y religiosa del extremo Occidente de la Serenísima República de Venecia. Y el encuentro entre la bergamasca colina y la llanura se documenta con conmoción viendo coexistir los estucos manieristas del Quinientos del bergamasco Giovan Battista Castello con las pinturas de Antonio y Bernardino Campi, los máximos pintores cremoneses contemporáneos suyos.
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Las huellas (Barrocas) del cortesano
Retrato de Baldasarre Castiglione de Rafael Sanzio, óleo sobre tela año 1515, Museo del Louvre, Paris
Tenía veintiuno años cuando murió, la poetisa Ippolita Torelli, hija del conde Guastalla y de una Bentivoglio de Bolonia, esposa de Baldassarre Castiglione. Corría el año 1520. El, el viudo humanista, se hace sacerdote, escribe el conocido Cortesano, terminó nuncio apostólico de Clemente VII y murió de fiebre, en Toledo en España, a la edad de cincuenta años. Se entiende entonces porqué de él reposa la memoria pero no el cuerpo, en el cenotafio que fue para él diseñado por Giulio Romano mientras el sumo arquitecto proyectaba Palacio Te en la ciudad de Mantova. Mírenlo con atención, y ya podrán intuir el señal del pasaje del Renacimiento a la Maniera y al Barroco. Y esto nos lleva a la iglesia de Santa Maria delle Grazie afuera de Mantova, conocida por su potente colección de ex voto. Después retornados a la ciudad, en frente al Palacio Ducal, en la plaza, existe aún la casa donde vivía. Hoy ha cambiado destinación. Pero la piedra que adorna el portal de ingreso ha quedado intacta con un decoro tallado del Quatrocientos que atestigua las emociones sutiles del Renacimiento creciente. Solo en Italia existe el museo extendido (por todos lados donde uno vaya), que les consiente de pasar la mano y acariciar los mismos relieves que fueron tocados con el garbo de los más garbados gentilhombres del Quinientos, y pasar del Renacimiento recién llegado a su mutación última. La atención toda italiana del hacer “bella figura” nace a inicios del Quinientos, si Machiavelli se había dedicado a las “virtudes” político militares del Príncipe, los primeros tratados útiles al vivir civil son El Cortesano del Castiglione y El Galateo de monseñor Della Casa. Caterina de’ Medici los cambiará en el bon ton en la corte de Francia.
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La plaza y el castillo
Los tesoros de Vigevano. Pavía
El paseo por Vigevano es uno de aquellos en el cual una breve distancia recorrida puede llevar a un muy alto grado de satisfacción. Se sale de la Catedral y se mira el espacio alegre de la plaza, notando con atención la falta de proporcionalidad de algunas arcadas, que dejan entender que el lugar no es el resultado de un único proyecto urbanístico sino la evolución de un lento embellecimiento ciudadano, donde cada generación ha dejado su contribución y su huella. La decoración de las fachadas, aquella que sabe así de Quatrocientos, es en verdad una intervención de re-orden de inicios del Novecientos, cuando todavía teníamos el coraje de dialogar con el pasado. En el fondo de la plaza, tomado un café, salgan por las escalinatas que llevan a la corte del castillo visconteo; el lugar es fascinante, aunque si allí el diálogo con el pasado se hace tímido y estéril: el restauro en este caso no ha tenido el coraje de intervenir sobre las fachadas, es una recuperación útil de aquello que una vez era un cuartel pero es todavía de inventar. No se desanimen, y pasen por debajo de ese pasillo formidable donde corrían las tropas a caballo de los Visconti, después de las guerras o de las cacerías. Presten atención a vuestra fantasía y sentirán el ruido agitado de los cascos. Porque también la fantasía merece un restauro. De todos modos en el castillo una mirada al museo del calzado, otra especialidad del lugar, pone de buen humor.
De fortaleza a residencia de placer
Villa Medici del Vascello. San Giovanni in Croce, Cremona
Debe su nombre a los últimos gloriosos dueños, pero mucho más compleja es su historia. Entre las amantes de Ludovico il Moro la más enigmática fue sin dudas Cecilia Gallerani, poetisa representada en misteriosa dulzura con armiño en brazos, de Leonardo. Nacida en Milán en el 1473 de abuelo toscano, tuvo fortuna de corte y se casó con otro Ludovico, Carminati llamado el Bergamino, que le dio la oportunidad de una de las más bellas residencias de entonces en San Giovanni in Croce afuera de Cremona, donde allí expiró en el 1536. Villa Medici del Vascello es un ejemplo excelente de la mutación de un edificio militar como fortaleza puesto en el cruce viario entre Mantova y Cremona, Brescia y Parma, en una residencia de placer con una muy elegante logia, puesta sucesivamente hacia fines del Seicientos gracias a la inserción de una serie de columnas a serliana y un ensanchamiento ulterior en el Setecientos. Y no termina allí la historia del edificio porque pasa a los herederos Vidoni – Soresina, los cuales tienen el honor de hacerse hacer príncipes por Francisco I de Austria, restaurar el merlón gibelino y hacer diseñar para la ocasión uno de los más bellos jardines románticos de la época. Los edificios del parque lo atestiguan, desde la pagoda china al pequeño lago para las regatas con las debidas ruinas góticas, además de una templo indú, una cabaña holandesa y un templito dórico. Las esencias arbóreas del jardín son otro tanto evocativas y corresponden en pleno a un eclecticismo que todavía logra hacer soñar. En el jardín de la villa hay algunos árboles pluri-centenarios como un ginkgo biloba, fósil viviente con orígenes de mas de 250 millones de años. Es una planta venerada por la medicina tradicional china por las virtudes sorprendentes; seis ejemplares de ginkgo biloba sobrevivieron a las radiaciones de Hiroshima.
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Experimentos distintos de renovación en el cremonese
Villa Pallavicino Montaldi y Castillo de los Manfredi. Cicognolo, Cremona
En pocos lugares podrán encontrar dos ejemplos de arquitecturas casi contemporáneas pero así de diferentes en el estilo, aunque si inventadas por el mismo arquitecto, Luigi Voghera nacido en Cremona en el 1788, formado en la Academia de Brera, convertida por voluntad napoleónica en escuela de arquitectura, donde gana en el 1806 el premio de diseño arquitectónico en el curso de perspectiva. Ecléctico de consecuencia por época y formación, tuvo gusto neo-clásico por su proyecto realizado entre el 1817 y el 1820 de Villa Pallavicino Montaldi con doble orden de columnas dóricas e jónicas por debajo del tímpano, ya incorporada en un parque de aquel gusto itálico moderno que preveía una Coffee House como en el jardín del Quirinal, junto a las evocaciones egipcias como en la Villa Borghese. Veinte años después cambia el gusto que se vuelve neo-gótico y lo lleva a construir allí cerca el castillo Manfredi, que ya en el nombre evoca épocas mucho más lejanas. Aquí replica la imagen de un castillo tipo el de la señoría Sforza de Milán y reconstruye, en el perímetro de una fosa antigua y auténtica las cuatro torres de los ángulos y la torre central que probablemente servirá medio siglo más tarde a Luca Beltrami para recrear la de Milán. También el espíritu del jardín cambia y se hace fuertemente romántico. Tuvo mucho suceso y no pocas fueron las réplicas en la zona.
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